—Nicolás—
Dude unos segundos antes de girar la manilla de la puerta. Sabía que era tarde y posiblemente Matías estaría molesto.
Respire hondo, convenciéndome mentalmente que todo estaría bien. Finalmente gire la manilla.
A simple vista, las luces del salón estaban apagadas, como todas las luces del lugar.
Deje con suavidad al cachorro en el piso, dejando que oliera el alrededor.
—¿Matías? —pregunte con cierto temblor en la voz.
Di unos pasos más, adentrándome con nerviosismo hacia el comedor.
—Matías... —volví a llamarle. Deteniéndome de golpe.
Matías estaba de espaldas a mí, sentado en la silla del comedor, con los brazos apoyados en la mesa, con todas las luces apagadas. Mirando el móvil en silencio.
—Matías... —le volví a llamar. Ignorándome por completo.
Mordiendo mi labio inferior, me acerque a mi novio, colocando con temor mi mano sobre su hombro.
—Amor, perdón por llegar a estas...
—No me toques —con un movimiento brusco, quito mi mano de su cuerpo—. ¿Estas son horas de llegar?
Sentí un escalofrió por mi espina dorsal. La voz y la mirada que mi novio me dedico, era de total furia.
—Cariño... —trate de calmarlo.
—¡Cállate! —alzo la voz, asustándome—. ¿Qué mierda significa esto?
Furioso, me mostro su celular. En el se podía contemplar la fotografía que me había sacado con Ana Rose.
Oh no...
—Eso es...
—¡¿Me estas engañando?! —retrocedí en el momento en que Matías se puso de pie. Amenazante.
—¿Qué? No, yo...
—¡Cállate! —cerré mis ojos de golpe—. ¡Acabas de venir de haberte revolcado con ella!
—Claro que no...
—¿Se sintió bien? —Matías me alzo del cuello de mi sudadera. Tenía miedo, de verdad tenía miedo—. ¿Ahora te gusta revolcarte con mujeres?
—Matías cálmate...
—Te da placer meterla, ¿es eso?
Trate de soltarme de su agarre. Me estaba lastimando...
—Matías, por favor. Duele...
Mis ojos estaban a punto de traicionarme, derramando lagrimas, soltando todo el dolor e impotencia que me estaba provocando mi pareja.
—¿Duele? —temblé cuándo Matías me mostro su sonrisa. Tan retorcida y enfermiza—. ¿Y qué hay de mí? ¿Acaso yo no sufro? ¡Sabiendo que te revuelcas con la zorra de primer año!
—¡No me he acostado con ella! —sacando las pocas fuerzas que me quedaban, le grite.
Perdí el equilibrio cuando me soltó y empujo. Cayendo al piso.
—Yo amándote tanto y tu... —desvié la mirada, no quería verle su retorcida cara—. Ni siquiera valorando que prepare la cena por ti...
—Por favor... —suplique, encogiéndome en mi lugar—. Si de verdad me amas como dices...
—Cállate —su frio todo de voz, me hizo temblar—. A partir de hoy...
Levante lentamente mi mirada, viendo su expresión.
¿Dónde había quedado el dulce novio que me traía chocolates a mi salón?
—Aprenderás a respetarme como el hombre de esta casa.
***
Vale, lo admito! No subí el cap ayer por qué me costó una eternidad escribir este capítulo!
En mi cabeza se veía mejor...
Lo estoy escribiendo desde el jueves, y de ninguna manera me gustaba (de hecho, aun no me gusta por completo) así que hoy dije: vale, Caro, te sientas en el computador y no levantas tu trasero hasta que publiques el maldito capitulo.
Y al fin lo logre, a medias... pero lo logre.
El siguiente capítulo me dolerá escribirlo...
En fin! Hasta el próximo sábado!

ESTÁS LEYENDO
Golpes de Amor [B-L/Gay]
Romance"Las decisiones tomadas a la ligera conllevan un gran peso al pasar el tiempo" Fue lo que aprendí después de tantos años.