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Jaehyun

Se sorprendió cuando entró a casa de Koharu. Era muy grande, bonita y ordenada; ella le había mencionado a Yoonoh que su padre tenía una empresa, así que supuso que podían darse todos los lujos que pudieran. Al pasar por la puerta principal se encontraban con un recibidor y, doblando a la derecha, había una sala de estilo moderno, con sillones en color negro y paredes blancas. Había una mesa de centro de cristal, sobre ella algunos ornamentos, en una esquina una gran maceta con un árbol de jade se imponía dándole un toque de frescura al lugar, frente al sillón principal había una pantalla enorme.

A la izquierda estaba un comedor de seis sillas y detrás de ello se encontraba una vasta cocina integral en color blanco con muebles negros. Era tan minimalista y elegante. Justo como Koharu.

—¿Te molesta que nos sentemos aquí? —le preguntó Koharu dejando su bolso sobre la mesa.

Jaehyun negó con la cabeza y se sentó en una de las sillas. Vio a la chica caminar hacia la cocina, sacó dos vasos altos de cristal, le preguntó que si le ofrecía agua natural o té helado, se decantó por el té y no fue hasta que llevaba los vasos a la mesa que se dio cuenta de que sus manos estaban temblando; el líquido se movía de un lado a otro, y eso le pareció enternecedor.

—Tu hermano... ¿estaba hablando en serio o solo jugaba? —no podía sonar más preocupado, pero lo menos que quería era traerle problemas a Koharu.

Ella sonrió incomoda.

—Así era con todos mis amigos en la escuela de Japón —dijo luego de dar un pequeño sorbo a su té helado—. Lo cierto es que siempre me ha sobreprotegido, típico de un hermano mayor, claro, pero no es un mal tipo.

Sin decir más se dispuso a sacar su cuaderno de literatura y lo abrió con movimientos precisos. Jaehyun intentaba, de verdad, pero no podía dejar de mirarla. Le gustaba hacerlo, y que ella no se diera cuenta.

—¿De qué es su tarea? —preguntó Yuta entrando en la cocina sin avisar, causando que Jaehyun lanzara sus manos a su mochila para sacar su cuaderno también.

—Literatura, ya te había dicho Jaehyun —dijo Koharu, sin mirar a su hermano.

Su hermano respondió con un sonido de duda, pero, después de servirse un vaso con agua, salió de la cocina. Poco después se escuchó el sonido de la televisión; era un partido de futbol.

—¿De qué quieres que trate el cuento? —le preguntó Jaehyun a la chica.

—Fantasía —acotó con simpleza. Luego, como si hubiera dicho una grosería, lo miró rápidamente—. ¿Está bien para ti?

Jaehyun sintió un revoloteo en su estómago que no había sentido antes, o tal vez no se había dado cuenta.

—Bebé —dijo de pronto, sin darse cuenta si lo había dicho o solo lo había pensado.

Koharu arrugó el entrecejo y puso cara de no haber escuchado bien.

— ¿Quieres que nuestro cuento trate de un bebé?

Jaehyun rio fuertemente y le revolvió el cabello corto a la chica. Sus pensamientos ya no eran solo para él, no cuando estaba con ella. Podía ser él mismo.

—A veces pareces una bebé —le respondió mirándola fijamente. Observó que las mejillas de la chica obtenían un hermoso color rosado y su estómago volvió a revolotear confundiéndolo—. ¿No te habías dado cuenta?

—Claro que no, tengo diecisiete —Koharu hizo un pequeño puchero.

Algo dentro de él se encendió, como una brasa que, con un pequeño viento, comienza a arder lentamente, primero una pequeña flama, pero pronto sería un incendio forestal dentro de su corazón. Era un sentimiento que nunca había tenido antes, pero no le importaba, de todas maneras no podría controlarlo y eso era seguro. No se dio cuenta de cuando había comenzado, pero ya no había vuelta atrás.

sad line◎Jung Jaehyun◎NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora