32.

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Luego de la platica con su madre, acordaron que ella respetaría la decisión que él tomara con respecto a esta chica, pero claro Catherine no se quedaría así. Investigaría a todas las chicas atractivas de la corte, sin excepciones.

Caminaba por los pasillos del castillo de lo más tranquilo, saludaba a los nobles e iniciaban una pequeña conversación. Se encontró a Mary junto a Greer y se acerco hasta ellas para saludarlas.

—Mi lady, mi reina.— Las saludó y ellas voltearon.

—Francis, que bueno verte.— Sonrió amable Mary.

—Yo me retiro, tengo cosas que ir hacer. Sus majestades.— Greer se despidió dejándolos solos.

—Llevas varios días sin dirigirme la palabra ¿a qué se debe este honor?— Mary camino al lado de Francis y frente a los ojos de muchos nobles que hablaban en susurros sobre los reyes.

—Estuve en la guerra hace unos días ¿es raro que quiera hablar con mi esposa?

—Hace mucho no hablábamos, por eso me sorprende.

Llegaron hasta el jardín principal, Mary camino hasta uno de los pilares y recostó su hombro en él, quería un poco de privacidad con Francis.

—Quería disculparme por lo de Louis.

—¿Eres feliz?— Francis la miró mientras tomaba sus manos.

—Lo soy, muy feliz pero quería disculparme porque lo nuestro no funcionó.

—Si eres feliz no tienes porque disculparte.

—Quisiera que volviéramos ser como antes, amigos.— Ella sonrió acariciando la mejilla de Francis.

—Me parece bien, es un inicio.

Ambos sonrieron, por alguna razón Mary se sintió cómoda al lado de Francis olvidando todos los errores que ha cometido hasta el momento, olvidándose de Louis también.

Con sus manos en las mejillas de él se acerco para poder besarlo, Francis se sorprendió al principio pero quiso seguirle el beso para poder averiguar que sentía con eso. La imagen de Gin apareció en su mente y se separo de Mary.

—No.— Dijo con los ojos cerrados.

—Lo sé, lo siento.

Se miraron por un momento hasta que escucharon pasos precipitados acercarse, voltearon encontrándose con Leith y Greer, quien lloraba y temblaba en los brazos de su acompañante.

Se acercaron hasta ellos, Mary abrazando a Greer quien estaba inconsolable.

—¿Qué sucede?— Le pregunto Francis a Leith.

—Encontraron el cuerpo de Lola en uno de los bosques.— Mary gimió al escuchar eso.

Francis miro a Leith sin poder creerlo, Leith le hizo una seña con la cabeza indicándole donde estaba, camino hasta donde estaban los guardias cuidando la camilla donde transportaban el cuerpo sin vida de la madre de su hijo.

—También...— escuchó a sus espaldas, se giró lentamente aún con la imagen de la chica en su cabeza—... Encontraron esto cerca de un acantilado.

Leith dudó un momento en sí enseñarle o no lo que traía consigo, al final sacó la manta de su bolsa y se la entrego. Francis la tomo arrodillándose y empezando a llorar desconsoladamente, Mary se acercó y lo abrazo llorando también por su amiga.

Estuvieron en esa posición por un rato hasta que Catherine llegó y abrazó a su hijo.

—¿Qué ha sucedido?— Preguntó en general

—Al parecer atacaron el carruaje donde iban ellas, se llevaron todas sus posesiones— explicó Leith— el cuerpo de Lola lo encontramos a unos metros del camino principal.

—¿Y esto?— Preguntó tomando la manta ensangrentada que Francis abrazaba.

—Pensamos que quizá John se cayó y se golpeo la cabeza, por la cantidad de sangre en la manta.— Habló con cierta cautela por el estado de Francis.

—¿Donde esta Gin?— Preguntó Bash haciendo que Francis lo mirará.

—No hemos encontrado el cuerpo de ella ni de John, seguimos buscando por los alrededores.

—Entonces hay una probabilidad de que ella siga viva— dijo Bash un poco feliz gracias a la pequeña esperanza que existía— iré a buscarla.

—Espera— habló Francis levantándose del suelo— ¿Donde está el acantilado donde encontraron esto? Iré contigo Bash, solo necesito saber donde han buscado.

Leith vaciló un momento.

—El acantilado... cerca del bosque de los paganos.

Francis asintió y volteo a Bash.

—Vamos.

Estaba a punto de caminar pero Catherine lo detuvo.

—¡Ni pienses que te dejare ir a ese lugar! Bash puede ir solo, él conoce mejor esas tierras.

—Es mi hijo el que esta allá afuera. Necesita a su padre ahora que su madre esta muerta.

—Francis— la voz de Mary se escuchó como una suplica, se levantó y limpió las lágrimas en sus mejillas— por mucho que me duela aceptar que mi amiga esta muerta y que su hijo puede o no estar muerto, te pido que no vayas. Escucha a tu madre, Bash conoce mejor esos lugares que tu. Dejalo ir y tu espera aquí, conmigo.

Francis la miró y pudo ver el dolor el sus ojos, podía ver que estaba sufriendo al igual que él pero no podía simplemente quedarse sentado esperando a que Bash los encontrara, quería ir y sentirse útil. Pero se rindió ante la mirada de Mary.

—Bash, lleva a todos los hombres y armas que necesites. No importa como pero trae a mi hijo y a Gin de vuelta.

Bash asintió y salió acompañado de Leith y otros guardias, subieron a los caballos cuando todo estaba listo y salió del castillo. Se detuvo al inició del camino a esperar a otro jinete que venía con una capucha negra sobre su cabeza.

—No podías hacerle caso a tu madre y Mary, tenías que venir.— Le sonrió cuando estaba lo suficientemente cerca.

—Es mi hijo, tengo que ir por él y por Gin.

—En eso estamos de acuerdo. Mary no quisiera perder a su futura cuñada.

Francis lo miró serio y empezaron a cabalgar hacía en lugar que Leith les había indicado.

Dynasty [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora