33.

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-Vale, Ana. -me dijo Miriam.- Tu tranquila. Yo voy a estar ahí delante. Además estás con todos aquí. -dijo señalando detrás mío.

Era cierto. Estaba allí con todos los demás, y que Mimi actuara después de mi me tranquilizaba un poquito, al menos no se bajaría justo antes de salir yo. Eso si, me iba a superar con su actuación, eso lo tenía claro.

-Me bajo. -dijo Miriam dándome un beso.- Lo vas a hacer increíble. Deja de pensar que Mimi lo va a hacer muchísimo mejor, porque las dos lo vais a pegar igual. -dijo abrazándome.- Te quiero. -me susurró contra mi cuello.

-Yo también, amor. -le respondí.

-¡Chicos! -gritó Miriam.- Mucha suerte, vais a triunfar. -dijo para después bajar por las escaleras que llevaban a donde se encontraba el público.

-Banana. -dijo Mimi acercándose. Estaba guapísima.- Tranquilízate. Vas a salir ahí y vas a hacer lo que tengas preparado dejando a todos con la boca abierta.

-Estas guapísima. -dije yo.- Y yo...

-Y tú parece que te vayas a una boda. -dijo Mimi.- Si brillas con ese vestido de una forma increíble. Mira que si no fueras mi mejor amiga y no estuvieras saliendo con Miriam, tú y yo tendríamos una pequeña charla.

-Mimi, tía. -dije mirandola con los ojos bien abiertos.

-Bueno vale. -dijo ella.- Pero era necesario que supieras que si lo de Miriam va mal, ya sabes donde estoy...

-Eres idiota. -dije riendo y pegándole en el hombro.

-Pero, ¿a qué te has tranquilizado un poco?

-Un poco si, para que voy a mentirte.

En ese momento sonó la música. El festival estaba a punto de comenzar. Ni siquiera quería salir fuera a ver la gente que había, porque creo que si lo hubiera hecho me habría mareado y no me levantaban de ahí en la vida.

Se oía como el presentador de la gala iba hablando. Un tal Roberto Leal, me habían dicho que se llamaba. El tipo parecía buena gente, y la verdad es que los chistes que hacía me conseguían relajar.

Presentó varias actuaciones de algunos chicos que conocía de vista y más de personas que no había visto en mi vida. Posiblemente sería gente que había venido de otras partes para participar, como mi madre hacía antes de que yo naciera.

Llegó el momento de Amaia, iba con un mono rojo que le quedaba a la perfección. Parecía que estuviera hecho exclusivamente para ella. Después de ella fueron los demás. La verdad es que una de las actuaciones que más me sorprendió fue la de Ricky. El tío hizo suyo el escenario como si fuera un concierto solo de él. Se subió por una serie de cajas que estaban colocadas estratégicamente para su actuación.

Se iban bajando uno a uno y nos íbamos quedando solo Mimi y yo con los demás participantes que todavía tenían que actuar. Mimi intentaba tranquilizarme haciéndome un masaje en los hombros que, la verdad, no estaba haciendo mucho efecto.

-Vale Ana. -me dijo.- La siguiente eres tú. Mira, tienen ahí el piano preparado y todo para sacarlo.

-Madre mía, madre mía. -dije yo.- Me va a dar algo.

-Tampoco hay tanta gente.

-Casi nada. -dije yo.- ¿Tú oyes los aplausos? O está llenísimo o son poca gente que hacen un ruido increíble. -dije haciendo una pausa.- Y no creo que sea precisamente lo segundo.

-Bueno Ana. -dijo Mimi.- Deja de pensar en eso, que está llegando tu momento.

Mimi me cogió de los hombros para mirarme y se puso a respirar lentamente conmigo. Sin decirme nada me asintió con la cabeza, diciéndome que lo iba a hacer bien. Después me vocalizó un "Tranquila", que no se si no escuché porque estaba a punto de darme algo o porque ni siquiera lo pronunció.

Hay algo en ti ✨ (WARIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora