Capítulo 19

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—Nicolás—

Con lentitud, y cuidado, quite la manta que cubría mi cuerpo, el sol llego de golpe contra mi desnudo cuerpo. Me senté en el borde de la cama con suavidad. Aun dolía cada rincón en donde Matías me había apretado la noche anterior mientras teníamos sexo.

Apoye mis descalzos pies sobre la fría baldosa blanca, para luego clavar mis ojos en el papelito rasgado que estaba apoyado en la lampara.

Fui a la Universidad, descansa por hoy. Leí en aquel papel.

Solté un pesado suspiro y me dispuse a ponerme de pie. Camine con calma hasta el baño de la habitación. Era extraño que Café con leche no este llorando a esta hora al estar encerrado.

Abrí la puerta del baño, sintiendo la desesperación subir por mi cuerpo de a poco.

Café con leche no estaba.

—Café con leche... —le llame de manera suave.

Al no recibir respuesta, regresé a la habitación y del suelo recogí mi camisa junto a mi ropa interior. Me vestí con eso sin tomar en cuenta el dolor punzante en la parte baja de mi espalda.

—Café con leche —le volví a llamar, adentrándome al comedor. Cada llamado que hacía, sin recibir respuesta. Mas ansioso me ponía.

¿Y si Matías le había hecho algo mientras dormía? La simple idea me torturaba el pecho.

—¡Café con leche! —alce la voz, entrando a la zona de la cocina. Sentí como el corazón se detenía por un segundo al oír un pequeño e inaudible aullido del cachorro—. ¿Dónde...?

Camine con pasos temblorosos, esperando lo peor. Sabia que Matías estaba en clases, por lo que decía la nota. Pero a la misma vez, también sabía perfectamente de lo que era capaz de hacer mi pareja.

Ahora si lo sabía...

Sentí mis ojos cristalizarse y mi pecho ejercer presión. Ahí en un pequeño rincón del mesón de la cocina, estaba Café con leche. Hecho un bollito, temblando y soltando pequeños quejidos.

—Pequeño... —me acerque con lentitud, lo que menos quería, era asustarlo más—. ¿Qué te hizo...?

El cachorro al ver mi cercanía, comenzó a chillar mas fuerte y a revolverse en su lugar, como tratando de escapar de aquel rincón, lejos de mí.

—Calma... —susurre—. No te haré daño...

Con mucho cuidado, como pensando cada uno de mis movimientos. Acerque mi mano a su cabecita, acariciándola de forma pausada, tratando de calmarlo.

Me partía el alma verlo en ese estado. Estaba más que claro que Matías había ejercido nuevamente la violencia, pero esta vez, en un pequeño cachorro que no tenia la culpa de nada.

Caí de rodillas, y sin aguantarlo más, tome al cachorro entre mis brazos y lo abrace con fuerza. Poco a poco el pequeño fue calmándose, hasta que finalmente quito su cola de entre las patitas y comenzó a moverla.

—Todo esta bien... —murmure, sintiendo como mis lagrimas abrazaban mis mejillas—. Le pondré fin a esto... lo prometo.

Golpes de Amor [B-L/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora