CAPÍTULO 64: DETENTE

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Jellal Fernándes

Por fin esta mañana dormí en mi casa solo, Loke se había ido a la suya ¡y me costó mucho convencerle de que lo hiciera! Porque tras la visita de Gray... se había tensado mucho, no paró de preguntarme por mi pasado y sinceramente... no me gustaba hablar sobre ese tema.

Tampoco dormí bien hoy y empezaba a pensar, que sólo dormía bien cuando Loke estaba por mi casa, porque aunque no dormía en mi habitación, me daba seguridad tenerle por allí ¡Y era una tontería! Yo no necesitaba sentirme seguro, era independiente, no necesitaba absolutamente nada de Loke y mucho menos, que rondase por mi casa como quisiera.

Me vestí y desayuné un par de tragos del cartón de leche antes de coger la bolsa con el equipo y salir de casa. Hoy todo estaba tranquilo y eso que desde el último suceso del parking... me daba un poco de miedo entrar solo allí, pero crucé lo más rápido que pude y llegué hasta mi coche entrando en él.

Arranqué y conduje hasta la base. Aún era demasiado temprano y decidí subirme arriba al gimnasio colocándome los cascos de música mientras empezaba con el ejercicio de todos los días ¡yo empecé por la cinta de correr! Lo que me sorprendió es ver a Loke tan temprano allí, porque al poco rato de empezar yo a correr en la cinta, entró él por el gimnasio dejando su bolsa a un lado y sentándose en un banco frente a mí con las pesas.

~ ¿Has dormido bien, gruñón? –me preguntó con burla y yo pasé olímpicamente de contestarle y seguí con los auriculares – lo tomaré como un no – me dijo sonriendo.

La verdad es que allí frente a mí sentado, no podía dejar de mirarle, subía y bajaba las pesas y estaba tan centrado en él, que casi me tropiezo yo mismo enredando mis propios pies ¡Si es que encima de no dormir bien, me levantaba patoso! Aun con los cascos, escuché la risa mal disimulada de Loke por mi tropiezo y me cabreaba ¡porque se estaba riendo de mí!

~ Deja de reírte – le grité

Loke no me contestó, siguió haciendo sus ejercicios pero seguía con aquella risa mal disimulada mientras me miraba de vez en cuando. Loke se levantó de golpe y dejando las pesas en el suelo se acercó hasta donde yo estaba apoyando las manos en el soporte de la cinta de correr quedando frente a mí.

~ De verdad... que mal genio tienes – me dijo sonriendo – si no puedes dormir puedes venirte a mi casa

Iba a contestarle, pero entonces vi a por los cristales del gimnasio pasar a Laxus, pero no iba sólo, iba acompañado de Silver y de Iván hacia su despacho y eso... no me gustaba nada.

~ Ey – me llamó la atención Loke - ¿Qué te pasa? – me preguntó pero pasé de él para bajarme de la cinta y salir del gimnasio apresuradamente sin decirle nada. Loke me siguió preocupado.

Laxus les cedió el paso hacia su despacho y al verme llegar a mi cabreado con todo esto, cerró la puerta tras ellos y me detuvo al otro lado.

~ ¿Dónde vas Jellal? – me preguntó reteniéndome fuera

~ No sé... ¿Tú qué crees? – le pregunté cabreado - ¿Qué están haciendo aquí? ¿Por qué no les han detenido?

~ Inmunidad diplomática – fue lo único que escuché y me eché a reír.

~ Déjate de bromas, esos dos no son diplomáticos – le dije

~ Mi padre sí – me dijo muy convencido ahora – se metió al cargo hace unos años y al parecer... acaba de contratar a tu padre como guardia de seguridad.

Enamórame (Fairy Tail, Natsu-Gray, Jellal-Loke, Sting-Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora