Dynasty [EDITANDO]

23.

Los días pasaron y con ellos lo último del invierno, todos en el Castillo estaban preparándose para el Festival que se llevará acabo la siguiente semana.
Con Francis todo estaba bien, nos seguíamos viendo a escondidas en mi casa o en mi habitación del Castillo, algunas veces en la suya. Mary continuaba con su aventura con Louis pero eso no le afectaba ya a Francis, a vista de todos, el matrimonio real estaba bien.

Me encontraba probándome unos vestidos para el Festival que Claude, Greer y Lola habían traído para mí, según ellas debía estar muy bien festiva para estas fechas. Me había negado al principio pero quería mostrarle a Francis que podía ser femenina, así que acepte a probarme y usar los vestidos que ellas me dijeran.

—Ese me gusta cómo te queda—dijo Greer comiendo unas fresas— es bastante primaveral.

—Demasiadas flores para mi gusto— me queje.

Era un vestido todo cubierto por estampado de flores de colores, aparte la tela me daba comezón en el cuerpo. Me lo quite y Lola me ayudo con otro, este si me gustaba.

—Ese, está lindo— dijo Claude.

—Me gusta— dije suspirando.

Un sencillo vestido color hueso con encaje sobre él, tenía pequeños cristales sobre la zona del corsé y las mangas eran larvas.

—Este usaré el primer día del Festival— todas sonrieron y suspiraron aliviadas cuando dije eso.

—Al fin eliges uno— Greer se levantó de donde estaba y se acercó hasta mí.

—Pero si tú no hiciste nada— se quejó Lola riendo— solo estuviste sentada comiéndote las fresas.

—Estuve con el pequeño John—se defendió.

—No metas al bebé en esto— añadí a su discusión.

Siguieron así por un tiempo, todas reíamos y hablábamos de diferentes temas al igual que nos poníamos al tanto de los chismes en la corte. Quien se metía con quien, que noble engañaba a su esposa, o que noble prefería la compañía de los de su mismo sexo. Con estas chicas me divertía tanto y me sentía tan cómoda, me sentía en casa, y sin mencionar con Bash, Leith y Francis.

Con ellos igual la pasaba de lo mejor, solo que con ellos nos divertíamos haciendo actividades más físicas: salir a cabalgar un rato, entrenar. Y Francis, se comportaba muy lindo conmigo, al principio me sentía un poco mal por lo de ser su amante pero ahora ya estaba mejor, me sentía cómoda con él de esa forma.

Escuchamos que tocaron la puerta de la habitación, Lola fue hasta ella para abrirla y dejar entrar a Mary quien se acercaba a nosotras de forma muy sonriente.

—Gin, que bueno que estas aquí—me sonrió— quería presentarte a Alguien.

Me extraño un poco eso y voltee a ver a las chicas que tenían una expresión sonriente al igual que Mary, excepto Claude.

— ¿Quién es?— pregunte.

—Ven conmigo— me tendió su mano.

—Primero tengo que cambiarme.

—Así estas perfecta—dijo Greer.

—Se suponía que este vestido lo usaría el primer día del Festival—me queje.

—Usaras otro, ahora ve con ella— me empujó Lola Para que saliera de ahí acompañando a Mary.

Claude simplemente me quedó viendo sin sonreír ni nada, aún no le había dicho nada sobre su hermano y yo, no me parecía aún el momento pero se lo diría... algún día. Camine con Mary fuera de la habitación.

— ¿Me puedes decir quien es esta persona que quieres presentarme?— pregunte cuando ya nos habíamos alejado un poco de la habitación.

—Alguien muy especial para mí, y que pienso te puede agradar.

Bajamos hasta el patio principal, que era donde entraban los carruajes de los nobles y la familia real. Un pequeño grupo de personas se encontraba ahí, incluyendo Katherine, Bash y Leith. Cuando Francis me vio bajando junto a Mary solo sonrió coquetamente y volteo al frente cuando Mary tomo su brazo, yo me fui a colocar junto a Bash quien estaba un poco alejados de ellos; me quedo viendo de pies a cabeza lo que me extraño.

— ¿Qué pasa?— pregunte—. ¿Hay algo mal conmigo?— él solo rio cuando dije lo último.

—Te ves linda—sonrió—. Solo estaba apreciando la vista que me has brindado.

— ¿Solo porque ando un vestido, te pones así?— reí.

—No creí que te pondrías así solo porque te dije lo linda que te ves— esta vez lo dijo serio viendo al frente.

—No te molestes— susurre—. Era una broma. Gracias por el cumplido.

En ese momento él se carcajeo muy fuerte, haciendo que todos voltearan a vernos.

—Eres tan adorable— dijo tratando de calmar su risa—. Sabes que no puedo molestarme contigo de ninguna forma.

Palmeo mi cabeza y siguió riendo, le di un zape con mi mano lo que le provoco más risas, mire de reojo a Francis que igual me veía de pies a cabeza." Debo usar vestidos más seguido", pensé. En ese momento el gran portón del frente se abrió dejando pasar unos caballos con guardias sobre ellos, esperaba ver un carruaje o algo parecido pero en su lugar apareció un último hombre, cabalgando un gran caballo color negro azabache.

Cuando estuvo frente a nosotros, bajo de él y se acercó hasta donde estaba Mary y la estrecho en sus brazos. ¿Quién era este hombre? Todos lo saludaron muy cordialmente y entablo una pequeña platica con Mary y Francis, Katherine solo lo saludo y se retiró, Bash seguía junto a mi viendo la escena de ellos tres. En un momento note como Francis fruncía un poco su entrecejo pero rápido le sonreía al invitado, Mary estaba muy sonriente con este hombre; después de estar un momento charlando con este sujeto los tres se giraron a nosotros, Mary nos hizo un gesto con la mano indicando que nos acercáramos, Bash camino junto a mí un tanto serio pero cuando ya estábamos lo suficientemente cerca saludo al hombre con la misma cordialidad que Francis.

—Gin— escuche la voz de Mary, sacándome de mis pensamientos—. Te quiero presentar a mi hermano, James Stuart.

—Mucho gusto, Lady Gin— tomo mi mano y deposito un delicado beso en ella.

Quede como hipnotizada al estar frente a este hombre, antes no lo pude ver bien pero ahora sí: era mucho más alto y musculoso que Francis, tenía unos muy lindos ojos color verde, parecidos a los de Bash, cabello color marrón y piel blanca. Tenía cierto parecido con Mary a excepción del color de ojos, no sé cuánto tiempo permanecí en mi trance pero si fue el suficiente ya que Bash tuvo que darme un leve codazo haciéndome reaccionar.

—El gusto es mío, mi Lord— fue todo lo que atine a decir.