20.- El despertar de Alec
Durante casi una semana, Harry permaneció dormido en su cama en la cara de Dumbledore. Normalmente, el director se encontraba a su lado, dejando renuentemente al muchacho solo o con alguien más. Snape y McGonagall habían comenzado a pasar todo su tiempo libre en la casa, asegurándose que Dumbledore dormía y comía. E incluso cuando se arrastraba a la cama y se dormía de puro agotamiento, el hombre no podía dormir por mucho tiempo, los pensamiento sobre Harry plagaban sus sueños. Habían llegado a un extremo en el que Severus había tenido que ir poniendo una poción durmiente en su té, solo para conseguir que descansara.
Era de noche, ya bastante tarde cuando Harry comenzó a despertarse finalmente. El cuarto estaba oscuro salvo la pequeña luz que Dumbledore estaba usando para leer. En el otro lado de la habitación, Severus estaba durmiendo apaciblemente después de un día de preparar pociones. Ningún mago notó cuando Harry abrió sus ojos despacio y cuidadosamente. El muchacho se sentía bastante mareado, incluso estando acostado. Cerrando sus ojos de nuevo, esperó por unos momentos e lo volvió a intentar. Esta vez, el cuarto permaneció en su sitio, y pudo girar su cabeza ligeramente hacía donde venía la pequeña luz en una de las esquinas del cuarto. La vista de Dumbledore sentado allí lo sorprendió. Recordaba lo enfadado que había estado el director, no sin motivo ahora que lo pensaba. Girando su cabeza ligeramente, miró por el cuarto y se sorprendió cuando vio a alguien durmiendo en un sofá en el otro lado de su cuarto. Como estaba oscuro no pudo saber quien era, pero esperaba que cicatriz todavía estuviera oculta. Moviendo su mano un poco, logró coger el colgante que estaba en su cuello. Comenzaba a sentirse cansado otra vez, pero necesitaba decirle a Dumbledore que estaba despierto. Por la mirada cansada que el anciano llevaba, suponía que no era la primera noche que se sentaba al lado de su cama. Con voz suave, vacilante, el niño llamó al director.
- Yayo.- El hombre lo miró sobresaltado. Sus ojos se dirigieron al niño y soltó el libro rápidamente. Poniéndose en pie, el anciano se acercó rápidamente al lado de Harry, sentándose en la cama.
- Alec, gracias a Merlín, estás despierto.- Puso una mano suavemente en el pelo del niño y entonces la movió para acariciar su mejilla. Harry se apoyó en la mano, mientras cerraba sus ojos.- ¿Cómo te sientes, Alec?- El muchacho ni siquiera abrió los ojos.
- Cansado.- Dumbledore se rió entre dientes.
- Eso era esperado, mi niño.- Apoyándose ligeramente besó la frente del muchacho.- Vuelve a dormir Alec, necesitas descansar.
Harry masculló algo pero ya estaba dormido cuando Dumbledore quitó su mano de la cara del chiquillo.
El anciano miró hacía el niño por un largo rato, y suspirando miró hacía donde Snape todavía estaba durmiendo. Les esperaba unos días largos.
Era casi la tarde cuando Harry despertó de nuevo. Parpadeando un par de veces, notó que Dumbledore era el que estaba durmiendo esta vez y que era el profesor Snape quien estaba sentándose a su lado, leyendo un libro bastante grueso. Sintiendo un extraño sentido de deja-vu, Harry decidió que era mejor no probar la paciencia del hombre y advertirle que estaba despierto. Cuidadosamente, intentó sentarse; sintió como la parte superior de su cuerpo temblaba, y se habría dejado caer en las almohadas si unas manos fuertes no lo hubiera cogido. Mirando, vio los ojos oscuros y preocupados del profesor Snape enfocados en él, y permitió que el hombre lo apoyara hasta que estuviese sentado contra las almohadas.
- ¿Cómo te sientes?- El muchacho se encogió ligeramente de hombros.
- Estoy bien, señor.- Entonces mirando hacía su abuelo, frunció el ceño.- ¿Él está bien? Parece tan cansado...- Los rasgos de Snape se ablandaron cuando miró al anciano.
- Estará bien, simplemente está cansado y ha estado muy angustiado por ti.- El muchacho lo miró desconcertado.
- Pero creía que estaba enfadado conmigo...- Una voz pesada por el sueño le contestó.
- Estoy enfadado contigo, aunque eso no significa que no me preocupe por ti.
Harry arqueó su cabeza tristemente y vio por la esquina de sus ojos como Dumbledore se puso en pie y fue a sentarse a su lado. Sintió como Snape se puso en pie y dejó el cuarto, pero no quiso mirar. Se sobresaltó cuando una mano mansa le acarició la mejilla y le obligó a mirar. Queriendo romper el silencio tenso, el niño fue el primero en hablar.
- Lo siento, señor.- Dumbledore lo miró estrechamente.
- ¿Por qué lo sientes?- Harry parpadeó, claramente confundido por la extraña pregunta.
- Siento haberle enfadado.- El director alzó una ceja.
- ¿Por qué crees que estoy enfadado?- Harry lo miró aún más desconcertado, no entendiendo porqué el hombre le hacía todas aquellas preguntas; el muchacho empezó a contestar cuidadosamente.
- Porque le dije todas aquellas cosas a los profesores.- Dumbledore estrechó sus ojos.
- Ya no estoy enfado sobre eso. Entiendo que estabas angustiado por mí, y aún cuando no me gusta el tono de voz que usaste ni la forma en la que les hablaste a los profesores, sé que no lo hiciste para insultarlos o insultarme- Hizo una pausa por un momento, y entonces volvió a hablar, su voz increíblemente dura.- Por lo que estoy muy enfadado, es por como arriesgaste tu vida y bienestar de una forma tan tonta. ¿Tienes idea de lo peligroso que era?- Quería decir más pero la mirada aplastada en los ojos del niño lo detuvo. Suspirando, cogió al muchacho en sus brazos y lo abrazó herméticamente, no había querido comenzar a reñir al muchacho, había preferido esperar hasta que estuviera más fuerte y pudiera entender mejor lo que le estaba diciendo.- Me asustaste, Alec, creo que no sabes cuanto.- Besando su frente ligeramente, soltó al muchacho y le permitió sentarse una vez más contra las almohadas.- Hablaremos más tarde, ahora mismo, necesitas comer y entonces dormir un poco más.
Harry no contestó, no quería perturbar al anciano todavía más. Permaneciendo silencioso contra sus almohadas mientras Dumbledore fue a ver a Twinkle, Harry no pudo evitar el maravillarse ante lo que le sucedía al hombre. Jamás lo había visto tan abierto con respecto a sus sentimientos, y ahora estaba permitiéndole a Harry ver más allá de la fachada del director. Estaba empezando a descubrir mucho más del hombre, y empezó a preguntarse si no debería hacer lo mismo. Había comenzado a mostrarse antes de las correrías, pero ante la ausencia prolongada del director, había decidido que el hombre estaba haciendo simplemente su deber y que no debía molestarlo con sus sentimientos. Ahora, ya no estaba tan seguro, quizá era algo más que el deber; ¿por qué Dumbledore se había quedado con él todo este tiempo? Una pequeña voz en la parte de atrás de su cabeza le dijo que tan solo era para proteger su actuación.
Antes de que esa pequeña voz pudiera tomar más fuerza, una mano mansa se puso en su frente. Mirando, se encontró otra vez con los ojos angustiados de su director.
- ¿Ocurre algo?
Negando con la cabeza, permitió al anciano poner la bandeja en su regazo y empezó a comer un poco. No volvieron a hablar, Harry estaba demasiado confundido para intentarlo y Dumbledore no estaba seguro si podría controlar su molestia si hablara, por lo que permanecieron en silencio, mientras intentaban recolectar sus pensamientos y esperando que pudieran superar esto y volver a encontrar, el eslabón que los había unido hacía semanas.
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RED DE MENTIRAS
FanfictionDespués de Caliz de Fuego: Harry se siente deprimido y Dumbledore, viendo como lo tratan los Dursey decide llevárselo. ¿Cómo logrará el director mantenerlo seguro?