-¿Por qué no hemos cogido el coche? -le pregunté a Miriam parándome.
-Lo recordaba más cerca. -dijo Miriam.- Venga va, canaria, que tampoco es para tanto.
-¿Qué no? -le dije.- Miriam, llevamos hora y media andando y hemos pasado por aquí como tres veces.
-Que va, no exageres.
-Amor, ese gato ya sabe hasta como nos llamamos de las veces que nos ha visto pasar. -dije señalando a un gato que estaba subido encima de una roca.- Te has perdido, admítelo.
-Que no Ana, ahora hay que girar a la derecha. -dijo Miriam.- Ya verás como llegamos al acantilado.
-Y cuando lleguemos me tiro de lo cansada que estoy. -dije yo poniéndome una mano en la frente.
-Chica, que dramática que eres. -dijo Miriam.
-No soy dramática, pero nos vamos en dos días y espero que hayamos vuelto a tu casa para entonces.
-Eso es ser dramática. -dijo Miriam.- Confía en mi sentido de la orientación.
-Que es nulo, por cierto.
Miriam rodó los ojos y me agarró del brazo tirando de mi para que me pusiera a andar de nuevo.
-Mira, si antes hemos ido por la izquierda y por la derecha, pues volvemos por nuestros pasos.
-Miriam, amor, ¿y ese camino de allí? -dije señalando una zona.
-Ese...¿es nuevo? -dijo Miriam- ¿Pasamos por ahí ya?
-Dios Miriam te mato. Que hay un cartel. -dije acercándome.- Confía en mí, yo se por donde es. -dije imitando a Miriam.
-Oye, que la última vez que vine no había nada. -dijo Miriam cruzándose de brazos.- Además está oscureciendo, no es mi culpa.
-Pareces una niña de cinco años. -dije haciéndole un gesto con la mano para que viniera a donde yo estaba.
-Me tratas como si lo fuera. -dijo Miriam mientras seguía andando por el camino.
-Que no, amor. -dije alcanzándola.- Eres una chica muy mayor.
-¿Ves? -dijo Miriam aumentando el paso.
Yo no pude evitar reír ante la reacción de Miriam. Cuando se ponía así me daban ganas de comérmela a besos de lo adorable que resultaba.
-Canaria, aumenta el paso que a este paso nos perdemos el atardecer.
-No si ahora la culpa será mía. -dije volviendo al nivel al que Miriam se encontraba.
***
Cuando llegamos al acantilado pude notar lo que me dijo Miriam, iba a ser una de las experiencias más bonitas de mi vida.
Miré a mi alrededor, viendo a unos grupos de personas, un par de parejas más y unos padres que estaban allí con su hija. Todos estaban sentados encima de unas mantas mientras hablaban o simplemente se abrazaban.
Yo miré a Miriam, que estaba de pie observando el mar. Cerró los ojos y cogió aire para luego soltarlo lentamente por la boca. Yo no podía apartar mi mirada de ella, la estaba viendo de perfil, uno de los más bonitos que había visto nunca. Esbozó una sonrisa para después abrir los ojos y extender los brazos como si fuera un pájaro.
-A miña terra galega, a miña casa... -susurró Miriam bajando los brazos para después morderse el labio.
Yo me acerqué a ella y pasé mis brazos por su cintura haciendo que girara su cabeza y buscara mis manos con las suyas.

ESTÁS LEYENDO
Hay algo en ti ✨ (WARIAM)
Teen FictionAna nunca pensó odiar un verano, y menos pasárselo encerrada en un pueblo lejos de sus amigos y del gran chalet de verano en Ibiza. Miriam por su parte deseaba que el verano empezara, porque estaba saturada con tantos exámenes. Lo que si que no espe...