Golpes de Amor [B-L/Gay]

Capítulo 16

—Nicolás—

Los días pasaron, Matías no volvió a levantar su mano para golpearme. Las veces que lo hacía, era para acariciarme. De cierta manera, mi miedo hacia mi novio iba disminuyendo.

La puerta siendo abierta, sobresalto al cachorro al lado mío sobre el sofá, el cual fue a recibir a Matías entre leves mordiscos en sus tobillos.

—Basta, Café con leche —trataba mi novio de quitarlo de su cuerpo. Finalmente se vio libre y se acercó a mí, depositando un beso en mi frente—. Ya regresé amor.

El cuerpo de Matías se dejo caer a mi lado en el sofá, compartí parte de la manta que estaba usando. El frio de un día lluvioso era horrible.

—¿Que estas mirando, amor? —preguntó, sacando una fresa del bol sobre mis piernas.

—Una película —respondí.

—¿De qué?

—Es de suspenso —conteste, llevando una fresa a mi boca—. Esta buena.

—Ya la vi —soltó—. El medico está loco, al final lo encierran en un hospital psiquiátrico después de encerrar a un aracnofóbico en una habitación llena de arañas.

Detuve mi movimiento por otra fresa. Matías me había soltado un enorme spoiler en la cara.

—¡No me cuentes el final! —alce la voz—¡cielos! Veamos otra cosa.

Tome el control remoto y cambie de canal, deteniéndome en un reportaje.

—Lo lamento —la disculpa de mi novio llego a mis oídos de manera vaga.

—No importa —musite, quitando la atención del televisor y clavando mis ojos en mi novio—. ¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo?

—Bien.

—¿Solo bien? —alce una ceja.

—Si.

—Pero...

—Nicolás —me interrumpió—. Veamos el reportaje.

Cerré mis labios de golpe, formándose un silencio entre los dos, siendo el único ruido el televisor. A los pocos minutos llego el cachorro a nuestro lado, acurrucándose entre los dos.

¿Qué fue eso? ¿Acaso Matías...?

Clave mis ojos en el programa, lo mejor era no darle muchas vueltas.

—Que extraño... —susurro mi novio. Viendo su antebrazo.

—¿Qué sucede? —pregunte.

—Mi pico mucho el brazo —explico—. Y ahora me salió esto.

Me extendió su brazo para ver mejor. Su antebrazo tenia un color rosado, con barias ronchitas por el lugar enrojecido.

—¿Alergia?

—Quizás. No me había pasado antes de esta manera.

—¿Pero cómo...?

—Café con leche se restregó antes aquí. Talvez tiene pulgas.

—Tal vez...

—Por el momento —tomo al cachorro adormilado y lo deposito en la alfombra a nuestros pies, en donde se acurruco de inmediato—. No se subirá a la cama o al sofá. Tenemos que bañarlo de nuevo.

Asentí.

Un casto beso fue depositado en mi frente, enseguida sentí mis mejillas arder.

—Te amo —susurro Matías.

—Y yo a ti —tarde unos segundos en responder.

Nos acurrucamos mas juntos bajo la manta, viendo con tranquilidad aquel reportaje titulado: "Violencia en el noviazgo".

Un tema bastante interesante y llamativo. Pero definitivamente no dejaba de ser un poco incomodo, en especial al recordar los sucesos pasados.