capítulo 25

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Cuando al fin entre a mi casa no sabia si sentirme aliviada o decepcionada de que mis padres se encontraban dormidos, o que no les importe una mierda y no trataron de comunicarse conmigo.

Todo fue una pesadilla, y deseaba meterme a la cama de inmediato. Pero antes quería quitarme la sangre y suciedad que tenia encima. Asi que decide darme un baño rapido.

Al sentir como el agua tibia caí por mi cuerpo, me relaje y deje que acariciara cada centímetro de mi cuerpo. Fue en ese momento que sentí mis lagrimas caer por mi mejillas.

A penas y las note, ya que se confundían con el agua que caía de la regadera. Deje que mi cuerpo se relajara y caí al suelo echa un nudillo, abrazando mis piernas, llore, llore como jamas lo había echo.

Todo lo que paso, la impotencia de no poder hacer algo. Todas las muertes de este día, como me sentía respecto a mis padres, a mi vida. Todo, deje ir todo en ese momento.

No se cuanto tiempo estuve en la ducha, y no me importó, lo único que me preocupaba ahora era ver como me secaba el cabello, mis padres se encontraban dormidos, y no quería hacer nada para despertarlos, así que utilice la vieja confiable. La toalla.

Me enrolle la toalla a la cabeza ya con pijama puesta y lista para dormir, me asomé por la ventana y pude ver a los guardianes que Patrick dejo para cuidarme.

Los vampiros, según me explico Erick, se dividían en tres ramas. Aquellos capaz de reproducirse, eran descendientes del primer vampiro de la historia.

Luego estaban los convertidos, estos lograban ser vampiros "normales" si un vampiro como el rey o los Príncipes los transformaban con su consentimiento, y por último los malditos, hijos de puta. Estos sanguinarios y despiadados vampiros eran aquellos que los vampiros normales convertían sin consentimiento.

Todo era extraño, de una manera que me maravillaba y asustaba al mismo tiempo.

Estaba cansada, así que me fui a mi cama y me acomode para poder dormir. Solo esperaba dormir en paz.

No estaba comoda para nada, sentía que estaba recostada en piedras. Y para mi sorpresa ya no me encontraba en mi cómoda cama, estaba en medio de la nada. Estaba en un bosque, los árboles estaban secos y todo alrededor estaba muerto.

Vi un arroyo no muy lejos, y decidí  caminar, para explorar el lugar.

Seguí el arroyo, no se porque pero sentía que me llevaria a un lado. El cielo era rojo y el aire pesado, era difícil respirar en este lugar.

Me estremeci al escuchar los truenos, era claro que una tormenta estaba cerca así que acelere el paso.

Odiaba este lugar, por mas que caminara el tiempo no pasaba ahí, no sabía si era de noche o de día. Lo único que sentía era el cansancio.

Y como imaginaba la lluvia no se hizo esperar, una gran tormenta se dejo venir, corrí, tratando de encontrar un lugar para cubrirme de la lluvia.

Me asusté al ver todo rojo, y mas cuando me di cuenta que la lluvia era roja, vi el arroyo y el agua ya no era clara, ahora estaba roja.

Como el color de la sangre.

Escuche un grito, seguido de un alarido. No debia ser inteligente para saber que se trataba de un pecus.

Corrí hacía el otro lado, tropecé con una piedra y me golpe la cabeza, pero no lo suficiente para perder la conciencia.

Me arrastre hacia el arroyo, y lo vi, esta vez no era el agua lo que corría por el arroyo, eran cuerpos descuartizados, cabezas, brazos, piernas, torsos.

SOMBRAS #CarrotAwards2017 (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora