09.

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Koharu.

Despertó por los rayos del sol que entraban por la ventana. En cuanto sus ojos se abrieron sintió una pequeña chispa en el pecho. Quiso reprimir una sonrisa, pero no pudo al recordar que por fin podía hablar con alguien.

Jaehyun era tan amable y lindo...

Deja de pensar así, das asco.

Tomó una ducha. Se puso el uniforme. Se peinó y pensó en que tal vez un poco de maquillaje ayudaría a su rostro demacrado. Decidió que no. Quizá Jaehyun pensaría que ahora se maquillaba para él y no quería parecer una estúpida. Aunque ella creía que lo era, no quería parecerlo frente a él.

Bajó las escaleras y se llevó una gran sorpresa al ver a su madre preparándose un café en la cocina. Llevaba el cabello húmedo y una bata de baño. Estaba de espaldas. Koharu se colgó la mochila en el hombro y creyó que si corría de puntitas hasta la puerta podía evitar a su madre. Pero la voz de la mujer la detuvo a mitad de camino.

—Llegaste tarde ayer —dijo.

La chica se aclaró la garganta sintiéndose incómoda.

—Fui a comer —contestó.

Su madre se dio la vuelta y la miró, sus ojos eran fríos. Todo el amor que algún día resguardaban para su hija se había drenado. Koharu decidió ver a otro lado. No soportaba la mirada de su propia madre.

—Tu hermano vendrá la próxima semana —dijo la mujer con voz neutra—. Procura hacer las compras.

Koharu asintió. Su madre subió las escaleras y cerró la puerta de la habitación con fuerza.

Suspiró y salió de casa. Caminó rápido y al llegar a la parada de autobuses se dio cuenta de que Jaehyun no estaba ahí. Era un alivio, pero también un bajón en su ánimo. Se sentó y puso sus audífonos en los oídos. Escuchaba a Taichi Mukai.

Entonces lo miró cruzar la calle. Y él le sonrió. Y ella se quedó petrificada. Su sonrisa era de verdad muy hermosa.

Se quitó los audífonos, se puso de pie, le hizo una reverencia.

—Buenos días, pequeña Koharu —dijo él.

—Buenos días, oppa —dijo ella, aún aturdida por el hecho de que le había llamado pequeña.

Su corazón revoloteaba.

—¿Qué escuchabas? —le preguntó apuntando hacia iPod gastado.

—Blue, de Taichi Mukai.

—Te gustan las baladas, ¿verdad? —él atrapó la mirada de la joven con sus ojos y entonces ella miró que tenía los párpados un poco hinchados y la esclerótica enrojecida. Como si hubiera dormido mucho, o llorado.

—No he explorado música nueva últimamente —dijo Koharu.

Jaehyun le volvió a sonreír. ¿Qué no se cansaba de provocarle pequeños infartos a Koharu?

—Puedo enseñarte varias canciones que me gustan, si quieres —dijo él.

—Me parece genial.

—¿Con quién comes en el almuerzo? —preguntó Jaehyun.

Vaya, terreno peligroso.

—Este... yo... no como. Prefiero estudiar en la sala de música, nadie molesta ahí.

El chico levantó las cejas realmente asombrado.

—Oh, entonces te acompañaré hoy si te parece bien.

sad line◎Jung Jaehyun◎NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora