—Nicolás—
Seque mi cabello húmedo, caminando hacia la cama, en donde estaba lista la ropa que me pondría. Había un hermoso día soleado, pero para mi desgracia, mi vestimenta consistía de pantalones largos y una sudadera roja.
Una vez vestido, me encamine nuevamente al baño. Frente al espejo, comencé a maquillas mis moretones, desde los que estaban en el cuello, poniendo mayor énfasis en los del rostro. No necesitaba que ningún tercero conozca mi desgracia.
No sabía exactamente el día en que me había vuelto hábil con el polvo compacto. Pero algo estaba claro, ahora el maquillaje para cubrir mis heridas, estaban en mi lista del día a día.
Una vez listo, regrese al dormitorio. Sobre la cama matrimonial, estaba Café con leche, durmiendo plácidamente. Sentía una calma interior al verlo tan tranquilo. No quería ni siquiera imaginar como Matías lo habrá golpeado.
—Pequeño... —susurre. Con ambos brazos, lo alce de la cama, sosteniéndolo contra mi pecho. Un pequeño quejido llego a mis oídos—. Vamos a dar un paseo.
En mi bolsillo tan solo guarde un poco de dinero, mis documentos y mi celular.
Baje al primer piso con el cachorro entre mis brazos e hice parar un taxi.
—Buenos días —salude al chófer.
—Buenas tardes, jovencito —me corrigió de manera dulce—. ¿Dónde te llevo?
—Donde... —dicte la dirección de la casa de mis padres. Primero que todo, debía poner a salvo a Café con leche.
La sorpresa en los ojos de mi madre me causo ternura.
—Hijo... —susurró, aun sorprendida por mi repentina visita—. ¿Qué te trae por aquí, cariño?
Los brazos de mi madre me reconfortaron en un maternal abrazo. Si no hubiese tenido al cachorro entre mis brazos, le hubiese correspondido el abrazo con todas mis fuerzas.
—¿Quieres pasar? Hice unas galletas, podemos tomar un té de media tarde.
Negué con suavidad, entre su cálido pecho.
—Quería pedirte un favor, mamá —hable, luego de que mi madre se alejara un poco de mí.
—Claro, cielo ¿Qué necesitas?
—¿Puedes cuidar de Café con leche? —pregunté.
—¿Café con leche? —pregunto mi madre confundida, para luego clavar sus ojos en el cachorro entre mis brazos—. ¿El perrito?
Asentí.
—¿Sucedió algo? —soltó mi madre con un tono de voz preocupada—. Estas un poco pálido, cariño.
—La universidad —mentí. Lo que menos quería era preocupar a mi madre—. No me ha dejado dormir mucho.
—Mi pequeño... —dijo mi madre, de manera suave acaricio mi mejilla. En estos momentos, el tacto de mi madre era tan reconfortante...—. Solo te queda la final de este año y al fin te graduaras de Medicina veterinaria. Estoy tan orgullosa de ti.
Sonreí. Era cierto, ser Veterinario era mi sueño desde pequeño, cuando estuve presente en el parto de una gata de la vecina, supe que quería dedicarme a cuidar y proteger a los animales, de todo tipo.
Aunque a veces sonara ilógico, puesto que ni yo mismo podía protegerme por mi propia cuenta...
—¿Entonces...?
—Claro que lo cuidare —respondió mi madre, tomando al cachorro con cuidado. De inmediato noto lo débil y frágil que estaba el perrito, pero no dijo nada.
—Gracias, mamá —agradecí, depositando un casto beso en su mejilla—. Vendré por él cuando haya solucionado un problema.
—Esta bien, cielo —sonrió mi madre—. No tardes en venir de nuevo a ver a tu padre y a mí.
Asentí y tras despedirme, salí del jardín, en donde pasé toda mi infancia jugando con mi pelota y diferentes juguetes que papá me compraba.
Camine hasta la parada de buses y en él, tome otro taxi. Si dijera que estaba calmado, mentiría. La verdad es que mis manos sudaban y temblaban. El nerviosismo era demasiado grande para mi cuerpo.
—Buenas tardes, joven —saludo el chófer, asentí en modo de saludo—. ¿Dónde lo llevo?
Cerré mis ojos un momento, preparándome mentalmente. Una vez que esté ahí, no habrá vuelta atrás.
—A la Estación de Policía, por favor.
***
Solo dejare una nota pequeña pero importante:
Golpes de Amor, entra a su ronda final.
¿Cuáles son sus teorías?
¿Final feliz?
o....
¿Final trágico?
Pd: el final a esta escrito, solo quiero ver hasta dónde llega su imaginación y esperanza XD
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Golpes de Amor [B-L/Gay]
Dragoste"Las decisiones tomadas a la ligera conllevan un gran peso al pasar el tiempo" Fue lo que aprendí después de tantos años.