Capítulo 46: Malos entendidos

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Loke Heartfilia

La verdad es que no sabía que Gray tenía un hermano, pero allí estaba, delante de nosotros y claro... ¿Cómo iba a negarme a que le viera su hermano? Habría estado muy preocupado por él estas dos semanas que estuvo desaparecido, así que preferí dejarles a solas un rato. Volví con los compañeros a los que había dejado para buscar a Gray y esperé en la caseta donde les había dicho que estaría.

Me giré mirando hacia Gray que seguía allí hablando con Lyon ¡Tampoco quería dejarle sin supervisión, así que de vez en cuando miraba! Y entonces, en una de esas veces que me giré, mis ojos se cruzaron con Jellal frente a un puesto de Dangos mirando ¡ni siquiera sabía que a Jellal le gustaban!

Jellal los compró y al girarse mientras se metía el primero en la boca, me vio sonriéndole. ¡Me ignoró! Se dio la vuelta decidido a marcharse a seguir viendo tiendas. ¿Cómo era capaz de ignorarme? Me acerqué hasta él cortándole el paso y me miró extrañado.

~ ¿Qué pasa? – me preguntó

~ Que raro eres – le dije mirando los Dangos que había comprado – ¿es Teppanyaki? – él afirmó con la cabeza – pero si eso es muy ácido ¿Cómo puedes comerte eso?

~ Me gusta lo ácido – me dijo.

¡No... sí ácido era un rato el tío! Y seco... y frío... porque parecía un tímpano de hielo. Hablaba conmigo y en este momento, no notaba que tuviera sentimiento alguno. Intentó pasar por mi lado para seguir caminado pero volví a bloquearle el camino.

~ ¿Qué pasa? – volvió a preguntarme.

~ En realidad... me gustaría preguntarte una cosa, pero me da un poco de vergüenza – le dije y él se sorprendió.

~ ¿Tú? ¿vergüenza? – me preguntó y sonrió – eso es nuevo, dime – me dijo ahora.

~ Aquí no quiero decírtelo, hay mucha gente – le confesé

Jellal resopló y me rebasó dirigiéndose hacia detrás de los puestos donde no había gente, hacia la zona oscura entre los árboles de cerezo. Le seguí y cuando llegué, me apoyé contra el tronco de uno de los cerezos para evitar desmayarme cuando le soltase aquella bomba que desde ayer me estaba dando vueltas en la cabeza.

~ Creo que me gusta un poco Gray – le dije de golpe y éste abrió los ojos todo lo que pudo dejando el Dango a medio comer, luego empezó a reírse.

~ No me hagas reír con tus bromas – me soltó - ¿a ti? ¿Gustarte un chico? – me preguntó – ni de coña, eres un mujeriego empedernido, no hay remedio contigo enserio...

~ Jellal, que va enserio, llevo desde ayer dándole vueltas a la cabeza ¿Y sí me gustan los chicos?

~ Que no te gustan los chicos – me dijo muy serio.

~ ¿Y cómo voy a estar seguro?

~ ¿Necesitas una prueba o qué? ¿por qué no vas entonces y le besas? Saldrás de dudas – me dijo volviendo a comerse con tranquilidad los Dangos que había comprado.

~ No quiero besarle y que se haga falsas ilusiones si luego no me gustan los chicos

~ Cuanto lío por un puñetero beso – me dijo con desgana.

Le vi comerse el último Dango y me miró como quien mira a alguien que le molesta, en realidad me miraba como si mi problema fuera lo más fácil del mundo a resolver y yo estuviera haciendo una montaña de ello. Se acercó hasta mí y antes de que pudiera reaccionar, se abalanzó sobre mí. No pude retirarme aunque lo intenté, pues me golpeé contra el árbol de detrás en el que estaba apoyado. ¡Me estaba besando! Mi compañero de equipo me estaba besando y no entendía por qué. ¿Era por lo que yo le había dicho? Su mano pasó tras mi nuca y noté en ese momento como empujaba su rostro más hacia mí profundizando el beso, metiendo su lengua sin cuidado alguno, abriéndose paso incluso a la fuerza con tal de entrar y lo hizo. Yo ni siquiera había cerrado los ojos por la sorpresa que me había pegado ¡primera... ni siquiera sabía que Jellal era Gay! Y en segundo ¡Me estaba besando a mí, el mujeriego número uno!

Enamórame (Fairy Tail, Natsu-Gray, Jellal-Loke, Sting-Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora