Wonderland ♢*ﾟ ᴘ.ᴊɪᴍɪɴ [Towers 1]

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Llegaron a un callejón, donde ella entro y comenzó a llorar. Desahogándose.

–Vamos Señor Park, haga algo.—Minyeon lo empujo.

–¿Y que se supone que le diga?

–¡Hagala sentir bien!

Jimin se acerco poco a poco.—Ya no llores.—dijo y miro a Minyeon, que tenían cara de decepción.

–Dele un abrazo—susurro.

–¿Abra-abrazar?

Minyeon fue a un poste y enredo sus brazos en él.—¡Un abrazo!

La tomó de los hombros, ella se le fue encima abrazándolo primero. Escondiendo su rostro entre su pecho, llorando y dando quejidos.

–¿Ah-ahora que hago?—le susurro a Minyeon.

–¡Devuelvale el abrazo!

–Pero esta sucia...—le hizo carita de asco.

–¡SEÑOR PARK, ES UN ABRAZO SOLAMENTE!

Hizo lo que le dijeron, y sintió como cierta emoción recorrió todo su cuerpo, desde su cabeza hasta la punta de sus pies. Se sonrojo.

Minji aún lloraba y restregaba su rostro en el pecho de Jimin. Tenía tanto que soltar, y nadie con quien hacerlo.

–Yah, deja de llorar ¿quieres?

Lloró más.

–Simio...ah...Minji, escucha no tienes porque llorar, tu no eres menos que nadie.—frotaba su mano en su espalda— Puede que no tengas la fortuna que ellos, pero no por eso eres menos especial. Esos idiotas...incluyéndome, solo pisoteamos a otros sin darnos cuenta de lo que podamos causar, solo vemos lo que queremos, eso no quiere decir que tú seas un basura.—ella empezaba a calmarse.

–Tienen razón, soy una basura andante. No sirvo para nada útil.

–Eres más útil que todos nosotros juntos.—le dijo sinceró— Te apuesto a que eres más inteligente también, Minji tu eres lo suficientemente buena para que ellos te hagan sentir mal. No debes agacharle la cabeza a ninguno de ellos, no debes. —levantó su rostro suavemente— No vuelvas a agachar tu cabeza ante ellos. Eres más importante que cualquier de esos tipos. Eres más maravillosa. —se miraron a los ojos por primera vez.—Más ...cálida. ¿Escuchaste?

Ella asintió mientras limpiaba sus lágrimas, su rostro lo tenía algo rojo debido al café caliente que le habían vertido.

–¡Ay no! —miro la camisa de Jimin, estaba llena de café y maquillaje corrido— Soy...una tonta...lo siento...pagaré su tintorería...

Jimin volvió abrazarla, más fuerte y seguro ahora.—No tienes que pagar nada.

–Pero...ahora ¿por qué es tan bueno conmigo?—limpiaba su nariz.

–Me hiciste reaccionar.

Minyeon sonreía cautivada viendo todo.

–Ahora...¿No quieres que te llevemos a casa? —se ofreció.

–Tengo que terminar mi turno o no me pagará.

–¡Tu pie está hecho un asco! No puedes seguir así, vamos. Te llevaré.

–No...Park, tengo...mi casa no se paga sola.

–¡¡No te he preguntado!!—la tomó del brazo, subiéndola a su hombro para cargarla y meterla al auto.

–Park...Hará que me despidan.

–Me vale.

La subió llevándola a casa. Entro a dejarla en su sofá y dejo su camisa sucia aun lado.

–Minyeon, cancela la reunión de hoy ¿puedes?—paso su mirada a Minji— ¿Quieres que te preparé algo de comer?