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Koharu:

Rostro maquillado, cabello cepillado, dientes lavados, libros en el bolso. Tenía una rutina que debía seguirse al pie de la letra a menos de que quisiera olvidarse de algo. Se quiso despedir de su madre, pero luego de la pelea que habían tenido la noche anterior, Nakamoto Koharu decidió caminar con paso seguro a la puerta, apretando con fuerza la correa de su bolso.

Como todas las mañanas llegó a la parada del autobús.

Como todas las mañanas solo estaba el chico de los hoyuelos con quien compartía asiento en química y a quien nunca le había dirigido la palabra.

Era bastante apuesto. Cuando llegó de Japón hacía 4 meses nunca imaginó gustar de nadie. Hasta que el chico de los bonitos hoyuelos y piel blanca, llamado Jaehyun, la miró a los ojos una vez.

Nunca olvidaría ese momento, de eso estaba segura.

A veces imaginaba como sería platicar un rato con Jung Jaehyun. Imaginaba acercarse a él con una radiante sonrisa y hacerle bromas mientras él la perseguía alrededor de la banca de espera. Pero jamás se atrevería. Nunca.

Él era popular entre las chicas de la escuela, y más de una vez observó a Im Hyolyn acercarse a él, e inclusive plantarle un beso en la mejilla. Sus amigos también eran bastante famosos entre el público femenino, y aunque en algún momento de su vida ella también había sido popular y coqueta, en aquella nueva etapa le asustaba ser detectada por el radar.

El autobús llegó y como todas las mañana Jaehyun se hizo a un lado para dejarla pasar primero.

Como todas las mañanas ella le respondió con un asentimiento de cabeza antes de subir.

Jaehyun:

Como todas las mañanas ella se sentaba en los asientos de en medio. Él se sentaba en los asientos del fondo. El autobús raramente estaba lleno. Esa mañana estaba particularmente vacío.

La posición en que ambos estaban sentados le permitía a Jaehyun ir todo el camino con los ojos fijos en la nuca de la chica japonesa.

Podía llegar a la escuela sin desayunar, sin haberse despedido de sus padres, tal vez, sin bañarse incluso, pero no podría perdonarse el llegar a la escuela sin haber visto la nuca expuesta gracias al cabello corto de Nakamoto Koharu. Eso arruinaría su día por completo.

Su padre le había comprado un auto de segunda mano pero bastante cuidado y bonito, y siempre le preguntaba por qué no se iba en él a la escuela en vez de tomar el autobús.

Lo cierto es que a veces imaginaba cómo sería sentarse a su lado, quitar uno de sus auriculares y escuchar lo que ella escuchaba, entablar una conversación con ella, tan sólo verla sonreír por lo menos una vez.

Escuchar su voz.

Pero, si por cobardía o por desidia no lo sabía, nunca se había acercado a ella. Sabía su nombre por la lista de asistencia. Sabía que había llegado de Japón. Sin embargo no sabía por qué. No sabía más. Era hermética.

Hermosamente hermética.

A Jaehyun no le gustaba románticamente Koharu. Pero ciertamente había algo en ella que siempre le había llamado la atención: a pesar de su silencio y la forma en que caminaba con la cabeza agachada y las delgadas manos hechas puños, a pesar de su cuerpo debidamente proporcionado, su cabello intensamente negro, lacio y corto y su pálida piel envolviendo los huesos casi visibles, la chica parecía fuerte.

Era algo impresionante y la vista de tal espectáculo se había convertido en la adicción oculta de Jaehyun.
Como todas las mañanas llegaron a la escuela. Ella bajó primero y Jaehyun la siguió de cerca. Le gustaba su perfume.

Como todas las mañanas se repetía que Nakamoto Koharu no le gustaba, sólo le parecía una chica muy interesante.

sad line◎Jung Jaehyun◎NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora