CAPÍTULO 14

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14.- Despertar con Snape.

La siguiente vez que Harry se despertó, no estaba solo. A su lado, sentado en una silla, se encontraba su maestro de pociones, leyendo la última edición del Profeta. Harry se preguntó porque el Slytherin estaba allí, pero no se atrevió a molestarlo, por lo que permaneció quieto y en silencio. Ya que el hombre no parecía darse cuenta que estaba despierto, se tomó su tiempo para pensar como se suponía que debía actuar a su alrededor. Como Harry era muy fácil; se aborrecían y no tenía ningún problema en mostrarlo. Pero ahora como Alec, no podría justificar ninguna aversión instantánea hacía le hombre o sería muy sospechoso. Además, si pudiera ser civil hacía el maestro de pociones, reforzaría su actuación ya que Harry Potter jamás se llevaría bien con Severus Snape. Decidiendo que merecía la pena intentarlo, pensó en como lograrlo ya que era un dato conocido que los niños en general lo irritaban. Así que, debía intentar no incomodarlo demasiado. Harry no pudo evitar sonreír de forma burlona, eso iba a ser todo un desafío, pero otra vez, tendría que hacer algo, ya que estaba comenzando a aburrirse.

No fue hasta media hora después que por fin Snape levantó la vista del periódico y pudo ver que estaba despierto. Sonriendo con desprecio, el hombre se puso en pie.

Así que la bella durmiente se ha despertado al fin. Te ha llevado mucho tiempo.

Harry lo miró con serenidad, deseando lanzarle su propia respuesta aguda. Quedaron en silencio; Snape parecía un poco acobardado por la falta de reacción del muchacho. Harry tenía que esconder una pequeña sonrisa, podía comprender el porqué el hombre estaba sorprendido; el maestro de pociones creía que tenía once años, y podía recordar muy fácilmente lo aterradora que resultaba esa mirada cuando se tenía esa edad. Ya que el muchacho no iba a tomar el cebo, Snape siguió hablando, rompiendo el silencio de la habitación.

¿Cuánto rato hace que estás despierto?- Sabiendo que debía actuar con timidez y no contestar enfadaría al hombre, Harry decidió responder.

Una media hora, señor.

Aquella era la frase más larga que le había dicho a cualquiera excepto a Dumbledore y Twinkle desde que se había convertido en Alec, pero Snape no pareció darse cuenta. En cambio, el hombre entrecerró los ojos y lo miró fijamente.

¿Por qué no me avisaste¿Pensaste que te miraría cada pocos minutos?- Harry tuvo que tragarse su enfado ante sus palabras, y tan serenamente como le fue posible, contestó.

No, señor. Solo que no quise molestarlo.- Snape le sonrió con desprecio.

Que considerado.- Harry cerró uno de sus puños y se alegró de que estuviera bajo las mantas, de esa forma Snape no notaría su irritación.- ¿No se te ocurrió que yo estoy aquí para vigilarte? Me hubiera gustado que me avisaras de que estabas despierto, después de todo, no soy un vidente.- La idea de Snape que se sienta en la torre de Trelawney mirando fijamente una bola de cristal fue lo único que impidió que Harry se sentara y comenzara a gritarle al hombre. En cambio, mantuvo su expresión calma y contestó.

Eso es obvio, señor. Pero ¿por qué debía molestarle si no necesitaba nada?

Harry pensó que ese comentario impertinente sería suficiente para que el hombre se callara un poco. Realmente estaba comenzando a arrepentirse de su pequeño plan; debería haberse quedado callado.

Ante esas palabras, Snape no pudo evitar el levantar una ceja ante su desconcierto, mientras miraba al niño con extrañeza. Después de todo, su experiencia le decía que los niños pequeños siempre querían tener la atención de los demás, especialmente si esos niños pequeños estaban enfermos. Probando, habló de nuevo.

¿No quieres nada?- Harry lo pensó durante unos momentos. Snape parecía haberse tranquilizado un poco¿sería seguro pedirle algo? Después de todo, no podía pasarse todo el día en cama sin hacer nada; sería muy aburrido. Arriesgándose, su voz suave se escuchó por el cuarto.

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