—Nicolás—
Con ayuda de una toallita desmaquillante, me quite por completo la base que había puesto en mi moretón esta mañana. Ya casi no se notaba demasiado, pero era mejor prevenir y cubrirla. No quería que nadie me invadiera con preguntas.
—¡Amor! —el llamado de Matías desde la habitación, me hizo saltar—. Apúrate.
—¡Voy! —grite, tapando el paquetito de toallitas desmaquillantes.
Me gire sobre mis talones, encontrándome con Café con leche sentado en el umbral de la puerta abierta, mirándome con curiosidad. Me agache a su altura para acariciar su cabecita.
—Ya es hora de dormir, pequeño —susurre—. Se buen chico y no hagas ruido.
Le di un beso en su peluda orejita y lo deposité en la alfombra del baño. Desde que Matías había tenido una reacción alérgica con el cachorro, debía dejarlo encerrado en el baño por la noche. Siempre le dejaba un tazón con comida y otro con agua, para que no llorara. Pero esta vez era diferente.
Se había acabado su alimento.
Cerré la puerta despacio para no asustarlo, apagando la luz en el camino.
Camine con los pies descalzos hasta la cama, donde mi novio me esperaba ya acostado. Me acosté a su lado, cubriéndome con las mantas.
—Mañana tengo una importante presentación —dijo Matías—. Lo mejor será dormir enseguida.
—Esta bien —acepte de manera automática.
La luz de la lampara fue apagada por mi novio. Un beso depositado en mi mejilla, luego de unas buenas noches.
Entre la oscuridad, la espalda de Matías, me daba señales de que había quedado profundamente dormido. El reloj hacia su típico tic tac, anunciando el avanzar del tiempo.
Pero no podía dormir.
Rodé sobre la cama, quedando boca arriba, admirando el techo de la habitación mientras mi mente se inundaba de todos los momentos vividos desde que acepté la propuesta de mi novio.
Nuestro primer beso bajo nuestro techo.
Nuestra primera comida.
La primera vez que hicimos el amor en nuestra cama.
Poco a poco los recuerdos se fueron distorsionando, oscureciéndose con la cruel verdad.
La primera vez que me grito.
La primera vez que sentí miedo hacia él.
La primera vez que levanto su mano para golpearme...
Un suave aullido me saco de mis pensamientos. Café con leche había comenzado a llorar de manera suave.
Con el miedo subiendo por mi cuerpo, mire la espalda de mi novio. Aun dormía.
Solté un suspiro aliviado. Alivio que duro tan solo unos segundos.
El cachorro comenzó a ladrar con fuerza mientras soltaba algunos aullidos. El cuerpo de Matías moviéndose me aviso del horrible suceso.
Matías había despertado por el escándalo del cachorro.
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Golpes de Amor [B-L/Gay]
Romance"Las decisiones tomadas a la ligera conllevan un gran peso al pasar el tiempo" Fue lo que aprendí después de tantos años.