sad line◎Jung Jaehyun◎NCT

002.

Koharu

Clase de química. Jung Jaehyun hablaba animadamente con Lee Taeyong, Kim Doyoung, Kim Jungwoo, Wong Yukhei, Mark Lee y Dong Sicheng. A su lado, la pequeña Nakamoto tamborileaba los dedos de la mano libre sobre la mesa mientras dibujaba sobre la hoja de su cuaderno con un lápiz desgastado.

El profesor Kang no había ido ese día a causa de un fuerte catarro, sin embargo la japonesa no tenía nada qué agradecer: los guapísimos amigos de Jaehyun estaban a su lado, hablando de muchas cosas y siendo insoportablemente populares. Para alguien normal eso era el cielo en la tierra. Para una chica hundida en la depresión, ansiedad y baja autoestima era el mismo infierno.

Pobre Koharu.

Gracias al cielo era la última clase del día.

Koharu anhelaba el último timbre. Pero no anhelaba llegar a su casa. No anhelaba llegar a ningún lugar. Ella no pertenecía a ningún lugar. Era triste, pero era la verdad. Koharu no tenía un hogar, no tenía amigos, muchísimo menos novio, su hermano se había quedado en Japón por un tiempo para arreglar algunas cosas, y su madre... ah, su madre era un caso perdido.

El timbre resonó por los pasillos y en movimientos rápidos y fluidos tomó sus cosas ordenándolas en su bolso, se puso de pie y estuvo a punto de salir del aula cuando una mano pálida y delgada tomó su muñeca con delicadeza.

-Tu lápiz se cayó -dijo Jung Jaehyun tendiéndoselo.

Ella miró el lápiz, luego la mano del chico sobre su muñeca. Tomó lo que le ofrecía y asintió levemente en agradecimiento.

En el autobús era lo mismo de siempre, ella en los asientos de en medio y él en los de atrás. En el viaje de regreso a casa Jaehyun los martes y jueves se bajaba a mitad de camino. Koharu no sabía por qué, quizá tenía un empleo. Decidía ignorarlo, ella no era nadie para saberlo.

Jaehyun

No sabía porqué había escondido el lápiz de Koharu cuando ella estaba demasiado ocupada guardando sus cuadernos. Era cierto que esperaba escuchar su voz, pero jamás pensó llegar a eso extremos.

De todas formas estaba feliz, había convivido aunque fuera un poco más con la chica de la nuca bonita.

Saludó a Taeil, Johnny y Kun, sus compañeros de servicio social. Se cambió el uniforme de la escuela en el baño por la camisa azul cielo de la Línea de Prevención al Suicidio y fue a su estación de trabajo.

La gente creería que Corea era un país donde la mayoría de la gente era feliz. Un país auto sustentable y un buen lugar para vivir. Lo que no sabían era que, al igual que muchos países asiáticos, Corea tenía altos estándares de trabajo, artes, de belleza. Era fácil deprimirse al estar rodeado de gente perfecta.

Su turno empezaba a las cuatro y terminaba a las ocho. Era un trabajo voluntario, pero cada semana recibían un buen bono por parte del gobierno para financiar sus estudios.

Recibió tres llamadas en total, una de ellas en broma. Seguía pensando en el chico con el que acababa de cortar la llamada; querer terminar su vida solo porque su novia había posteado una foto en Instagram con un chico de la escuela parecía un poco exagerado, pero claro Jaehyun no diría eso.

7:48 y una llamada entró directamente a su línea. Jaehyun se debatió durante dos segundos entre contestar o no, porque tenía tarea que hacer en casa, pero si él hacía voluntariado en una línea de prevención al suicidio era para ayudar a la gente. Tal vez la persona que estuviera llamando en realidad necesitaba ayuda, para eso él estaba ahí. Decidió que si era de broma solo colgaría al instante y se iría a casa.

-Línea de Prevención al Suicidio, diga su nombre, por favor -contestó.

Escuchó varios sollozos y a alguien carraspeando débilmente del otro lado de la línea.

-Na-Nakamoto... Koharu.

Oh, mi Koharu.