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013.

Jaehyun.

La clase de literatura estaba a punto de terminarse, sin embargo Jaehyun no había podido sacarle muchas palabras a Koharu, por lo que se sentía impotente y confundido.

¿No había sido buena idea? ¿Acaso el plan para volver a acercarlos no había dado frutos? Si bien era cierto había sacrificado gran parte de su secreto al contárselo a Taeyong y a Doyoung, pero cuando Mark y Yeri le llamaron por teléfono una noche antes para contarles lo que sabían poco le importó que alguien más lo supiera. Necesitaba un plan B, y ese era.

Joy y la señorita Bae tenían una relación cercana, y Yeri, al ser una de las mejores amigas de Joy, tuvo la gran idea de devolverle a Hyolyn un poco de su propio castigo. Podía ser la menor del grupo social de Jaehyun, pero debía admitir que era una mente maestra.­ No podía estar más agradecido.

—¿De qué te gustaría que hablara nuestro cuento? ¿Tienes algún género literario favorito? —Jaehyun rogaba porque su pregunta tuviera por fin una respuesta. Había intentado de todo para que la japonesa volviera a hablarle, pero parecía que cualquier avance que hubiera tenido con anterioridad estaba hecho pedazos.

—Soy buena escribiendo, puedes dejármelo a mí y pondré tu nombre en la portada —contestó Koharu como si fuera la cosa más simple del mundo, sin atreverse a mirar al chico a su lado.

Jaehyun se atusó el cabello con frustración sin saber muy bien qué hacer. Si bien era cierto, era una persona demasiado paciente, pero dadas las circunstancias, la impotencia era más grande que todo. No podía creer que debía empezar desde cero por el berrinche de la hija del director de la escuela.

Estaba molesto.

Muy molesto.

—Iré a tu casa mañana después de clases. Hoy trabajo —no dijo nada más, guardó sus cuadernos en la mochila y salió del salón de clases, enfocando su vista fijamente en la nuca de Hyolyn. Oh, planeaba gritarle sin importarle nada.

—¿Qué crees que haces? —la mano de Doyoung lo detuvo en seco antes de que diera un paso más hacia la chica.

—Esa mocosa estúpida...

—¿Quieres echar a perder todo el plan, Jaehyun? —susurró su amigo y en su voz no había más que advertencia—. Joy se ofreció a darle una paliza a Hyolyn. Estuve a punto de permitírselo, créeme, nada me haría más feliz. Pero si ella se entera de que nosotros sabemos lo de Koharu, no tendrá reparos en divulgar lo que ella sabe. ¿Crees que eso será bueno para Koharu, Jae?

El castaño se quedó en silencio, incapaz de desarrugar el entrecejo. Por más que quisiera negarlo, sabía que Doyoung tenía razón. Debía apegarse al plan, a como diera lugar.

El día se le fue lento entre clases y liturgias aburridas. No tener a Koharu a su lado, no poder verla escribir sus apuntes de manera dificultosa por no acostumbrarse al alfabeto coreano, no poder aspirar el aroma a cereza de su champú... todas esas cosas le ponían de mal humor.

En el autobús, por fin luego de un par de días, pudo ver a su chica sentada frente a él, cosa que le alivió. Sentía que, después de todo, las cosas podrían volver a ser como antes. Miraba su cabello corto moviéndose con el viento que entraba por la ventana, la parte trasera de su cuello, tan tersa y suave, los diminutos audífonos que colgaban de sus oídos, sus hombros escuálidos y rectos. Su belleza era etérea pero a la vez se asemejaba a un relámpago en medio de la noche. De los solitarios, de los que no vienen acompañados del estrépito del trueno, de los que se ven a lo lejos, entre las oscuras nubes espesas que confundes con la negrura del cielo nocturno. Ese era el tipo de belleza que emanaba Koharu.

sad line◎Jung Jaehyun◎NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora