Capítulo 23

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JADEN

ANÓNIMO: Ten una buena recuperación sin tus pastillas, Erin. Nosotros las utilizaremos como cambio.

Aquel mensaje en su teléfono móvil, junto con una foto de su caja de pastillas de hierro, fue el límite de todo. Ella se había dejado su teléfono móvil en mi cuarto después de haberla amado, y yo se le iba a devolver cuando lo vi. Sabía quiénes eran. Los matones que nos habían amenazado a Cody y a mí centenares de veces por proteger a Jake. Los matones que querían de vuelta el dinero de la droga que perdieron por culpa del chico. Los matones que nos querían quitar del medio.

Y ahora querían quitar a Erin también. Había estado la noche entera dándole vueltas al mensaje. No sabía qué hacer, no sabía si decírselo a Erin o callarme. Lo que más deseaba era su seguridad, y cuando la respuesta llegó, supe que dolería. Borré el mensaje antes de devolverla el teléfono.

Cody me llamó idiota y dijo que no estaba de acuerdo con mi plan. Yo tampoco estaba feliz, amigo. Quedamos para hablar mientras Erin se fue de compras con Gabrielle. Ella sabía que algo pasaba, lo había notado, había leído las emociones en mi rostro aquella mañana.

He mirado mi reflejo en el espejo tantas veces que ya me doy asco de mi mismo. El moratón en la mejilla duele, pero no tanto como su recuerdo. Una simple herida de guerra de lo que hasta ahora ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida. Dejar a Erin. Y aunque ya no hay vuelta atrás, aun me sigo preguntando si hice lo correcto. Pero ella debe odiarme. Tiene que odiarme, o sino este dolor habrá sido en vano.

Cuando la vi llorar, cuando escuché sus sollozos… Quise llorar con ella, pero eso solo habría hecho que mi plan fracasase. Me quise golpear más duro de lo que ella hizo cuando la dejé, cuando supe que su dolor era mi culpa. Pero tuve que hacerlo. Para mantenerla a salvo.

Si no hubiese sido por ese maldito mensaje en el teléfono.

Si no hubiese sido por los matones.

Si Jake no hubiese estado vendiendo aquella droga.

Podía culpar al mundo por lo que pasó. Y de hecho estaba enfadado con el mundo. Y conmigo mismo, porque admitía que mi plan no era brillante. Los matones aun podían seguir yendo tras Erin, pero así estaría más a salvo que a mi lado. Porque yo no podía abandonar a Cody.

Podría habérselo explicado, pero eso no la hubiese salvado. Podría haberla dejado en buenos términos, pero no hubiese servido. Hacer que me odie, que todo el mundo pueda ver su odio hacia mí, era lo único que la mantendría a salvo. A mí podían pegarme todas las palizas que quisieran, podían romperme los dientes o dislocarme los huesos. Pero ella estaría a salvo siempre que me odiase. Aunque eso me matase lentamente.

Subí la cremallera de mi chaqueta antes de bajar a la cocina a desayunar. Las ojeras enmarcaban mis ojos y el moretón se formaba cerca del mentón de un color amarillo enfermizo. La noche anterior esperé escondido a ver cómo Erin regresaba a casa, y luego salí a caminar. Necesitaba despejarme. Cuando regresé a casa mi madre estaba esperándome en el salón.

Ella sabía lo que había pasado. No me dijo nada, solo me abrazó y me dejó ir a descansar. Probé el disgusto de su mirada. Ella amaba a Erin también, pero no podía decirla en lo que estaba envuelto. Enloquecería si sabía sobre la droga.

No había dormido nada en toda la noche. Ella estaba allí, al otro lado de las paredes, al otro lado del pasillo, en la habitación de enfrente. Tan cerca y tan lejos. Solo entonces la frase cobraba significado para mí.

Me forcé a mi mismo a salir de mi habitación, necesitaba comer algo. O al menos obligarme a aparentar normalidad, porque si Erin me veía tan roto como estaba, sospecharía que algo pasaba. Si es que no lo hacía ya. Ella era lista.

Abrí la puerta del cuarto con decisión. Y justo en ese momento se abrió la puerta de la habitación de enfrente.

Todas mis fuerzas y pensamientos por permanecer lejos de ella se esfumaron en el segundo en el que la vi. Vestida con esos condenados pantalones cortos que tanto la gustaba enseñar. El pelo le caía revuelto sobre los hombros, como si acabase de levantarse de un largo sueño. Pero no por su rostro supe que no había dormido nada. Como yo.

Sus ojos castaños se cruzaron con los míos, noqueándola en el sitio como si una piedra hubiese caído sobre su cabeza. Seguramente yo estaba igual. Me sentía igual. Vi el dolor agudizarse en su mirada, y aquellos grandes ojos de ciervo se apartaron de mí. Supe que iba a llorar en el momento en el que me dio la espalda y regresó dentro de su habitación dando un portazo.

Yo también volví al refugio de mi habitación. Verla llorar era una de las peores cosas del mundo. Porque Erin era fuerte, o al menos eso trataba de aparentar.

Caminé a mi escritorio y saqué un cuaderno de un cajón. Estaba en blanco, apenas le había comprado y no había escrito nada en él. Estaba en busca de inspiración. El señor Gómez había insistido en que necesitaba presentar un trabajo para aplicar a alguna universidad importante, y que era necesario que empezase cuanto antes. No había encontrado la inspiración hasta hoy. Es curioso como el dolor puede actuar de musa. Y mi musa era Erin. Porque ella iba a superarlo. Iba a superarme. Lo sabía y me dolía a partes iguales.

Pensar en ella dolía.

Porque la amo.

FIN

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¡Hola!

Aquí ya está, finalmente, el último capítulo. Es cortito, está contado por Jaden y es más bien una explicación de lo que pasó... Un poco controbertido, ¿no? 

El chaval es un poco tonto, no voy a mentir sobre mi opinión (sí, y yo por escribir ese final también :P ), pero hay segunda parte donde va a continuar la historia! Con la misma tensión sexual (o espero que más) entre ambos personajes (no existe emoticono para poner "risa malevola" U.U).

Espero que os haya gustado la historia y mil gracias a todas y cada una de las personas que habéis leido cada capítulo, que me habéis dado la estrellita y que me hacéis feliz con los comentarios!

Como siempre digo (y no es más que la pura verdad), mis historias no serían nada sin lectores. De hecho no hubieran pasado del primer o segundo capítulo.

¡Por eso nunca me hartaré de daros las gracias cien mil y una veces!

Espero que tengáis un buen... ¿día/tarde/noche?

Volveré con un nuevo "capítulo" que será la sinopsis de la segunda parte, "tentación".

¡Saludos gigantescos y llenos de Jaden!

Andrea S. :)

No te enamores de tu hermanastro  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora