Capítulo III

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-¡No!- gritó a la par en que se despertaba y se sentaba con la mirada asustada, sintiendo los fuertes latidos de su corazón.

Había soñado algo muy extraño y triste. Jamás se había imaginada algo así. Sacudió la cabeza tratando de borrar ese recuerdo, pero azotaba su mente a los segundos de haber "olvidado" aquello.

-¿Sucede algo, _____?- preguntó su madre mientras pasaba a su dormitorio y la veía preocupada.

-No, tranquila... e-estoy bien. Ya bajo.

Asintió y volvió a la cocina.

Miró hacia su ventana esperanzada de que se le olvidaría ese sueño. Siempre había escuchado que si no quería que sucedíera algo que soñó, no debía contarlo antes de desayunar. Así que se preparó rápido y bajo a comer.

[...]

-Tal y como la recuerdo...- dijo admirando la figura del edificio educativo al que alguna vez había asistido.

Agarró con fuerza su mochila sintiendo la mirada de algunos que pasaban por allí. Esto de ser nueva, no le gustaba tanto. Respiró hondo esperando que nadie la reconociese y le comenzara a hacer preguntas.

Se encaminó hacia la puerta principal para ingresar al edificio, a la vez en que, en el trayecto, esquivaba a alguno que otro alumno de allí.

Mientras tanto, un grupo de amigos estaba recién llegando a las instalaciones escolares.

-¡Es genial! Deberíamos juntarnos a entrenar. ¡Quiero ser más fuerte!- exclamaba emocionado Valt mientras iba caminando con sus dos hermanos y estos negaban derrotados.

-Suena genial, pero yo seré incluso más fuerte que tú- habló Rantaro mientras miraba con una sonrisa de costado al de cabellera azul.

Éste saltó para defenderse, haciendo que sus hermanos se avergonzaran. En cambio, Shu iba callado y con la mirada fija en el suelo. Estaba sumergido en sus pensamientos de que quizás llegase a ser _____ la nueva vecina de Valt. Era lo único que esperaba. Lo que lo interrumpió fue la voz de Nika al tiempo en que señalaba hacia el frente.

-¡Mira Valt! Allí está _____ Hayashi- dijo entusiasmada.

El albino abrió los ojos sorprendido y miró hacia donde señalaba la niña. Se veía una figura de una muchacha no tan alta, de cabellos castaños sueltos, dándoles la espalda mientras se dirigía al interior del colegio. "Es ella... ¡es ella!" Exclamaba mentalmente feliz por volver a verla. La promesa de que volvería, la había cumplido.

Comenzó a caminar rápido hacia donde se dirigía pero la mano del rubio tomando su antebrazo lo hizo frenar. Éste lo miró mal, haciendo que lo soltará, un poco asustado. Giró su cabeza, preocupado de no encontrarla. Y así paso. No la vio más culpa del rubio.

-Gracias Rantaro- dijo entre dientes enojado y caminando hacia la escuela.

Mientras que el albino se iba, los otros cuatro se quedaron viendolo extrañados por su forma de actuar. Él jamás era así.

-¿Qué le sucede a Shu? Él no es así...- espetó preocupado Valt mientras veía como el nombrado se alejaba.

-Esta raro desde ayer. Quién sabe que pasa por su cabeza- trató de restarle importancia al asunto el más alto, pero le preocupaba un poco.

-Tal vez sea fanático de _____- dio su opinión Nika mientras recibía la mirada de confusión de su hermano, Toko.

La campana sonó indicando que las clases comenzaban. Los más pequeño se fueron corriendo a sus salones mientras que los otros dos iba caminando pensando en el cambio de su amigo.

Al llegar a su salón, lo encontraron en su típico lugar, mirando el pupitre con el ceño fruncido. Tomaron asiento en sus lugares y trataban de no verlo, pero no podían. Querían deducir que le sucedía.

La puerta se cerró detrás de la profesora. Saludó a todos los alumnos y, con una tiza en la mano, giró a comenzar la clase.

A los segundos, llamaron a la puerta. Todos levantaron sus miradas para ver de quién se trataba. Luego, de a poco, se fue abriendo mientras mostraba la figura de una chica que aparentaba estar perdida.

-Disculpe, ¿éste es el salón 186?- preguntó tímidamente evitando ver a los alumnos que habían allí.

Shu, él único que no había levantado la mirada, ahora lo hizo para ver a _____, allí parada, mientras obsercaba a su profesora.

-No jovencita, es dos salones a la derecha- le indicó la mujer que daba la clase con una sonrisa.

-Está bien, muchas gracias- agradeció y salió cerrando la puerta.

Los murmuros se hicieron presentes en ese aula sobre esa chica. La profesora hizo callarlos, ya que de murmuros pasaron a gritos.

Y la clase siguió.

Los ojos rojos del albino miraban perdidamente la puerta y lentamente fue sonriendo sintiendo sus ojos humedecidos.

[...]

El primer timbre para salir al descanso, ya había sonado. _____ aún no había logrado hacer un nuevo amigo o amiga, estaba sola. Por no ser por sus fans que estaban sobre ella como moscas, no se hubiese vuelto a casa. Pero aún así no echaba esa idea a la basura. Logró librarse de sus fanáticos y suspiró aliviada mientras caminaba tranquilamente por uno de los pasillos.

Encontró una escalera y, por curiosidad, comenzó a subirla mientras se quejaba un poco de su tobillo. Al llegar a su final, estaba en la azotea del edificio. Escuchaba voces, con cautela se asomó a ver de quienes se trataban y eran sus vecinos con un chico rubio.

Quien notó su presencia primero fue Nika. Se acercó hasta ella y la tomó de la mano para acercarla a la conversación.

-¿Eres _____?- preguntó el más alto mientras la veía.

-Sí- asintió tímidamente -, es un gusto conocerte...- dijo mirándolo con una sonrisa.

-Rantaro...- fue interrumpido porque se escuchó una exclamación diciendo "Let it rip" -. Mister "entreno para volverme más fuerte" ha estado super raro últimamente y entrena más de lo normal- dijo cruzandose de brazos fastidiado.

-¿Quién?- preguntó _____ volteando a ver a Nika, Toko y Valt.

-Shu...- respondió la pequeña a la vez en que pintaba una sonreía, un poco enamorada.

MI ALBINO PREFERIDO |Shu Kurenai y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora