Capas de mentiras

Capitulo 1: Uzumaki

Permanecía recostado en la cama, cerraba los ojos tratando de dormir, tratando de buscar un acomodo para descansar estaba aburrido no se quería levantar luego de haber almorzado, ya no quería levantarse por nada del mundo.

Su cabeza aun le daba vueltas a lo que su padre les había dicho, no quería salir hoy de casa y menos a conocer a alguien nuevo, solo quería quedarse en casa, en casa haría lo que quisiera, aunque Deidara lo regañara por casi todo lo que hacía prefería quedarse a bromear con él, a estar en casa de desconocidos y tener que comportarse como chico bueno, como el que no rompía un plato, tenía que permanecer serio, "comportase" como le decía su padre o "aburrirse" como se decía él así mismo.

Se sentó en la mesa mientras sonreía, su madre como siempre cocinaba y el olor inundaba la cocina, Deidara bajaba de las escaleras con los audífonos a todo volumen, a veces pensaba que su hermano se quería quedar sordo sin embargo, sabía bien que era para olvidarse del mundo, su padre sin embargo se sentaba en la mesa y de vez en cuando se quedaba absorto en su esposa, y en su cara se pintaba una sonrisa tonta eso a Naruto le hacía reír, porque a pesar de los años que llevaban juntos parecía que su amor era el mismo que cuando se conocieron.

-Muchachos hay algo que debo decirles – dijo su padre llamando la atención de sus hijos – hace mucho que no salimos como familia y hace unos pocos días recibí una invitación para ir a cenar con un viejo amigo mío y su familia en su casa, así que iremos esta noche a cenar con ellos

-¿Quiénes son? – pregunto curioso Naruto

-La familia Uchiha – aquello hizo que Naruto escupiera el jugo que se acababa de tomar casi en la cara de Deidara

-¡¡¡Naruto!!! – Grito Deidara enfadado - ¿Qué demonios te pasa?

-Lo siento Dei, es que no espere que fueran ellos

-¿Ellos? – Pregunto Minato

-Pues sí, este es que hay un chico en mi clase, que es un altanero, siempre se cree lo mejor del mundo y todas las chicas lo adoran, pero yo le detesto siempre me está ignorando como si fuera más que yo – dijo Naruto mientras mantenía su mano empuñada y subía la voz a cada palabra que decía

-Ah eso, los Uchihas siempre han sido un poco orgullosos pero aprovecha esta oportunidad y conócele mejor

-No, lo que quiero es poder restregarle en la cara que él no es perfecto – dijo con una sonrisa malvada, como si planeara el peor de los planes

-Naruto, no intentaras nada, tienes que comportarte

-Entonces no voy será aburrido

-Tienes que ir, es tu obligación y además deberás comportarte

-Pero...

-Pero nada Naruto, estas advertido

No quería verle, era solo eso, era demasiado altanero para su gusto, demasiado "Perfecto" las mejores notas siempre era el primero de la clase, puntualidad en todos sus asuntos, bueno en los deportes, un líder por excelencia, y encima de todo era adorado por todas las chicas e incluso por Sakura; a veces pensaba rendirse y dejar que ella se fuera hacia él, pero la quería y no quería encima que ese chico le ganara hasta con Sakura.

Todos los pensamientos de Naruto fueron interrumpidos por un "Toc-Toc" y una suave voz que hablo tras la puerta

-¿Puedo pasar? – Naruto reconoció inmediatamente la calmada voz de su madre

-Adelante

Kushina entro lentamente en la habitación cerrando la puerta y brindándole una cálida sonrisa a Naruto se acercó sentándose en el extremo de la cama

-¿Qué pasa con ese chico, Naru?

-Es que él siempre es un altanero – dijo Naruto que permanecía con los ojos cerrados

-Yo creo que es más que eso ¿Verdad?

-Es que...quizás...es que Sakura...le quiere – confeso

-O sea que le tienes envidia – Dijo Kushina con una leve sonrisa

-Yo. Jamás es un altanero – dijo ahora volteando la cara para que su madre no notara el sonrojo que se apodero de sus mejillas

-Naru, tu eres un gran chico y si esa tal Sakura no quiere estar contigo, pues no sabe lo que se pierde, y no te preocupes por qué tu eres un Namikaze y además la sangre Uzumaki corre por tus venas – dijo parándose de golpe de la cama quedando frente a un sorprendido Naruto – Demuestra que tú eres mejor, demuéstrale quien eres en realidad deja salir tu lado Uzumaki

-Tienes razón – dijo antes que se le pintara una sonrisa de oreja a ojera – Gracias mamá eres la mejor

Kushina sonrió saliendo de la habitación de su hijo dejándolo a solas mientras este habría suarmario para ver que ponerse, las palabras de su madre habían vuelto a encenderesa chispa de energía que era tan típica de los Uzumaki.