24.

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Caminaba tomada del brazo de James mientras observábamos los distintos puestos de entretenimiento en el jardín del castillo. El festival de primavera estaba en su apogeo, todos los miembros de la corte disfrutaban los bailes en las noches y la pequeña feria en el día, estábamos a mitad de semana lo que significaba que hoy saldrías los barcos en la noche, las chicas estaban muy emocionadas respecto a eso porque decían que por fin podría estar en un lugar más privado con James.

Desde su llegada hemos estado juntos casi todos los días, me había distanciado un poco de Francis pero siempre encontraba la manera de hacerme ir a sus aposentos en la noche o durante el día, a veces me sorprendía lo atrevido que era. Mary no parecía sospechar nada, ella estaba de lo más feliz junto a Louis y su hermano tampoco sospechaba lo que era bueno para mí; siendo sincera me empezaba a atraer James y mucho, era muy interesante hablar con él y me sentía cómoda a su lado sin tener que esconderme. Aunque eso no cambia que también este empezando a sentir algo muy fuerte por Francis.

Ya le había comentado mi situación a Claude, le sorprendió al principio pero luego dijo que ya lo veía venir y que disfrutara el momento, que no me preocupara demasiado y es lo que estaba haciendo. No quería ilusionarme con Francis porque era algo imposible lo nuestro, esa era una de las razones por las que quería darme una oportunidad con James y de verdad esperaba que funcionara.

Seguimos caminando hasta alejarnos un poco de los demás, los árboles en esta región crecían mucho era de mis lugares favoritos en todo el castillo.

— Entonces, ¿aceptas ir conmigo esta noche en el barco?—pregunto James, sacándome de mis pensamientos.

—Por supuestos—conteste sonriente— pero debes cuidarme, no soy muy buena nadadora.

Sonrió mostrando sus dientes. —Creo que te arrojare al agua esta noche.

— ¿Por qué hará tal cosa, mi Lord?— recosté mi espalda en un árbol mientras él colocaba su brazo junto a mi cabeza.

—Así podre rescatarte y ser tu héroe—fue acercándose lentamente hasta unir sus labios con los míos.

Fue un beso dulce y suave, muy diferente a los de Francis que estaban llenos de pasión y salvajismo, me gustó mucho ese beso con James. Movía sus labios con lentitud tomando su tiempo, puse mis manos sobre su pecho y él en mí cintura atrayéndome más a su anatomía, podíamos escuchar el sonido de las risas en el festival pero lo ignorábamos y seguimos besándonos. Nos separamos cuando escuchamos pasos acercarse, los dos recobramos nuestra postura y nos inclinamos ante la presencia del Rey de Francia, que nos veía con desaprobación y algo más que identifique como enojo.

—Mi rey—saludamos al unísono.

—Mi lord, mi Lady—hizo un gesto con su cabeza—. Espero no interrumpir nada—dijo entre dientes.

—Para nada, mi rey—contesto James—, solo estábamos charlando con Lady Gin.

Pude notar que Francis estaba muy molesto, se notaba en su rostro y no pude evitar preocuparme.

— ¿Está todo bien?—pregunte haciendo que me mirara.

—Ahora que lo menciona, necesito hablar contigo, Gin. En este momento, espero que no te moleste James, es algo urgente.

—Para nada, iré a ver dónde está mi hermana. Mi rey— hizo una reverencia, luego se giró a verme—, te esperare esta noche. No lo olvides— tomo mi mano y deposito un suave beso en el dorso.

Sentí un fuerte calor en mis mejillas, supongo que me ruborice con ese acto, lo vi alejarse y mordí levemente mi labio. Se veía tan masculino e imponente, Francis tomo mi brazo sacándome del trance que tenía y empezó a caminar a paso rápido alejándonos de ahí. Caminamos de esa forma hasta llegar a un establo abandonado, en algunas ocasiones nos habíamos reunido aquí con él para nuestros encuentros pero ahora no creo que me trajera para algo así.

— ¿Me vas a decir que es lo que pasa?—pregunte un tanto irritada.

—Pasa, querida Gin, que tú y Mary me han estado engañando todo este tiempo—contesto más que molesto.

Al principio no entendí a qué se refería pero luego caí en la cuenta, hablaba del engaño de Mary y que yo se lo había ocultado.

— ¿De qué hablas?—quise hacerme la desentendida.

—No te hagas la que no sabes, no finjas más que no te sale el papel—se alejó frotando sus ojos—. Querían verme la cara de estúpido, casi les sale el jueguito. Con razón las veía tan felices charlando y haciéndose amigas. Me mentiste todo este tiempo, ¡tú! Que eras una de las personas en las que más confiaba—su voz se quebró con esto último.

—Francis, te juro que yo quería decírtelo pero ella...—me interrumpió.

—No trates de explicarme nada, me fallaste Ginevra. Creí que eras diferente a todas las damas de la corte pero no fue así, solo me utilizaste para tu beneficio. ¡Claro! Ser la amante del rey te trae mucho beneficios—escupió las palabras.

—No puedo creer que hayas dicho eso—susurre—. Cuando fuiste tú el que me busco, todo comenzó por ti en aquella cueva, ¿ya se te olvido? Ahora quieres culparme por algo que sé hice mal, pero nunca te atrevas a decir eso de nuevo.

Sus palabras de verdad me dolieron, nunca creí que escucharía decir algo de esa forma y más que todo refiriéndose a mí.

– ¿Qué no quieres que diga? Que eres un cualquiera que solo buscaba el favor del rey—no pude soportar escucharlo decir algo más.

Pensaba alejarme de ahí pero agarro mi brazo haciéndome girar, en ese momento le di una cachetada muy fuerte que hasta a mí me sorprendió, su mejilla empezó a tornarse roja debido al golpe.

— ¡No me toques!—demande molesta y dolida.

—No hemos terminado de hablar—susurro tratando de controlar su respiración.

— ¿Qué más quieres hablar? Parece que ya lo dijiste todo.

— ¿Ahora te haces la ofendida? Cuando fuiste tú quien me mintió todo el tiempo. Aquel día en la cueva yo llegue a buscar consuelo y tú ya lo sabías, es obvio que quisiste aprovecharte de mí momento de debilidad—a cada palabra iba alzando la voz, lo bueno que en este lugar nadie venía así que no podían escucharnos.

— ¡Yo no me aproveche de nada! Tú llegaste a mí y no pude decirte nada porque le había dado mi palabra a Mary.

— ¡¿Y qué pasa conmigo?!—pregunto gritando—. ¡Confié en ti y me fallaste! ¿Qué pasa con tu lealtad hacía mí? ¿Qué acaso no importo en ese momento? En serio que lo único que se me ocurre es que lo hiciste para sacar provecho de todo esto y ahora quieres también con James.

En ese momento iba a darle otra cachetada pero detuvo mi mano y me acorralo contra la pared de piedra, ninguno de los quitaba la mirada del otro, nuestras respiraciones estaban agitadas y yo sentía que estaba a punto de llorar pero no debía, no frente a él. Se acercó más al punto de rozar levemente nuestros labios pero se alejó, soltándome y viéndome con desdén.

—Puede retirarse, lady Ginevra—dijo con voz tranquila—. Pero antes quiero aclarar algo: no quiero volverla a ver, queda temporalmente libre de sus responsabilidades como segunda ayudante del Rey. Ahora solo será dama de compañía de la reina, hasta nuevo aviso.

—No puedes quitarme mi puesto, sabes que te ayudo muchísimo—la desesperación se estaba apoderando de mi cuerpo.

—Puedo y lo hice, soy el rey y nadie tiene porque decirme a quien debo o no despedir... No quiero volverte a ver. Lo nuestro... se acabo.

Salió dejándome totalmente sola, las lágrimas no tardaron en salir en cuanto ya no escuche sus pasos, no sé cuánto tiempo estuve llorando sobre mis rodillas en ese solitario lugar pero el sol empezaba a ocultarse, limpie mis mejillas y salí de ahí buscando a Claude. Tenía que hablar con alguien y ella era la única en la que podía confiar, en cuanto pase por un claro muy cerca del festival escuche como tiraban una flecha, voltee encontrándome con Francis que apuntaba a una diana y lanzaba apuntando al centro, sentí como las lágrimas amenazaban con volver a salir así que seguí caminando con la cabeza baja.

Tome un atajo para no pasar por donde estaban todas las personas de la corte, incluido James y Mary. Llegue hasta el castillo y me encontré, por suerte, a Claude hablando muy coqueta con Leith, este cuando me vio le dijo a ella quien volteo al instante y camino rápido hacia mi cuando vio mi estado. No pude soportarlo más y rompí en llanto en cuanto ella me abrazo. 

Dynasty [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora