Epílogo

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Cada mañana que despierto miro la foto en mi mesa de noche sabiendo que todo esto no es un sueño.

Desde hace ya cinco años estoy viviendo mi realidad.

Una donde Danielle y Michelle forman parte de ella y no sólo ellas.

Sino también la pequeña Derek, nuestro hijo de tres años.

-¡Papi!- grita Michelle como todas las mañanas

-Hola princesa- llega hasta nuestra cama y brinca.

-Mami despierta- se lanza contra Danielle.

-estoy despierta- susurra aún dormida.

-Michi ven con con Derek- ella asiente y sale corriendo.

-buen día- saludo a DaniElle, se que ayer tuvo un día pesado.

-Darme cinco minutos mas- susurro aún dormida

Y eso hice, no sólo le dio cinco minuto a sino que le dio el tiempo muestras tomaba una ducha y preparaba el desayuno y a Michelle para ir al colegio.

-Sólo pedí cinco minutis- llegó Danielle.

-Sabes que puedes tomarte todo el tiempo que quieras, había dejado su empleo en la agencia y ahora se dedicaba a trabajar en un hospitalario cerca a cómo enfermera, sus turnos eran algo agotadores.

Por suerte mi trabajo ayudaba mucho, sólo se me llamaba en ciertas ocasiones y por máximo tres días, así que yo cuidaba a Derek cuando estaba aquí.

Lo llamaba mi tiempo entre hombres.

-Iré a dejar a Michelín al colegiado, cuidas a Derek y después iré al supermercado-  ella asintió aún algo . dormida, su turno de doce horas la tenía así.

-Derek, quieres tomar una siesta con mamá-  el pequeño se abrazó a su pierna, amaba mi família.

Todo es tan perfecto por aquí.

Y como cada día, sólo necesitaba observar la foto junto a mi mesa de noche para saber que todo era real.

Ya no era Marín pero a cambio tenía algo mejor, mi família.

El Marin ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora