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~Narra Gin~


Dos semanas pasaron, de nuevo Francis no me dirigía la palabra lo que me resultaba un tanto incómodo y decepcionante, creí que ya habíamos arreglado las cosas aquel día que me hablo por el robo de las legumbres en mis tierras pero al parecer me equivoque. El día estaba muy aburrido en la casa así que decidí salir a entrenar con el arco un momento, no había quitado las dianas de paja del patio así que fui a ellas, tome el arco con el carcaj y salí de la casa.

Me frustre al décimo intento, aún seguía sin lanzar bien una flecha a la bendita diana, bufe tirando el arco al suelo y sentándome bajo un árbol sumergiéndome en mi miseria de no poder tirar una flecha como se debe; era pasado el mediodía, la brisa se empezaba a sentir un poco más fría que en la mañana pero aún era soportable, cerré los ojos disfrutando de una cómoda brisa que me golpeo en ese momento extendí mis brazos gozando el momento privado que tenía, volví a abrir los ojos llevándome una gran sorpresa de quien estaba frente a mí. Francis me miraba tímido desde la diana a unos cuantos metros de mí, me levante de inmediato tomando el arco del suelo.

-¿Qué haces aquí?- pregunte seria.

-Estaba pasando y te vi tirando con el arco hace unos momentos- camino acercándose- sigues siendo muy mala en eso.

Rio por lo bajo, negué con la cabeza sonriendo un poco gracias al comentario de Francis.

-Nunca me enseñaron bien a tirar con arco.

-¿Bash no te enseño? Le encargue que lo hiciera- confeso.

-Pues no, nunca me enseño. Casi no he practicado con él, casi no lo he visto para ser sincera- dije con nostalgia.

-Ha estado bastante ocupado esas semanas, le he encargado algunos asuntos de la corona.

-¿Pasa algo?- pregunte seria.

-Nada que deba importarte- sentencio- solo asuntos de la economía del país.

-Aburrido- canturree.

-Ja ja, lo sé por eso no te mencione nada aquel día.

Al recordar ese día Francis se calló, se notaba que le dolía lo que sucedía con Mary.

-Mary me está engañando- soltó de repente tomándome desprevenida- con Louis Conde.

No supe cómo reaccionar, si le decía que yo ya lo sabía se molestaría conmigo y no quería que Francis me dejará de hablar nuevamente, opte por no decir nada de primero esperé porque él hablará. Le sonreí incómodamente mientras veía como suspiraba fuerte, tomo el carcaj y me arrebato el arco de las manos poniendo una flecha en él y disparando a la diana atinándole al centro, continuo con otra y luego otra, y así hasta acabarse todas las flechas. La frustración le destilaba de los poros, alguien que no supiera por lo que estaba pasando de todos modos adivinaría por su expresión, me acerque poniendo mi mano sobre su hombro frotándolo suavemente.

-No te pongas así- empecé a hablar- seguramente duele, la verdad nunca he pasado por algo así, pero no deberías darle tanta importancia a eso, distráete con algo más. Entrenando, con cosas de rey- sugerí.

-Mi madre me dijo algo similar- rio amargamente.

-Vamos a la cascada- dije animada- tal vez el sonido del agua te calme por un momento.

Lo tome del antebrazo empezando a caminar hacia la cascada, al llegar nos sentamos en el mismo tronco que la primera vez y empezamos a hablar diversos temas, le pregunte sobre el pequeño John, como está el pueblo y ese tipo de cosas que lo distrajeran del tema con Mary. Al girar a mi izquierda note algo extraño en la pared de roca junto a la cascada.

Dynasty [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora