Capítulo 03| Destrozado

1.5K 252 49
                                    

Muchas veces, desearíamos ser otra persona por el simple hecho de escapar de nosotros mismos, de nuestra vida y nuestra realidad. Soñamos con encontrar un lugar mejor donde seamos amados y felices, donde no hayan injusticias y maldad. Es un sueño hermoso, pero sigue siendo un sueño.

Para Yoon Gi, su sueño cada vez se alejaba más. Las personas que lo rodeaban lo despreciaban como si fuera un monstruo, lo humillaban y lo torturaban como si se tratase de un animal. Cada día que pasaba era una tortura más para el azabache, quién se planteaba seriamente su existencia y si estaría bien que siguiera allí.

Cuando Min entró al instituto, se dio cuenta de que el infierno que vivió en el colegio no era nada comparado a lo que le iban a hacer. Al principio, todos actuaban normal y de una forma bastante educada y calmada, pero todo eso cambió de un día para otro. 

Y es que Yoon Gi era el blanco perfecto para desahogarse.

El de piel pálida había ganado muchísimo peso, es más, estaba obeso de una forma insana. La masa muscular de más se salía de su camisa, así que tenía que pedir la talla más grande que había. Todo esto se debía a la cantidad de productos altos en calorías y en grasas que le proporcionaba su madre, y es que la madre de Yoon Gi ya no tenía suficiente dinero como para comprar carne, arroz, verduras, frutas, pescado y una larga lista de alimentos que Min no podía permitirse. 

— ¡Tú! — gritó un chico de un curso más avanzado —. ¡El gordo deforme!

Ese comentario hirió a Yoon Gi, siempre se metían con él, ya fuera por su cara con malformaciones o por su problema de salud. En vez de ayudarle, lo hundían más en la miseria.

— ¡Te estoy hablando!— le gritó en su oreja, haciéndole sobresaltar—. O, ¿es que a parte de feo y gordo también eres sordo?

— No soy sordo...

— ¡¿Qué has dicho?! — lo agarró del cuello de la camisa con fuerza.

El tipo era alto, muy alto y extremadamente fuerte. Lo había visto incontables de veces porque ese bravucón siempre se metía con él, pero al azabache no le importaba mucho porque sabía que si estaba él, también estarían sus amigos y entre ellos Jeon Tae Hyung.

Yoon Gi estaba colado por él desde el instante en que lo vió. Lo recuerda perfectamente como si hubiera sido ayer. Mientras al azabache le daban una paliza, el castaño de cabellos lisos lo defendió y luego lo llevó a la enfermería.

Aunque solo lo hubiera ayudado una vez, para el pálido fue algo más. Le hacía creer en las personas de nuevo y en que todavía poseían algo de bondad y caridad en su interior.

Le importaba una mierda ser agredido cuantas veces fueran con tal de ver a Tae Hyung de nuevo.

— He dicho que no soy sordo— contestó Yoon Gi mientras temblaba.

— Menudas agallas, debería darte una lección.

Dicho esto, todo el grupo incluido Tae Hyung, se lo llevaron al lavabo de los chicos. Lo tiraron al suelo con fuerza, y empezaron a pegarle patadas. El azabache lo único que podía hacer era cubrirse la cabeza.

Dolía, dolía como la mierda. 

¿Por qué le hicieron eso? ¿Qué había hecho mal?

Recuerda que el chico que no paraba de pegarle, era el hermano mayor de Jennie, Jun Wook. Pero la cosa no acaba ahí, ese día no solo le pegó, también lo destrozó.

— Chicos, salgan de aquí y cierren la puerta - ordenó con una sonrisa lasciva el de cabellos rojizos—. A menos que quieran hacerle lo mismo a Yoon Gi, salgan de aquí.

Los otros cuatro se fueron, pero Tae Hyung se quedó parado, sin salir del baño de hombres.

— ¿Qué vas a hacerle?— el castaño tenía miedo por dentro.

Jun Wook rió de una forma un tanto enfermiza y aterradora.

— Tengo entendido que Yoon Gi es un "chupa pollas"— agarró el cabello del mencionado con fuerza, haciendo que este gimiera de dolor—. Voy a comprobar si es cierto.

Aquella confesión dejó helado a Tae Hyung.

— No lo hagas.

— ¿Por qué?

— Porque esta mal Jun Wook y cuando lo hagas te arrepentirás de ello— contestó el castaño.

— Tae, en este mundo todo está mal. Hay robos, asesinatos, violaciones, guerras y un sinfín de cosas que están mal. Sin embargo, nadie hace nada para remediarlo y aunque haya un pequeño porcentaje de justicia, las injusticias siempre serán más altas— Jun Wook desabrochó su pantalón y se lo bajó—. Si hago una cosa, aunque sea mala, nadie irá a por mí. Porque soy poderoso y la gente poderosa siempre gana.

— Pero...

— Pero nada Tae Hyung, te escogí como amigo porque ambos somos poderosos e intocables. Nuestro deber es pasar por encima de los demás, y esta rata — señaló a un golpeado Min —, es la evidencia de que somos fuertes. Voy a follármelo y voy a hacerle mucho daño, si intenta decir algo, nadie le creerá porque todos están de nuestro lado. 

— A-ayúdame — suplicó Yoon Gi en dirección a Tae Hyung, con el rostro ensangrentado y la mirada cristalina por las lágrimas sin derramar.

— ¡Cierra el pico! — Jun Wook le pisó la cabeza y luego miró a su amigo—. Si no tienes nada más que hacer, puedes irte. 

Ese fue un grave error, Tae Hyung.

El de cabellos castaños salió de los baños, y se fue a su casa. Mientras que los otros vigilaban la entrada a los baños.

Jung Wook sacó su erecto miembro viril y lo restregó por el rostro de Yoon Gi, al mencionado le daba asco y tenía ganas de vomitar.

— Chúpala — le ordenó y Min negó —. Házlo, no te queda otra alternativa.

Dado la negativa de Yoon Gi, Jun Wook estampó la cabeza de Yoon Gi varias veces contra el suelo, hasta que dejó de moverse. Bajó los pantalones y bóxers del pálido, alineó la punta en el agujero de Min y entró con fuerza.

Mientras Jun Wook gozaba de la sensación, Yoon Gi sentía dolor por todas partes, quería morirse en esos momentos, quería desaparecer de la faz de la Tierra. Los asquerosos gemidos de su violador se escuchaban cada vez con más fuerza, hasta que hubo un momento donde se corrió dentro de Min.

El azabache parecía un muerto, no se movía, apenas pestañeaba, apenas respiraba. Se sentía completamente asqueroso y sucio, quería desaparecer y quería que este dolor se fuera de una vez por todas.

"Pasó porque yo no era el mejor, porque no tenía ningún poder"

Jun Wook arrastró a Yoon Gi dentro de un cubículo, y lo dejó ahí, como si fuera un juguete el cual podía usar y tirar. 

Oyó los pasos de su violador alejándose, y oyó cómo se cerraba la puerta. Entonces, el silencio se apoderó del lugar.

Min tenía la mirada puesta en la nada, mientras que sus pensamientos más oscuros se adueñaban de él. 

Su vida cambió para siempre después de eso. Sí, todo se fue a la mierda.

Cuando llegó a su casa, su madre no le dijo nada, ni si quiera le miró. Por lo tanto, Yoon Gi se fue a su habitación y se metió en su cama para luego llorar y chillar de dolor.

Se odiaba, sí, se odiaba. Quería acabar con su vida, quería ir a un lugar mejor, quería parar de sentir dolor. Deseaba que la gente fuera buena y deseaba no haber nacido con esa cara, ni tener ese cuerpo y deseaba no estar solo.

Quizás el mundo estaría mejor sin él.





Be the best (KookGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora