Capitulo 3

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—Nicolás—

El tiempo pasó. En el departamento las cosas iban de bien a mejor. Matías cada día me sorprendía con algún detalle.

Parecíamos una verdadera pareja de recién casados.

—Amor —hablando del rey de roma. Matías asomo la cabeza por el umbral de la cocina—. ¿Deseas algo?

Lleve otra uva a mi boca. De verdad había elegido buen el racimo.

—Un poco más de uvas, por favor.

En unos minutos más, Matías ya estaba al lado mío, con dos pocillos: uno con uvas verdes y el otro con papas fritas.

—¿No comerás uvas? —pregunte. Quitando por un momento la mirada de la película de terror que habíamos alquilado esa noche.

—No —dijo, llevándose una fritura a la boca—. Soy alérgico, ¿recuerdas?

—Lo había olvidado...

Una dulce risita salió de los labios de mi novio.

—Siempre lo olvidas.

—¿Qué te apuesto que también olvidaste algo de mí? —me excuse.

—No —dijo llevándose otra fritura a los labios—. Recuerdo desde tu número de calzado hasta tu alergia por la felpa.

Vaya... en serio no se le escapaba ningún detalle.

—Bueno... —sentí un ligero ardor en mis mejillas—. Cualquiera se puede olvidar, ¿no?

Una nueva risa salió de los labios de mi novio.

—De verdad no tienes remedio.

Quise darle fin a la charla sin sentido que habíamos iniciado, así que me acurruque en mi novio, apoyando mi cabeza en su hombro.

—¿Cuánto apostamos a que el negro es el primero en morir?

Lleve otra una a mi boca.

—Eso ya es cliché —mastique la uva—. Siempre es el primero.

Y tal y como habíamos adivinado lo obvio. El protagonista negro fue el primero en morir a manos del asesino del machete.

Devolví al recipiente la uva que estaba a punto de llevarme a la boca. La escena se había cubierto de rojo, el asesino abría el vientre de la víctima con una sonrisa escalofriante en su rostro.

Me había dado un poco de nauseas.

—Vaya... —mire de reojo como mi novio veía la escena con total calma, mientras seguía llevándose frituras a la boca. Como si de un programa infantil se tratase—. Teníamos razón. Ese hombre ya está bien muerto.

Me encogí en mi posición. El asesino había encontrado a la protagonista femenina, y ahora la arrastraba por el suelo, jalándola del cabello.

—Esto es asqueroso... —susurre, asqueado.

La chica había perdido la vida gracias a que el asesino la había degollado.

—¿No te gusta? —pregunto mi novio de lo mas casual.

—No pensé que fuera tan sangrienta.

Cerré mis ojos en el momento en que el amigo gritaba de pánico. Había encontrado el cadáver de la chica.

—Si gustas podemos cambiarla.

Negué con un movimiento de manos. Abrí mis ojos y los clavé en mi novio.

—Mejor vamos a la cama.

—Pero aún es temprano —se notaba que Matías disfrutaba la película—. Son recién las ocho de la tarde.

Aferre mis manos en la tela de mi novio. Sintiendo un sonrojo notorio en mis mejillas y orejas.

—Po...podemos hacer otra cosa...

Un pequeño silencio se hizo presente. Aunque claro entre nosotros, porque los gritos de los actores de la película no cesaban.

—Oh... —una gatuna sonrisa se apodero del rostro de mi novio—. Interesante.

Entre los gritos de horror. Matías ataco mis labios con deseo y lujuria, rodeando mi cintura con sus trabajados brazos.

—Vamos a la habitación... —jadeo mi novio, con la clara excitación en su mirada.

Yo simplemente asentí, depositando un beso en su mejilla.

Rodeé con mis piernas el cuerpo de mi novio, en el momento en que me cargaba y se encaminaba a la habitación, dejando la película andando sin ningún espectador cerca.

Aquella noche de amor fue un poco distinta. Note a Matías un poco mas ansioso y más duradero.

Me atrevería a decir que estaba más caliente que de costumbre.

"En aquel momento poco me importo pensar el motivo de su desenfrenada excitación. Un grave error"

***

Lamento la demora chicos! tenia unos problemas con esta historia. pero ya lo solucione c:

Golpes de Amor [B-L/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora