Wonderland ♢*ﾟ ᴘ.ᴊɪᴍɪɴ [Towers 1]

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–¿A quien llamas "simio"? ¿eh? —grité— ¿Es que no viste lo que has hecho? ¡Aplastaste mi bicicleta con tu estúpido auto!

–¿Era una bicicleta? Já, creí que era el lugar de la basura.—peino su cabello hacía atrás.

–Si fuera el lugar de basura, tú estarías ahí.—recalque.

–¡¿Quién te crees que eres?!—bufó— Tonta, ¿Sabes con quien estás hablando?

–¡¡NO Y POCO ME INTERESA!!

–Sí, tienes cara de ignorante.—carcajeó.

–¿Qué es todo este escándalo?— la señora Eli salió junto a Jisung.

–¡Minji!—el niño corrió a la bicicleta— ¡Mataron a tu bici! ¡Está muerta!

–No tan muerta cómo el estúpido que lo hizo.

–Aish...bien ¿Cuanto costó tu baratija?

–¡No es el precio!—señalé— Quiero unas disculpas.

–No te pediré disculpas.—ignoró.

–¡No seas grosero! mamá siempre dice que debeea disculparte cuando haces algo malo.—Jisung asintió.

–Soy Park Jimin, niño, yo no me disculpo.

–Bien, Parque Jimmy, no sé de que cunita de oro saliste, pero esto sé bien, la gente como tú da asco.—refunfuñé.

–Es Park Jimin...—corrigió— Y me da igual si te doy asco o no, pagáme el vidrio de mi auto.—estiró su mano.

–¿Bromeas?—carcajee— Tienes dinero hasta en los calzones y me pides que yo ¿te compre el vidrio? Tu te lo buscaste. Por ignorarme.

–No suelo hablar con moscas.—contesto.

–¿CÓMO ME LLAMASTE? ROSITA FRESITA.

–Mos-ca.—repitió— Pagáme, o te demandaré.

–¿Qué?—cuestione—¿Deman...Demandarme? Tú, eres ...tan idiota.

–Si no puedo demandarte, cerraré este negocio.—señaló—Despediré a todos.

–¡¡Estás loco!!

–No hay que llegar a esos extremos, niño Park.—la señora Eli pidió.

–¿Niño? ¿Y está abuela de donde salió?

–¡Se más educado!—pedí— Tienes los valores rotos, no me sorprende, la gente como tú siempre los tiene así.

–La gente como yo evita a las moscas como ustedes, por la misma razón, pero tú quisiste armar un drama.

La policia llegó al cabo de un rato.

–¡Oficial que bueno que llega!—sonrió victorioso — ¡Arrestéla!

–¿Qué, por qué?—grité.

–Joven Park, no podemos hacer eso, ella no ha hecho nada...

–¿Qué no la ven? Su rostro es horrendo, luce como un mounstro, debería ser un delito ser tan fea.—acomodó sus lentes—Lo que sea, rompió mi venta y me agredió verbalmente, denle cadena perpetua, mis abogados arreglaran lo demás, bye.—se despidió.

–¡Hey! ¿A dónde vas? Aún no terminó, ven a disculparte, mira cómo has dejado mi bici.—insistí.— ¡Todos los días molestas con eso! Llegas aquí y casi la aplastas, pero hoy, sin remordimiento solo piensas irte. ¡No es nada justo!

–¿Ah?—fingió no escuchar— Malditas moscas, no entienden que ellas solo deben andar en la basura y en el excremento de animales.

–Ahora si te pasaste, fresita.—lo giré y paté su entrepierna, dejándolo tirado.

–Mandladmaldita loca.—se retorcía del dolor.

–¡Señorita! Eso fue agresión...—la policia me colocaba unas esposas.

–¿¡QUE?! ESPEREN NO,NO. ¿Y A ÉL LO DEJARÁN? ÉL COMENZÓ TODO.

–Señor Park, debemos retenerlo igual.—otro oficial le esposo, por disturbio en la calle.

–¿SABEN LO QUE ESTÁN HACIENDO?—gritó— LOS DEMANDARÉ, Y HARÉ QUE LOS ENVÍEN FUERA DEL PAÍS, MALDITOS.

–IUGH, SOLO PIENSAS EN DEMANDAR, EL NIÑO FRESITA DEMANDAS LOCAS.

–TU CALLATE, ESTÚPIDA MOSCA, TODO ES TU CULPA.

–¡¡¿CÓMO ME HAS DICHO?!!—me solté del agarre de los policías.

–¡SUBANME A LA PATRULLA! VA A GOLPEARME OTRA VEZ.—corrió atrás del policía.

La señora Elizabeth miraba preocupada la situación, cuando escucho el ruido de la cinta adhesiva.

Vio a Jisung sentado pegando trocitos de cinta en la bici.

–¿Qué...haces, mi niño?

–Repararé la bici de Minji, para que pueda ir por ella a la cárcel—asintió.—¡Quedará como nueva! —brinco divertido.