CAPÍTULO 82: MAFIA

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Jellal Fernándes

Estos días habían sido un infierno, cuando iba a casa con mi familia era para unas pocas horas y me tocaba volver por orden de mi padre para pasar un rato con algún cliente y lo odiaba, pero no podía hacer otra cosa. Encima la visita de Loke me había desorientado del todo, porque ya había asimilado que no le importaba nada, pero ahora volvía más decidido que nunca, proponiéndome que me marchase con él ¡y lo habría aceptado! De no ser porque le creaba un problema a él y a mi familia ¡yo ya no tenía solución! Y sé, que el viaje que estábamos haciendo hoy de vuelta a Tokyo, significaba que me iban a entregar a la mafia, lo tenía clarísimo porque Jackal era uno de ellos.

No me lo había dicho, pero había visto sus tatuajes cuando lo hice la primera vez con él, esos que sólo llevaban los que estaban dentro de la organización. Mi única escapatoria ahora mismo, era un imposible, pero lo estaba intentando, quería enamorar a Jackal para que me protegiera allí dentro o incluso que consiguiese que me soltasen, aunque lo dudaba bastante, no parecía un chico fácil de convencer y me hacía el indiferente con él. Supongo que con lo atractivo que era, tendría a todos los que quisiera, así que eso no podía gustarle, tenía que gustarle los retos y en eso iba a convertirme, en su mayor reto ¡Cualquier cosa con tal de que me ayudase!

- ¿Tienes hambre? – me preguntó Jackal desde el asiento de delante dándome ofreciéndome unos panecillos.

- No – le respondí seco y tajante, de él sólo logré que sonriera y siguiera comiendo.

Miré por la ventanilla y pensé en todo lo que le había dicho a Loke, supongo que me arrepentía de aquello, claro que quería que me sacase de aquí, pero no podía hacerlo, no iba a ponerle en peligro por mí, era mejor así o al menos... de eso intentaba convencerme.

El viaje se me hizo eterno, aunque me lo pasé entero mirando por la ventanilla y sin hacer caso ni a Silver ni a Jackal. Lo fácil era no hablar con Silver, porque no me dirigió la palabra en ningún momento, pero Jackal giraba la cabeza de vez en cuando a mirarme y me ponía un poco nervioso, aunque lo disimulé bastante bien.

Por lo menos me enteré de que me quedaba con Jackal esta noche y mañana vendrían a buscarme... vamos... que mañana estaba muerto, en pocas palabras, a menos que consiguiera que Jackal me liberase, cosa que dudaba bastante, porque si lo hacía él pagaría las consecuencias.

Cuando llegamos a la ciudad, Silver nos dejó en la casa de Jackal y no tuve más remedio que acompañarle. Su casa estaba en pleno centro y parecía una zona lujosa ¡supongo que por el dinero que debía tener por los negocios! Aunque para mí sus negocios se remontaban exclusivamente a maldades, extorsiones, etc... lo que yo consideraba dinero sucio.

Entré por su casa y me quedé allí de pie, ni siquiera sabía si sentarme o no, al menos hasta que Jackal me confirmó que podía sentarme, aún así, lo hice casi a regañadientes. Sinceramente... aunque había pasado mucho tiempo con él, no sabía nada acerca de este chico, no habíamos hablado de nada, sólo había sido sexo.

Me senté en el sofá finalmente y miré hacia el televisor por hacer algo, porque tampoco me interesaba saber que ocurría, yo sólo pensaba en que seguramente... mañana estaría muerto. Saqué mi teléfono del bolsillo y mientras Jackal veía y se reía con lo que había en la televisión, marqué el número de Loke colgando enseguida. No sé cuantas veces repetí la misma operación, pero no podía hablar con él, tendría que pillar la indirecta.

La verdad es que había dudado si llamarle a él o no, pero teniendo en cuenta que había venido a buscarme a cinco horas de camino, creo que debía hacerlo, además me remarcó que le avisara de alguna forma si estaba en peligro, pues no tenía otra forma para avisarle que ésta, así que sólo podía rezar para que la pillase, porque si no conseguía encontrarme entre esta noche y mañana... era hombre muerto.

Enamórame (Fairy Tail, Natsu-Gray, Jellal-Loke, Sting-Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora