La cena

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Capítulo 15

Me encuentro en el centro comercial junto a mi madre buscando un vestido. Mercedes se ofreció en cuidar a Elena. Salimos de casa quince minutos después que Mathias se marchó.
Ya eran las seis y treinta de la tarde y aún no encontrabamos nada. Trato de relajarme. No sé por qué me preocupo tanto por el vestido si es una simple cita. Bueno... Así soy yo.

—Elisa, ¿te gusta este? —indaga mi madre mostrándome un vestido corto manga larga dorado.

Era bonito, pero el color dorado no me convence.

—El color no me agrada -dije.

—¿Quieres ir a otra tienda?

—Sí.

Salímos de la tienda donde nos encontrábamos y cruzamos a otra.
Mi madre seguía mostrándome vestidos que no me convencían.
Mi madre sabe mucho de moda, yo igual pero siempre me voy por lo sencillo.

Mamá se detuvo...

—Elisa hija, recuerda que solo es una cita. No es algo que debes ir formal.

—Si madre, lo sé —dije desviando la mirada.

Mi madre frota sus sienes.

—Está bien, te entiendo, sé que estás nerviosa porque sabes que Mathias te llevará a un lugar elegante, pero no te afanes hija, lo que te pongas te hará lucir hermosa. Tú haces el vestuario, recuerda.

—Tienes razón madre —. Suspiré.
Debo relajarme. Solo es una cita.

—¿Por qué no llamas a Mathias y le preguntas cómo irá vestido? Así te relajas un poco.

«Buena idea madre» pensé.

—Lo haré.
Saqué mi móvil.

—Yo seguiré buscando.

Asentí y marqué a Mathias.

*********Llamada telefónica*********
Mathias contestó.

—Hola —dije.

—Princesa, no me digas que vas a cancelar -dijo entre risas.

Fruncí el ceño.

—No, pero estoy a punto de hacerlo, aún no encuetro un vestido que me guste en ninguna tienda.

Mathias suspiró.

—Hermosa, ¡¿estás en el centro comercial?! —Mathias seguía riendo —. No es para tanto.

—Mathias no estoy con broma, no sé qué ponerme —fingí que lloraba.

—Elisa, no me importa si vas vestida de payasita, solo quiero estár contigo. Un vestido no te hará ver más hermosa, recuerda que tú eres y serás más linda que un vestido.

Sonreí.

—Gracias por el cumplido, pero sigo sin conseguir un vestido —. Escuché que Mathias soltó otro suspiro y luego rió —Solo llamaba porque quería saber cómo ibas a ir vestido.

La primavera de un cactusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora