12.

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Terminamos de comer y no solté la mano de Miriam en ningún momento. Sabía que me necesitaba.
Estábamos recogiendo todo, según Ricky luego tocaba lago, así que nos obligó a ponernos los bañadores.

Estaba sola en la caseta que había, no la misma que la noche en la que besé a Miriam. Esta era bastante grande.
Me estaba terminando de poner el bikini y oí que alguien entraba. Iba a decir algo cuando escuché la voz de Mireya.

-Amiga, ¿estás bien? -dijo ella, así que supuse que estaba con Miriam.- Como te haya dicho algo otra vez te prometo que... -dijo Mireya, que obviamente sospechaba de mí.

-No fue ella. -dijo Miriam llorando.- Es por...por Pablo. Pa...parece que no le importó mucho dejarme por teléfono.

-¿Qué? -dijo Mireya.- Pero estabais bien, ¿no? Y así, ¿por qué así? ¿No era Pablo siempre de hablar las cosas?

-Yo...yo le llamé...para...para... -dijo Miriam con dificultad.

-Miriam, hacemos lo de siempre, ¿vale? -dijo Mireya y yo me asomé para ver la escena. Mireya le cogió la mano y se la puso en su pecho.- Céntrate en mi respiración. ¿Ves? Síguela. Muy bien Miriam. Poco a poco. -dijo Mireya para luego darle un beso en la mejilla.- No hace falta que me digas lo que ha pasado. Da igual Miriam. Te voy a llevar a casa y me quedo allí contigo, ¿vale?

-Pero...si me quedo en cama voy a estar pensando...porque lo sé... -dijo Miriam aún llorando.

-¿Quieres quedarte? -dijo Mireya y Miriam asintió .- Voy a estar contigo.

-Tú diviértete Mireya. Yo molesto. -dijo Miriam.- No sé cómo lo hago pero siempre os doy problemas.

-Miriam, siempre eres como nuestra madre. Por una vez deja que alguien te cuide a ti. -dijo Mireya y Miriam le respondió con un abrazo. -Se...que no es un buen momento, pero, ¿todo bien con Ana? -yo me estremecí al escuchar mi nombre.

-Si. Yo...bueno nosotras...aunque creo que fui yo la que empezó más veces. Siempre peleamos pero acabamos, ya sabes... -dijo Miriam.

-¿Sexo?

-¿Cómo? ¿Qué? ¡No! -dijo Miriam riendo.- Mireya, de verdad, no lo sabe nadie más, bueno Mimi. Pero, a ti no te puedo ocultar nada. Creo que me gusta.

-¿Crees?

-Lo sé.

-Así que si no es sexo, son besos.

-Puede ser.

-¿El primero?

-Qué es esto, ¿un interrogatorio? -dijo Miriam.- Aquí.

-¿Aquí, aquí?

-En la otra cabaña, el día de la fiesta.

-El reto.

-El reto, amiga.

-Mira, ¿sabes que te digo? Deja de pensar en Pablo y céntrate en la canaria.

-Yo...llamé a Pablo para que lo dejáramos...que viniera aquí y hablásemos, pero él va y me deja por teléfono. ¿Puedo ser más patética? -dijo a Miriam.-Me dijo que...que conoció a alguien, que lo siente, pero que llevábamos un año prácticamente sin vernos, y que sentía que lo nuestro estaba roto. No le dije nada, porque yo estuve con Mimi y ahora con lo de Ana...Pero me jode que lo haya hecho así, me dijo que venir hasta aquí para eso...que si ambos estábamos de acuerdo lo mejor era terminar ya.

-¿Y llamaste a Pablo por ella? -dijo Mireya y Miriam asintió.- Amiga, lo tuyo no es que te guste, estás a otro nivel y no lo quieres aceptar. Tú nunca habrías llamado a Pablo para dejarlo. Nunca.

Hay algo en ti ✨ (WARIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora