Tensión

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Capitulo 20


El olor a navidad se siente aún más, ya hoy es noche buena, sigo sin creer como el año pasó tan rápido.
Me encuentro con mamá ayudándola en la cocina. Elena ve su cómica y Mercedes trata de detener a bamby para que no tumbe el árbol navideño.
Mi amiga Rosa también está con nosotros, decidió pasar la navidad aquí.
La presencia de Rosa me ha aliviado mucho. Ya lleva una semana con nosotros.
Ha pasado tres semanas del problema con Mathias y siento que hubiera pasado un año.
Me había acostumbrado a verlo todos los días. Solo hemos hablado por celular. Se encuentra muy triste.
Papá sigue cerrado y dice que no aceptará nunca esta relación.
Suspiro y sigo picando los vegetales.
Mamá solo observa y seguimos en lo nuestro.


Bamby le quita la manzana a Rosa y se la lleva al patio. Mercedes, mamá y yo reímos.
Rosa indignada se acerca a la cocina; toma otra manzana y la muerde.

—Ya con esa, serían tres manzanas que te comes —Le dice mamá riendo.

—Bamby es el culpable.

Rosa no deja de mirarme mientras muerde su manzana.

—Eso es aterrador, ¿sabes?

—Eres una boba.

—¿Perdón?

—Que eres una boba.

Mamá está muy concentrada en la cena que no nos presta atención.

—¿Y por qué soy una boba si se puede saber?

—Porque ya te diste por vencida con Mathias. El señor Marcos dijo que no y tú lo aceptaste.

—Yo no me he dado por vencida...

—Pues traelo hoy a la cena.

—Sabes que no puedo, papá...

—Ves que eres una boba — Rosa me interrumpe— A veces Dios permite las cosas a ver cómo reaccionamos, y tú no has hecho nada.

Suspiro.
Mamá le llama la atención la conversación.

Rosa sigue hablando.

—No es fácil lidiar con el pasado de alguien, siempre tiende a perseguirnos, pero de los errores nadie se escapa y del pasado tampoco. Y si no eres capaz de perdonar el pasado entonces no estamos preparados para un futuro...

—Rosa, sabes que he superado el pasado de Mathias.

—Sí pero tu papá, aún no, y si no logras convencerlo del buen hombre que es Mathias su relación fracasará.

—No conoces a mi padre Rosa.

Rosa arquea sus cejas.

—Claro que lo conozco Elisa, por eso es que te digo todo esto. No eres una niña, tienes que luchar, así sea que fracases, pero intentanlo.

—Hija si quieres puedes ir a verlo —Rosa terminará de ayudarme.

Rosa hace un gesto de aburrimiento.

La primavera de un cactusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora