capitulo 22 - confesiones de una romana

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Marcus preparo todo para ir hasta Egipto y recuperar a su esposa, pero antes de eso, ordeno la pena de muerte por envenenamiento; él se quedó presenciando como lo bebió, sin arrepentimiento pues no le quedaba mucho tiempo de vida de cualquier forma, el veneno surtió efecto y murió, fue enterrada fuera de la ciudad sin lapida ni velorio

Después de eso, le pidió a su primo que cuidara su ciudad mientras él iba a recuperar a su esposa y exigirle a Anippe una respuesta de porque se la había llevado sin ningún motivo aparente

Marcus quería recuperar a su esposa, exigirle respuestas a Anippe, y de paso, ver como estaban sus adorados Chisini y su hijo o hija, ni siquiera se había quedado para ver que era, ni decidir qué nombre podría usar

Tenía tantas interrogantes en su mente, ¿había nacido bien?, ¿y si él bebe no había logrado salir del umbral?, ¿y si Chisini no había sobrevivido y él bebe si?, cada una de sus ideas le aterraban más que la anterior

Mientras tanto, en el palacio, Anippe, Chisini, Diana y Marcus II comían juntos, pasaban tiempo de caridad, como si fueran una familia real; de hecho, Diana y Anippe comenzaron a hacerse más cercanas con cada día que pasaba, Chisini comenzó a tratarla como parte de su familia, otra hermana o una segunda madre

Diana era mucho más feliz en ese lugar que cuando estuvo viviendo en el palacio con su esposo el emperador Marcus, se sentía más libre, más feliz y más cómoda que nunca en su vida

Pero llego un momento en que Diana comenzó a tener unos fuertes sentimientos hacia Anippe, se sintió culpable, era como si engañara a su esposo, y había dado sus votos en el nombre de Juno, no podía hacer eso, a él lo quería pero a ella la amaba, más guardo silencio y no dijo nada; Anippe era madre, abuela, reina, tenía todo lo que una mujer pudiera desear, ¿que podía ofrecerle ella?, nada que valiera

Chisini noto los sentimientos de Diana a su madre, le dio todo su apoyo incondicional, quería verlas a ambas felices, y le dijo que podía contar con él en lo que fuera

Después de mucha meditación, Diana decidió confesarle sus sentimientos a Anippe, temerosa de la reacción que fuera a tener con la confesión; fue a verla a su alcohola, estaba sentada en la cama cuando la vio entrar

- diana, ¿qué sucede?¿estás bien?

- si

- ¿qué te pasa?¡te ves tensa?

- t-tengo que decirte algo

- ¿qué pasa?

Diana se sonrojo, su corazón palpitaba fuertemente y se puso roja, nunca antes se le había confesado a nadie, pero quizá eso tuviera que ver con que realmente nunca se había enamorado de esa forma de nadie en roma

- ¿que querías decirme?

- que . . .

- ¿qué?

- que . . . que yo te . . .

- ¿que tú?

- que yo te . . .

Anippe supo que era lo que diana estaba tratando de decirle, se levantó, se acercó a ella, acaricio dulcemente su rostro, lo levanto de la barbilla, la miro a los ojos y el beso

Diana se sorprendió, ella no esperaba que sus sentimientos fueran correspondidos por Anippe, se sintió muy feliz, pero era inexperta en besar, pues pocas veces su esposo había dejado que ella lo besara o lo tocara

Chisini, quien estaba duras de la puerta, escucho la confesión e sabía que su madre también tenía sentimientos hacia Diana, sonrió, se dio la vuelta y volvió a su habitación para jugar con su hijo

Después de esa confesión, Anippe y Diana se volvieron inseparables, Anippe mando poner un mueble al lado de su trono para su querida Diana, no iba a dejar que se fuera de su lado nunca; y ella no quería separarse de Anippe ni un solo minuto de su lado

La familia de Chisini comenzó a creer, después de muchos años, volvió a sentirse feliz, ahora tendría dos madres, dos personas que pudieran brindarle un abrazo cuando lo necesitara y una mano en cuidar a su bebe

Diana amaba completamente a Anippe, y ella la amaba también, diariamente le decía que podía tener todo lo que quisiera pero lo único que Diana quería era estar a su lado para siempre, eso era todo

Los cuatro comían juntos las tres comidas al día, el desayuno, la merienda y la cena, siempre había de todo en la mesa, para satisfacer a los paladares de todos los presentes

Gracias a Diana, Chisini podía descansar de ver a los invitados, pues ella y Anippe los reciben diariamente, Diana era la mediadora y Anippe simplemente aceptaba lo que Diana considerara correcto

El rumor de que la emperatriz de Roma ahora estaba en el palacio de la poderosa bruja Anippe se esparció rápidamente y llego a los oídos de Marcus, quien estaba a medio camino de llegar al palacio; ¿su esposa le estaba engañando?, ella no lo haría, ¿o sí?, si era verdad la haría pagar por traición también

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