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Después de terminar de comer en aquel centro comercial, y después de que la llamada tan esperada le llegará a mi mamá. Yo y ella tomamos un taxi para dirigirnos a nuestra nueva casa.
Las calles estaban calmadas y no habia mucha gente a fuera de estas. Eran de un tamaño promedio, ni tan grandes ni tan chicas. Perfectas para yo y mi mamá.

-Hazza, es ahora, sal del auto- era mi madre la que me llamaba mientras yo aún no superaba el echó de que ahora viviría ahí.

La puerta era blanca, el resto de la casa era de un rojo oscuro, al parecer tenía una chimenea y un número '28' sobresalía en la puerta: era el número de la casa.
Salgo del automóvil y sacamos las maletas. Mi madre había dicho que ella ya se había encargado de comprar muebles nuevos, así que simplemente bastaba entrar y acomodar nuestras cosas.

-Bienvenido a tu nuevo cuarto, espero te guste- dejo caer mis maletas al suelo. Mi madre me dirige una sonrisa y me dice que me dejaría solo para que acomodara mis cosas. La habitación, (mi ahora habitación) era grande, la cama estaba pegada a la pared y había un gran póster de The Beatles cerca de esta. Un tocador en frente, un mueble al lado, un gran ropero y un escritorio.

-No comenzamos tan mal- susurró para mí mismo. Así que abro mis valijas y saco toda mi ropa mientras la acomodo. Saco algunas pulceras y collares que tengo y las colocó en el tocador. Unos cuantos perfumes que me habían regalado en mis cumpleaños y saco mi teléfono de mi pantalón.

También había una gran ventanal cerca del tocador, que me daba una vista directo a un parque que se encontraba enfrente. Abro las ventanillas y dejo que la luz del día entre a la habitación.
Había algo en aquel lugar que lograba hacerme seguro.

Me dedicó a sacar todas mis libretas y carpetas que utilizo para mis composiciones y las coloco en el escritorio. Pongo mi guitarra cerca del mueble y saco unas cuantas cosas más después. Terminando cansado y acostándome en mi gran cama tamaño matrimonial. Cómo si fuera a dormir con alguien. Igualmente, más espacio para mí.

-Hazza, amor- era de nuevo mi madre que tocaba a mí puerta.

-Pasa- grito sin hacer ningún intento de levantarme. Haciéndolo cuando me doy cuenta de que mi madre venía acompañada: era un chico alto, moreno, ojos color cafés y flaco (demasiado flaco).

-Hijo, te presento a Zayn, tu nuevo niñero- ¿Niñero? yo no necesitaba a ninguna persona para cuidarme, ya tenía 18.

-¿Perdon?- hablo mientras me levanto de mi cama.

-Si mira, de hoy en adelante yo tendre mucho trabajo entonces no quería dejarte solo, así que busque alguien que te cuidará mientras no esté, ¿okey?- No, aún no entendía porque necesitaba un niñero

-¿Tengo opción?- el enojo de la mudanza y del ahora el supuesto niñero se habían remolinado en mi estomago. No era posible que mi propia madre no creyera que podía cuidarme solo.

Frente a mi rueda los ojos y responde con simple -no- igualmente doy como respuesta lo mismo y ruedo los ojos. Bajo la mirada unos segundos, para después mirar al chico.

-Hola- me dice este mientras me extiende su mano para saludarlo.

-H-hola- respondo con una sonrisa nerviosa, a lo cual el responde con una leve risa.

¿WHAT IS HOMOPHOBIA? Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora