Capítulo 22: Rencuentros indeseados

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No podía dejar de besar sus labios, hoy, hoy era un día extraño para ese rubio, se había despertado con un deseo inexplicable de besar a Sasuke, de no dejarlo apartarse de él ni un minuto, en ningún momento, el pelinegro no se oponía al cariño repentino que tenía su novio por él, pero tendía a sentirse raro, demasiado excitado para su gusto, y le preocupaba llegar a someterlo en medio de la cocina y que alguien los viese, en especial con Deidara y su hermano que se la mantenían husmeando por ahí a cada rato; Naruto lo mantenía abrazo como si de un osito de peluche se tratase, Sasuke le respondía el abrazo de igual manera, ambos se mantenían sentados en el sofá mirando "9-1-1" le parecía un programa interesante, y a Naruto le gustaban raramente las cosas que tuvieran que ver con emergencias, pero le encontraba una chispa que le gustaba, miro a su novio y no pudo evitar sonreír como un idiota, según él, así sonreían los enamorados, hace ya una semana que Deidara e Itachi se la mantenían saliendo juntos, cosa que hacia realmente feliz a Naruto, su hermano era una de las personas a las que más quería y su felicidad era algo que valía la pena ver, hace una semana que los había dejado encerrados en una tienda erótica, y aunque al principio cuando Hidan le hablo del lugar él se apeno demasiado, pero luego sabía que no iban a poder evitar estar juntos, también había escuchado que Itachi había solucionado todo con su "prometida" y eso también lo hacía feliz, él sabía muy bien que a su hermano le habían roto el corazón hace mucho tiempo, y por eso el había renunciado a enamorarse, pero su corazón era caprichoso e ingenuo y se enamoraba muy rápido aunque él no quisiera. Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir como Sasuke soltaba su cuerpo y se paraba del sillón, Naruto lo miro con carita de gatito triste y eso hiso reír a Sasuke.

-Tranquilízate, ya vuelvo – le dijo con una cálida sonrisa que hizo que Naruto se sonrojara un poco

-Vale – le dijo el rubio

Sasuke camino hasta la nevera y saco un par de sodas, en ese momento la puerta se abrió y pudo ver a Deidara, Itachi y su madre entrar con una sonrisa en cada uno de sus rostros, últimamente esos dos se veían muy alegres y su madre los miraba con cierta complicidad que él no podía evitar que se le hiciera curiosa ˂˂ Quizás ella también sabe sobre ellos, como supo sobre nosotros ˃˃ pero no quiso preguntar nada, simplemente se mantuvo tranquilo mientras los veía entrar, observo con detenimiento como su cuñado ayudaba a su madre a acomodar los vegetales en la nevera, su madre le dio un saludo con una tierna sonrisa y siguió con lo suyo, él se acercó nuevamente a Naruto y le dio una de las sodas, la cual el acepto sin dudar, Naruto se volvió a acurrucar en su pecho sin importar que la madre o hermano de Sasuke los estuviese viendo, pero a Sasuke ya le daba igual lo quería y así era su historia, y así eran sus momentos, y no quería darlos por terminados nunca, miro a su madre salir de nuevo y a su hermano mirar su teléfono algo confundido, y no pudo evitar preguntar.

-¿Pasa algo con el teléfono? – le pregunto con una sonrisa de lado

-Pues tengo marcado el día de hoy en el calendario, como recordatorio pero está vacío, y además no lo recuerdo – le dijo mientras se sentaba en el sillón

-¿Disculpa, me puedes prestar un mensaje? – le dijo Naruto con una sonrisilla que se le hizo sospechoso a Sasuke

-Claro – le dijo Itachi cediéndole su teléfono

Naruto se recostó al pecho de Sasuke una vez más, y empezó a buscar la galería del teléfono, quería saber una cosa; quería ver lo que un hombre como su cuñado podía tener en su teléfono, más directamente las fotos de él y Deidara.

-Naruto... – le replico Sasuke y le fulmino con la mirada

-¿Qué? Es solo un mensaje – dijo con una sonrisa de oreja a oreja, pero se le borro cuando no consiguió nada

Capas de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora