LA FIESTA
—No le mires, te lo prohíbo — me avisó Gabrielle mientras trataba en vano de apartar sus ojos de Evan y las tres chicas que le rodeaban—. Él es un idiota, y no se merece ni que le reconozcas como persona.
La miré alzando las cejas, y ella se encogió de hombros. Suspirando, me dirigí a la mesa de bebidas y agarré una botella de vodka, vaciando su contenido en un vaso hasta que la mitad de ese quedó lleno, y cubriendo el resto con vodka.
—Guapa, ese es tu tercer vaso ya media hora —me avisó Gabrielle, escondiendo sus mechones rizados tras sus orejas, nerviosa—. No te puedo prohibir beber, pero como amiga me veo en la obligación de avisarte de que luego puedes arrepentirte. Además… ¿sabes la cantidad de vodka que acabas de echarte? ¡Con eso puedes provocar incluso un incendio!
Rodé los ojos y me llevé el vaso de plástico a los labios. La picazón comenzó ya en la punta de mi lengua, sin necesidad de llegar siquiera a la garganta. Si, me había pasado con el alcohol, pero me daba igual. Solo ver a Evan, mi ex novio, bailando con todas esas chicas y disfrutando de ser el centro de atención… Negué con la cabeza, tenía que olvidarse de una vez por todas de Evan.
Me quedé parada en una esquina con los ojos de Grabrielle fijos en mí, y los míos clavados en Evan y el grupito de chicas. A medida que el alcohol empezaba a hacerme efecto, más me preguntaba por qué me sentía así respecto a Evan. En realidad nunca tuvimos nada excesivamente serio, y secretamente sabía que si empezamos a salir fue porque él quería desenamorarse de Gabrielle, al fin y al cabo ellos eran amigos de toda la vida, y yo siempre supe que Evan la amaba secretamente. Sin embargo él había sido mi primer novio formal, había sido el mejor de mis besos hasta el momento, y también el primero en verme desnuda. Esas eran cosas que simplemente no se podían pasar por alto.
También me pregunté por qué había llegado tan lejos con él sí, después de todo, sabía que él siempre sentiría algo por Gab, aunque nunca me lo hubiese dicho. Fácil, porque aquel pensamiento de Evan y Gabrielle juntos había sido apartado de mi cerebro por mi mente racional, solo dejándole aparecer ahora que el alcohol hacía efecto. Y yo había sido una estúpida por no darme cuenta antes, por haber dejado que las cosas avanzaran tanto.
—Oh dios mío, Erin, ¿Estás llorando?
Parpadeé alejando las lágrimas y vaciando mi cuarta copa de vodka de un solo trago. No estaba llorando. O sí, pero no quería admitirlo por muy obvio que fuese. Gabriel cepilló mi cabello castaño con los dedos hacia atrás, seguramente maldiciéndose a sí misma por no haberme obligado a dejar de beber. Había heredado el color de pelo de mi madre, esa que me abandonó cuando era solo una niña. El recuerdo revolvió mis tripas. Nos quedamos cayadas por un largo rato, el resto de la fiesta ajenos a nosotras dos, incluido Evan y su séquito de chicas. El único momento de entretenimiento fue cuando Neil Goodwin pasó de largo arrastrando a su hermana lejos de la fiesta mientras esta no paraba de protestar. Aquel chico tenía un serio problema respecto a lo que protección se refiere. Detrás de ellos caminaba otra chica a quien reconocí como Kelly Thomas, con el resto bastante enfadado. Compartía alguna clase con ella y con Nyx, la hermana de Neil. Parecían simpáticas aunque la segunda era demasiado callada para mi gusto. De hecho, si no recuerdo mal, Kelly era pariente del imbécil de Jaden Foster.
Y hablando del rey de Roma…
Por supuesto, para Foster era imposible pasar desapercibido en una fiesta. No me sorprendió verle con una cerveza medio vacía en la mano y bailando a lo loco con ese amigo rubio suyo por el que Gab tenía un cuelgue. Me sorprendí a mi misma al darme cuenta de todo el tiempo que estuve parada mirando a Jaden Foster. ¿Serían los efectos del vodka? Definitivamente, porque su sonrisa se me antojó divertida y, cuando sus ojos azules conectaron brevemente con los míos, sentí un pequeño tirón en el estómago. Aparté la mirada rápidamente. Tenía que concentrarme en pensar una nueva broma para cuando volviésemos al instituto, no en si sus ojos eran bonitos o no. Mi odio por él era casi tan grande como el suyo por mí.
![](https://img.wattpad.com/cover/17026314-288-k485047.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No te enamores de tu hermanastro ©
Teen Fiction[Historia finalista premios watty 2014] ¿Alguna vez has pensado que tu padre pudiera volver a enamorarse? ¿Y si fuera de la madre del chico que más odias? Eso me pasó a mí. Y la historia podría haberse quedado en algo así de simple, dos adolescentes...