Capitulo 20

494K 22.6K 11.2K
                                    

—¿Podemos hablar? —Repitió Caleb cuando yo no contesté.

Se puso de pies de un salto, mirándome con impaciencia. ¿Por qué estaba aquí? ¿Habría venido a buscarme porque aun no había vuelto? Prometí que volvería, pero aun no me veía capaz de enfrentar de nuevo todo aquello. Y otra cosa que me inquietaba, ¿cómo sabía él dónde vivía yo? Notando mi nerviosismo Jaden dio un paso al frente, agarrando mi mano con la suya.

—Igual es mejor que pases dentro —Intervino, invitándole a entrar.

Los ojos azules de Caleb abandonaron los míos por unos segundos hacia Jaden, mirándole como si fuese un chicle indeseado que se hubiese pegado a la suela de sus zapatos nuevos. Jaden tampoco pasó eso por inadvertido, juntando sus cejas en una sola.

—No, gracias, seré rápido —rechazó la idea, volviendo a mirarme de nuevo con fijeza—. Dijiste que volverías.

Por alguna razón no sonó como una acusación, pero aun así me hizo sentir como una de las peores personas del mundo. Los ojos llorosos de Bailey preguntándome si no quería ser su hermana brillaron en un rincón de mi cerebro.

—Mira, sé que Lory hizo mal en dejarte, y también en no contarte primero que tienes una hermana, pero ahora que lo sabes tampoco puedes desaparecer. La vida es una mierda, ya. Todos hemos pasado por eso, pero me gustaría que al menos Bailey no tuviera que pasar por ello. Ha estado preguntando por ti desde que te fuiste.

Aquellas palabras me sonaron demasiado fuertes para provenir de alguien de solo doce años. Pero él vivía con ellos, seguramente a su hermana pequeña pidiendo verme. De algún modo se lo debía, sino era a mi madre, a ella. Si tan solo pudiera tener algo más de tiempo…

—El verano va a acabar dentro de poco —soltó Caleb, dando unos pasos hacia mí y situándose justo en frente—. Aprovecha antes de que las clases comiencen para venir vernos, o antes de que tu padre lo descubra.

Abrí los ojos ante esa última frase. Iba a preguntarle a qué se refería cuando salió corriendo. Me escuché a mi misma gritar su nombre, pero él no se giró ni una sola vez, perdiéndose fuera de la calle.

—¿A qué ha venido eso? —Pregunté hacia Jaden, sin esperar a que me respondiera—. Dijo “hasta que tu padre lo descubra”.

—Supongo que sabe que él se enfadará cuando sepa que has ido a la casa de tu madre —se encogió de hombros, acariciando el dorso de mi mano con sus dedos—. Venga, vayamos dentro de casa.

Le seguí hacia adentro sin añadir nada más, pero aquella última frase de Caleb seguía rondando en mi cabeza. No había manera de que él supiera que mi padre se iba a enfadar cuando lo supiese. Ni siquiera mi madre tenía idea de que había ido allí en contra de él. Un montón de ideas locas comenzaron a formarse en mi cabeza, ideas que tenía que desechar porque no podían ser ciertas, porque eso arruinaría todo.

Pero quería saber lo que pasaba, y para hacerlo solo tenía dos opciones: hablar con mi padre y contarle lo que había pasado, o volver de nuevo a la casa de mi madre.

Mi teléfono móvil vibró en medio de la comida, ganándome una mirada de enfado de mi padre. Últimamente estaba de muy mal humor. Casi simultáneamente lo hizo el de Jaden, solo que para él era una llamada. Se disculpó con un gesto y salió fuera de la cocina. Mientras tanto yo leí el texto que me acababan de enviar.

GABRIELLE: Cita doble. Hoy. “No” no es una respuesta. Te necesito ahí.

Una pequeña sonrisa se coló en mis labios. La verdad no me iría mal una tarde de diversión fuera, así podría aclarar mis ideas sobre lo que me había dicho Caleb, y también sobre ir de nuevo a casa de mi madre. Aun así seguía sin saber cómo estaba avanzando la “no relación” de Cody y Gab, así que no la dije que no a la primera.

No te enamores de tu hermanastro  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora