25.

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Fuimos hasta su habitación, las lágrimas no dejaban de salir y mi respiración era agitada. Trataba con todas mis fuerzas de calmarme porque odiaba llorar por otra persona, en especial por un hombre.

—Calmate Gin— Claude se acerco hasta donde yo estaba con un vaso de agua en su mano. Me lo entrego y tome un poco tratando de estabilizarme—. Cuentame que sucedió.

—Francis se molesto mucho conmigo, al punto de quitarme de mi puesto como su ayudante— dije con la voz entrecortada—. También que no quería volver a verme.

—Lo matare— dijo enojada—. Cualquiera que haya sido la razón de su enojo, no era motivo para tratarte de esa manera.

—Pero no fue mi culpa, no tenía opción.

—¿Quieres contarme el porqué se molesto tanto contigo?— su voz sonaba tranquila. Agradecía por tenerla como amiga pero no sabía como podía reaccionar al saber porqué Francis se molesto conmigo.

—Oculte algo que le haría daño pero de todas formas se entero— no quise darle mucha importancia.

—Algo me dice que es sobre Mary y su amorío con Louis Conde.

—A veces me asusta como es que lo sabes todo— trate de sonreír mientras sorbía mi nariz.

—Lastimosamente todos en la corte saben que Mary le es infiel, pero no dicen nada— torció la boca en un gesto de disgusto—. De todas maneras, Francis tenía este asunto contigo.

—Eso ya se acabo— limpie una lágrima que bajaba por mi mejilla—. Duele pero tengo que ser fuerte. Es él rey y tengo que obedecer sus ordenes.

—Pero, ¿que es lo que más te duele?— pregunto curiosa.

—Obviamente el perder mi puesto— dije de lo más obvia.

—Yo creo que no— sentenció—. Te duele perder a mi hermano.— La mire y una carcajada suave salio de mis labios.

—Estas loca, Claude— esta no cambiaba su expresión—. Lo que dices no es verdad.

—A mi no me puedes engañar y lo sabes— se levanto y camino hasta su tocador, sentándose y arreglando diferentes cosas de su cabello—. Cada vez que tenías un encuentro con él notaba las miradas que se daban, a ambos se les ilumina el rostro cuando se ven. Cuando regresabas de estar con él eras la persona más Feliz y cordial en la corte, y sé que tu no eres así con casi nadie— me miro a través del espejo—. Cuando estaban en publico se comportaban como debían pero siempre encontraban la manera de estar cerca del otro, ya sea con un leve roce de manos o una mirada furtiva.

—Eso no tiene nada que ver, además solo era por diversión que hacíamos lo que hacíamos. Sin compromisos de ningún tipo.

—Puede que los dos se hayan dicho eso pero sabes que al corazón no se le dice a quien amar.

—Para— dije levantándome y caminando hasta colocarme atrás de ella viéndola a través del espejo—. Todo suena muy poético y lindo, pero no estoy enamorada de Francis.

—Si quieres seguirte engañando a ti misma, bien. Pero yo te conozco y espero que cuando te des cuenta de tus sentimientos no sea demasiado tarde— se levanto de donde estaba y salió un momento de la habitación dejándome sola.

Me puse a pensar en sus palabras pero no lo creía posible, en ningún momento me permití sentir algo más por Francis solamente cariño de amigos. Independientemente de lo que hiciéramos, siempre me dije que no me ilusionara ni nada porque no se podía dar algo más entre nosotros, él estaba casado y era el rey de Francia. Yo solamente era su subordinada.

Claude regreso seguida por unas sirvientas que dejaron bandejas con diferentes aperitivos, nos sentamos y hablamos de diferentes temas. No volvimos a tocar el tema de mis sentimientos hacia Francis e internamente lo agradecía pero no dejaba de pensar en esa pequeña posibilidad, Claude tenía un poco de razón quizá pero no podía ser.

—Cuentame, ¿como va todo entre tu y él hermano de Mary?— se llevó una fresa a la boca—. Quiero detalles.

Sonreí al recordar el beso con James.—Aun nos estamos conociendo. Tenemos algunas cosas en común y es todo un caballero— tome una uva y la comí de una sola mordida—, esta noche me ha pedido que lo acompañe en el paseo en bote.

—¡Eso es algo importante!— se emocionó.

—Y nos hemos besado un par de veces— dije sin más, provocando que ella casi se ahogue con un poco de té.

—¡¿En serio?!— pregunto casi gritando. Yo solo asentí y me cubrí él rostro con las manos riendo—. ¿Que tal besa? ¿mejor que Francis?

—Como preguntas eso, ¡es tu hermano!

—Da igual, después de lo que te hizo estoy molesta con él.

—Supongo, obviamente besan diferente pero no podría calificar quien lo hace mejor.

—Solo piensa en sus besos y me dices—torcí el gesto tratando de recordar y diferenciar sus besos.

—Bueno, los besos de James a veces son cortos— empecé a describir—, lentos pero firmes, dominantes. En cambio Francis, con él los besos siempre empiezan suave pero va incrementando la intensidad con el pasar del tiempo, a veces pueden ser torpes y un poco bruscos al punto que me cuesta seguirlo pero me siento tan bien al sentir sus labios sobre los míos— no podía quitar la sonrisa de mi rostro al describir a Francis y sus besos—. Es como si toda mi vida hubiera esperado por probar sus labios, no es perfecto, y podría decir que James besa mejor, pero...

—Él no es Francis— Claude termino la oracion.

—Exacto— suspire recordando los muchos besos que compartí con él—. Supongo que ahora solo me quedan los recuerdos.— me encogí de hombros.

—Si están destinados volveran a juntarse, sino tendrás que aprender a vivir sin él— Claude a veces era demasiado intensa pero tenia razón—. Ya, no pensemos en cosas tristes, tienes que arreglarte para tu cita con James esta noche.

Asentí levantándome de donde estaba y caminando junto a ella hasta mi habitación, tenía que distraerme después de lo ocurrido en la mañana. Quedaban unas cuantas horas para que el recorrido en bote comenzara y tenía que arreglarme para mi cita con James, quería sacarme esa duda de la cabeza. Quería saber que era lo que en verdad sentía por Francis, quizás esta noche con James me ayudaría a averiguarlo.

Dynasty [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora