CAPÍTULO 2: HERMANASTRO

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Gray Fullbuster 

Mi hermano abrió la puerta y me sorprendí al verle ¡hacía tantos años que no le había visto! Ya casi no recordaba su cabello plateado, sus ojos fríos y oscuros, pero no me imaginé que hubiera crecido tanto, era bastante más alto que yo y tenía más cuerpo, supongo que yo con dieciocho años aún tenía mucho que crecer para igualarle a él, que tenía casi veinticinco años. Me miró a mí primero serio y luego miró a Natsu que venía con una gran sonrisa y entonces, él sonrió y le abrazó clavando su fría mirada en mí.

~ ¿Qué te trae por aquí Natsu? – le preguntó mi hermano.

~ Creo que se te ha perdido alguien – le dijo Natsu con una sonrisa – te lo he traído ¿Cómo se te puede haber olvidado que hoy venía tu hermano?

~ Lo siento – dijo sonriendo – ya sabes que mi cabeza últimamente no está donde tendría que estar. Llamaron de la empresa y estuve ocupado hasta hace nada en reuniones de esas aburridas. Pero pasad, no os quedéis en la entrada.

Entramos en la casa y me mantuve a la espalda de Natsu, ya conocía a mi hermano, solía fingir que todo estaba bien cuando había gente, así que no terminaba de fiarme de él. Preferí permanecer cerca de Natsu por si acaso.

~ ¿Qué tal estás Gray? – me preguntó mi hermano abrazándome ¡Era la primera vez que me abrazaba!

Lyon jamás me habría abrazado, es más, se cortaría las manos antes de tener que abrazarme. Puede ser que hubiese cambiado, que tantos años viviendo solo aquí en Japón hubieran levantado en él cierto apego a la familia, pero no podía estar seguro hasta que no se alejase Natsu del lugar, algo que me daba un poco de miedo.

~ Estoy bien – le dije con la voz más seria que pude sacar mintiendo ¡Claro que no estaba bien, mi madre adoptiva acababa de morir!

~ Debió de ser muy duro lo de la mamá – me dijo – yo también lo he sufrido mucho, pero ahora estamos juntos – sonrió y esas sonrisas ya me las conocía y no eran precisamente que me gustasen, me daban miedo. – ven, te enseñaré tu cuarto

Miré primero a Lyon que se había levantado y caminaba hacia el pasillo de las escaleras y luego miré a Natsu, que me sonreía y me animaba a que fuera con Lyon. Pensé en ambas sonrisas, la de Lyon era tan fría y carente de sentimientos y la de Natsu era tan... perfecta, tan cálida, tan acogedora. Intenté sonreírle y me levanté del sillón caminando hacia Lyon.

Me iba explicando mientras avanzábamos por el pasillo, que la habitación no estaba acomodada, pero que podría comprar lo que necesitase ¡Quizá sí había cambiado! Porque hacía un rato que habíamos salido de la vista de Natsu, claro que a mí no me gustó nada cuando en vez de ir hacia las escaleras de subida, íbamos hacia las del sótano ¡Mi habitación estaba en un sótano!

De repente, sentí dolor. Lyon había agarrado mis hombros con fuerza y me empotró contra la pared ¡no había cambiado! Seguía siendo igual y estos años, iban a ser mi peor pesadilla.

~ ¿Qué coño haces tú aquí? – me preguntó de malas maneras.

~ El testamento dice... - empecé a hablar intentando explicarle que era él mi tutor, mi responsable, pero me calló de un bofetón.

~ No hables cuando no te he dado permiso, mi casa, mis normas ¿Entendido? – me preguntó y yo estaba a punto de llorar.

~ Sí – le contesté.

~ Estupendo. De la herencia no se habla en esta casa, bastante hago ya por ti acogiéndote aquí, y todo porque era la última voluntad de mi madre – quería que acabase ya, quería llorar y no quería hacerlo frente a él – mi madre ¿me has oído? No la tuya, muerto de hambre – me criticó como siempre hacía – tendrías que haber vuelto al sitio del que saliste. No verás ni un céntimo de la herencia, si quieres algo, trabajas y te ganas tu propio dinero, no utilices el de mi familia ¿Ha quedado claro?

Enamórame (Fairy Tail, Natsu-Gray, Jellal-Loke, Sting-Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora