—Nicolás—
—Prométeme algo —leí en aquel papel con pequeños dibujitos de flores—. Jamás me dejaras.
Cambie la página de aquel pequeño librito.
—Lo prometo, jamás me iré de tu lado, te amo —termine de leer. Finalizando con una pequeña oración al final de la página—. Fue así como nuestras vidas se unieron en la eternidad...
La cursilería de un amor juvenil y eterno, estaban plasmadas en estas páginas gastadas.
Sentí los pasos de mamá acercándose a mí, enseguida cerré el pequeño librito amarillo con vergüenza.
—¿Qué lees, cariño? —pregunto mi madre, secando sus manos con un paño.
Pensé un momento como admitir la vergonzosa escena.
—Tu diario...— respondí con algo de timidez.
—¿Mi diario? —pregunto—. ¿Qué parte?
Abrí nuevamente el librito, mostrando las páginas que estaba leyendo.
—Estas —señale—. Es una promesa.
—Así es —dijo mi madre, tomando asiento frente a mí en la gran mesa, donde comíamos juntos con papá en mi infancia—. Esa frase le dije a tu padre en nuestra boda, y él respondió lo de la página siguiente.
—¿Y lo del final?
Mi madre soltó una risita. Por el pequeño tono rosado de sus mejillas, pude deducir que se sentía avergonzada.
—Era toda una romántica cuando joven...
—Ya veo...
Pase mis largos dedos por las palabras escritas en aquel papel. El matrimonio de mamá llevaba 27 años, felizmente casada con mi padre, su primer amor.
—Prométeme que jamás me dejaras... —volví a leer la oración, modificándola levemente.
Se asemejaba demasiado a lo que Matías me había dicho. Una promesa de amor, después de una disputa pasada.
—¿Cómo vas con Matías?
La pregunta de mamá me tomo por sorpresa. De inmediato mis movimientos se volvieron torpes.
—Bien —respondí con leves balbuceos—. Muy bien.
Estaba claro que mentía. Y mamá se percato de eso.
—¿Están teniendo problemas? —la preocupación se apodero del suave tono de voz de mi madre.
—Ah... yo...
—Tranquilo —sentí la acogedora mano de mamá, acariciar mi mano. Brindándome apoyo maternal—. Toda pareja pasa por problemas. Pero si el amor es verdadero, todo saldrá bien al final.
Apreté ligeramente la mano de mamá, sintiendo aun mas su calor.
—¿En serio?
Quería creer firmemente en las palabras de mamá.
—Claro, cariño —sonrió cálidamente—. Ya veras, todo se solucionara.
—Tienes razón.
Le devolví la sonrisa. No quería preocupar a mamá con mis problemas sin mucha importancia. Tal vez estaba dándole demasiadas vueltas al asunto.
"Si tan solo...le hubiese contado todo a mamá desde el comienzo..."
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Golpes de Amor [B-L/Gay]
Romance"Las decisiones tomadas a la ligera conllevan un gran peso al pasar el tiempo" Fue lo que aprendí después de tantos años.