Primera impresión

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Capítulo 5

Ya han pasado cuatro días de la mudanza.

Era fin de semana, estaba cansada. Soy un poco exagerada, me canso por todo.

Era sábado, me encantan los fines de semana, cero colegio, cero universidad, aunque estábamos en vacaciones, los fines de semanas no dejaban de gustarme. La mudanza me hizo sentir como si estuviera en el colegio, (estresada).

Solo faltaba dos meses para entrar a la universidad, parece muchos días, pero esos "dos meses" pasan en un abrir y cerrar de ojos.
Creo que estoy lista, el mes pasado hice mi exámen de admisión y gracias a Dios aprobé. Solo esperaba el día para entrar y comenzar una nueva etapa.
«Esto es el comienzo de algo hermoso».
¡Que extraño! Volví a escuchar esa frase en mi mente. No entendía porqué sería el comienzo de algo hermoso, pero decidí a creerlo.

—Elisa —dice mi madre —en quince minutos nos vámos.

—Ok mom —Le respondo mientras veo por mi ventana.

Media hora después ya estaba lista. Luego de mi frustración de: ¿qué iba a ponerme?
Logro conseguir mi "Outfit".
Decido ponerme mi jeans talle alto, blusa holgaga color mostaza y mis vans negras. Estaba terminando mi make up, cuando escucho la bocina del auto y mi padre gritando:

—¡Elisa apúrese! —siempre tenemos que esperarte.

—En seguida papá.
Termino de colocarme el lipstick y corrí...

Llegamos al cine, nos colocamos en la fila para comprar los tickets.
El cine estaba abarrotado, era muy incómodo ver a tantas personas. Era sábado tenía que asimilarlo.

—Eli, ¿podrías quedarte en la fila con Mercedes mientras Elena, tu padre y yo nos sentamos? —inquiere mi madre con un tono de cansancio.

—Claro que sí, con mucho gusto —respondí.

—Está bien mom, descanse —dice Mercedes.

Delante de nosotras había aproximadamente treinta personas. Mientras esperábamos, recorría con la mirada el lugar, había mucha gente: chicos con sus novias, familias, niños corriendo, grupos de amigos, etc.
Mi mirada se desvío hacia un grupo de jóvenes, sus risas se escuchaban en todo el cine como un eco, era un poco molesto escuchar tanto ruido de un solo grupo.

—Son tan irritantes —dice Mercedes mirándolos fijamente.

—Solo quieren llamar la atención —respondí.

No dejaba de verlos, habían logrado lo que más querían: llamar la atención de alguien.
Había un chico de espaldas, era del grupo de los "irritantes". No lograba ver su rostro, era muy alto (Más alto que Arturo), no sé por qué insistía tanto en verlo.
Cuando por fin el chico se voltea, quedé impresionada, inmóvil, estupefacta y todo los sinónimos que hayan.
Era... Era, tan hermoso. Por un momento me olvidé que era del grupo de los "irritantes".

Sus características físicas simplemente eran... Perfectas. Tal vez exagero, pero es la verdad, es guapísimo.

No dejaba de mirar su sonrisa con hoyuelos y dientes perfectos. Me duele admitirlo pero, es más guapo que Arturo.

Una chica se le acercó, confieso que era muy atractiva, parecía modelo de Victoria Secrets. No dejaba de besarlo, y tocarlo. Sentí un poco de repulsión, no por los besos, ni por el chico, era más bien porque estábamos en un lugar público rodeados de niños y adultos.
Inmediatamente quité la mirada y rodeé los ojos.
Dos minutos después estaba mirándolo de nuevo, ¿dónde estaba mi dignidad? ¿Por qué no dejaba de mirar a un chico con novia?
Quería golpearme por ser tan tonta.

La primavera de un cactusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora