Sentía frio, no faltaba mucho tiempo para estar en casa de los amigos de su padre y poco a poco los nervios se apoderaban de él, permanecía callado y eso no era típico de él, miro a su hermano que permanecía recostado a la ventanilla del auto, tenía unos ojos melancólicos seguía siendo prisionero de sus propias emociones, su sonrisa se había ido y ahora solo quedaba esa seriedad tan fría, que Naruto deseaba que desapareciera de su hermano, su padre en cambio sonreía y hablaba animadamente con su esposa la cual cuya sonrisa no quería desaparecer, hasta que el automóvil paro.
-Hemos llegado y por favor compórtense – dijo Minato casi como si suplicara
-Vale – dijeron en unísono
Bajaron del auto y se pararon junto en frente de la mansión, era una casa gigantesca eso solo hizo que ambos chicos se tensaran, sabían muy bien cómo eran las personas que vivían en hogares así, demasiado arrogantes para su gusto, pasaron por el gran portón que se abrió cuando llegaron, y al llegar a la puerta una joven y linda mujer abrió invitándoles a pasar, al llegar al gran salón se divisaron los cuerpos de tres hombres y la elegante silueta de una mujer que se levantó del sillón dirigiéndose hacia ellos.
-Bienvenidos y es un gusto volver a verlos – dijo haciendo una leve reverencia – Minato, Kushina y estos chicos deben ser Deidara y Naruto ¿O me equivoco?
-Soy Deidara un gusto
-Soy Naruto es un placer
-Que chicos tan educados y tan a la moda, diría yo – dijo mirando como ambos habían cambiado su vestimenta
Así habían sido siempre, y ni siquiera su padre pudo hacerlos cambiar de parecer, aunque Deidara vestía un traje no había querido ponerse el saco, en cambio se puso una chaqueta de cuero y Naruto no quiso dejar su abrigo naranja por nada del mundo
-Cuando algo se les mete en la cabeza no hay poder sobre la tierra que se los quite – dijo Minato algo apenado
-Entonces son tercos como tú, Kushina – dijo con una sonrisa juguetona
-Oye, Mikoto – dijo Kushina sonrojándose
-Bueno eso ya no importa, pasen por favor los demás invitados no deben tardar
Aquellas palabras hicieron que un escalofrió recorriera el cuerpo de Deidara, "Los demás" no eras solo ellos habían más invitados y eso iba ser una gran desventaja para él, había vivido los últimos años jugando con el corazón de las personas, dándoles falsas sonrisas y tan solo divirtiéndose, había estado con tantas mujeres que no lo dudaba alguna de ellas iban a estar en ese gran salón, y lo que menos quería era tener una confrontación amorosa frente a los demás invitados y que se dañase su reputación; se había vuelto una persona así de fría por culpa del mismo amor, por enamorarse y sufrir las consecuencias porque parecía que no había persona en el mundo que en verdad lo quisiera, siempre terminaban engañándolo, dejándolo solo con la simple excusa de "Lo siento, pero era solo una aventura" o "no era nada serio solo era para divertirnos un rato" esas palabras habían cavado un hueco en su corazón las había escuchado tantas veces que simplemente ya no se enamoraba de nadie, se había decepcionado demasiado y ahora prefería ir como las abejas, de flor en flor.
-Menudo problema – susurro para sí mismo
¿Eh? ¿Dijiste algo Dei? – pregunto Naruto que permanecía a su lado
No, nada Naru tranquilo – dijo mirando hacia sus padres recorriendo el salón con la mirada y dirigiéndose hacia los Uchihas uno de ellos llamo su atención, alto y peli negro tenía una mirada fría y a pesar del elegante traje que vestía se podía notar lo ejercitado de su cuerpo, Deidara no pudo evitar morderse el labio de tan solo mirar a ese chico
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Capas de mentiras
FanfictionLa familia Namikaze y Uchiha se reúnen por primera vez en años, logrando así que sus hijos se conozcan sin embargo estos ya se conocían, o eso pensaban, para Itachi la sorpresa será grande cuando se dé cuenta de la verdadera personalidad de Deidara...