Capítulo XVI

2.5K 269 59
                                    

—Oh... Hola Shu, ¿y esos tarros?— preguntó con un poco de gracia mientras señalaba lo que tenía en mano, y dentro de ellos, iban unos cuantos pinceles.

—Estoy en clase de pintura— dijo riendo un poco, contagiando a su novia.

—Está bien... Nos vemos— se despidió mientras comenzaba a caminar de vuelta a su salón.

Al regresar, se sentó en su lugar a la vez en que copiaba lo que había en la pizarra,mientras que recibía las miradas curiosas de sus compañeros. 

[...]

La clase ya había acabado. Todos volvían a sus respectivos hogares sabiendo que ya estaba por llegar el fin de semana y, con eso, el comienzo de los enfrentamientos de bladers. El albino caminaba tranquilamente de regreso, sonriendo a la vez en que pensaba que iba a invitar a _____ para que lo viera en el torneo de Beyblade.

Cuando se cruzó con un hombre que vestía una remera celeste, su sonrisa se borró recordando a su rival número uno: Lui Shirosagi.

Se detuvo en una esquina mientras veía pensativo el suelo. No quería que su novia lo viese como un perdedor. Miró hacia el cielo con pesar y negó con la cabeza. No quería ser el número dos mientras que ella fuese el número uno. No quería que lo viera siendo derrotado.

Y fue cuando tomó una decisión: no la invitaría y si hablaba del tema lo desviaría a cualquier otro.

Y siguió su camino.

En cambio, la castaña llegó casi a los saltos a su casa para informarle a su madre su reencuentro con Madoka Koshin, su representante legal en la danza. Al contarle, la mayor se quedó pensativa mientras veía hacia la nada. Negó con una sonrisa mientras le decía que no se preocupase, que pronto retomaría su vida como lo era antes. La menor sonrió y asintió.

Luego de un almuerzo tranquilo, llamaron a la puerta. La castaña se levantó y se dirigió a abrir para encontrarse con sus vecinos. Los saludó con una enorme sonrisa.

—Hola _____, ¿no seríamos una molestia si nos quedamos ésta tarde aquí?— preguntó Toko a la vez en que la veía con una linda sonrisa.

—Para nada pequeño. Pasen— los invitó y les dio paso para que entrasen.

Se sentaron en el sillón mientras que el de cabellera azul le pedía a la bailarina que, por lo menos, se enfrentarán una sola vez. Su hermanita lo regañó mientras dejaba pensando a la joven. Miró hacia atrás del jarrón donde, aún, yacía escondido su lanzador y luego al chico. Suspiró y les indicó que la esperarán. Y así lo hicieron.

_____ se dirigió a su cuarto buscando una campera con capucha y un pantalón para volver a bajar, colocar su lanzador y su Bey en su cinturón mientras se acomodaba la capucha.

—Vamos— les dijo.

—¿Por qué tanto disfraz?— preguntó Valt al tiempo en que la veía confundido.

—Recuerda que no quiere que sepan que ella juega Beyblade...— le susurró el pequeño de cabellos turquesas.

—¡Mamá, en un rato volvemos!— gritó la castaña mientras salían y su madre le daba el permiso.

Caminaron hacia el parque y tomaron rumbo al estadio para bladers. Los más pequeños, se sentaron bajo la sombra del árbol mientras que los dos mayores se posicionaban a los costados de la plataforma.

—¿Listos?— gritaron Toko y Nika emocionados. Y ambos asintieron —. ¡Duelo!

—¡3... 2... 1...!— dijieron los cuatro a la vez.

—¡Let it... rip!

Exclamaron y sus Beys salieron despedidos para comenzar a dar giros y choques entre ellos. A la castaña se le veía fácil derrotarlo, se tambaleaba un poco su contrincante por la falta de fuerza en el lanzamiento. De eso se había dado cuenta su dueño y comenzó a animarlo y el Beyblade retomó fuerzas, y fue con todo a golpear a Samurai Pegasus.

—Está bien Valtryek... ¡Rush Launch!— le ordenó el dueño de éste.

El Bey azul comenzó a chocar contra el borde para rebotar y golpear al Bey de la chica, haciendo que ella frunciera ligeramente el ceño.

—¡Pegasus, ahora! ¡Winged Launch!— y su Bey comenzó a girar cerca del borde mientras que el de Valt daba vueltas cerca del centro, quedándose sin fuerzas.

Samurai Pegasus fue achicando su giro hasta llegar a golpear brutalmente a su contrincante, hasta desarmarlo.

—¡Pegasus gana con final explosivo!— dijo contenta la de cabellos rosas.

Valt recogió los pedazos de su compañero mientras que le agradecía por el esfuerzo que había dado, y miró a la chica que también hacia lo mismo. Le sonrió mientras que la miraba con admiración.

—Whoau... Eso fue super _____. ¿De dónde aprendiste eso?

—Lo aprendí en España, una pequeña gira de baile. Y me lo enseñó un chico llamado Free de la Hoya, es un gran blader. Incluso es el mejor del mundo— le informó la castaña mientras se quitaba la capucha y lo veía con una sonrisa.

—¿Podría conocerlo y tener una batalla contra él?— preguntó el de ojos marrones, emocionado.

—Mejora, eso sí. Nadie lo ha podido derrotar. Como dije: es el mejor.

—De seguro Shu lo vencería, él es muy fuerte...— dijo con admiración la pequeña.

_____ se volteó a verla con una sonrisa —Quizás pueda— le guiñó un ojo para luego dirigirse a sentar a un lado de los gemelos.

Pasaron el resto de la tarde charlando hasta que la luz del día comenzaba a disminuir. Se levantaron y tomaron rumbo a sus casas que estaban al lado.

La castaña al recostarse, ya de noche, en su cama, no dejaba de ver el techo de su habitación pensativa. Valt le había hablado sobre que se realizaría un torneo de Beyblade y que podía inscribirse. Pensaba ir a ver cómo jugaban sus nuevos amigos, porque participar, no lo tenía en mente.

MI ALBINO PREFERIDO |Shu Kurenai y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora