Capítulo 21

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N/A: Recordad que este capítulo está escrito solamente en pasado (2020 y 2021).

Esperamos que lo disfrutéis, gracias por leer y por comentar.

S & R.
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22 de diciembre de 2020

Kate

La ciudad de Nueva York es iluminada por las luces navideñas, y animada por los villancicos que caracterizan sus calles en esta época del año. Todavía no ha comenzado a nevar, pero lo hará pronto según anuncian en el telediario, y el frío ya ha empezado a hacer mella en las calles, provocando que la mayoría de turistas se resguarden dentro de las cafeterías a tomar un chocolate caliente. Sin embargo en casa parece que estemos en un lugar bastante cálido, en nada parecido a los 10 grados bajo cero que hay en la calle ahora mismo. Con la llegada de nuestros pequeños, debemos mantener cálido nuestro hogar.

Camino procurando no arrastrar mis zapatillas de andar por casa por el suelo para no despertar a nuestros bebés. El dormitorio está prácticamente a oscuras y yo me guío por la luz procedente del salón para no chocarme con nada. Solo quiero comprobar que los dos están bien. Todavía son tan pequeñitos…

Y es extraño tener a mis bebés en casa, por fin, después de casi dos meses de visitas diarias al hospital para poder verlos. Apenas podíamos estar con ellos unas horas al día, sin salir de la sala de neonatología.

Durante estas semanas me he sentido terrible, acababa de dar a luz y solamente quería estar con mis bebés. Sin embargo, mis visitas se veían reducidas a un estricto horario controlado por el personal sanitario.

Fue un alivio cuando los doctores nos comunicaron que ambos habían alcanzado el peso adecuado y estaban listos para marchar a casa. Y ahora es simplemente extraño tenerlos aquí a los dos. Ser sus padres las 24 horas del día, en lugar de la horas que pasábamos con ellos en el hospital.

Me inclino sobre la cuna de Jake y compruebo que duerme plácidamente, con brazos y piernas estirados. Sonrío dulcemente antes de asomarme sobre la de Reece para ver que está moviéndose levemente.

Todavía no está despierto, pero lo estará en unos pocos segundos, así que simplemente me quedo allí, observándolo. Podría mirarlos durante horas y no me cansaría de hacerlo, me ocurría también con Lily, como si fuese algo hipnótico observar a un bebé.

La mano de Castle sobre mi hombro hace que me sobresalte, pero él rápidamente me agarra por la cintura, pegándome a él.

-¿Están bien? – Susurra, mirando por encima de mi hombro para comprobarlo por sí mismo.

-Sí. Solo estaba… - Suspiro antes de continuar. – Necesitaba verlos.

Castle asiente y pega mi cuerpo completamente al suyo, abrazándome. Él sabe que durante estas semanas lo he pasado bastante mal por no tener a Reece y Jake en casa, no saber si estaban bien o mal, no poder alimentarlos cada vez que se despertaban con hambre, tener que depender del permiso de una enfermera para poder acunarlos en nuestros brazos… Los dos lo hemos pasado mal. Pero de alguna manera, él ha sabido sobrellevar la situación mejor que yo.

-Van a estar bien. – Susurra contra mi cabeza, antes de depositar un beso sobre mi frente. – Todos, vamos a estar bien.

Un escritor, su musa y sus 3 hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora