31.- Un nuevo amigo.
Había pasado una hora, y mientras que Remus ya había salido del agua, Harry había convencido al viejo director, que le permitiera nadar un poco más. Al principio, los adultos habían estado mirándolo muy cuidadosamente, pero pronto se inmiscuyeron tanto en una conversación, y tan solo lo miraban de vez en cuando para asegurarse que Alec todavía estaba bien.
Harry había estado flotando durante algún tiempo en el agua, cansado de todo el rato que había estado nadando, cuando escuchó una voz suave. Abriendo mucho los ojos, dejó de flotar y lanzó una mirada a su alrededor, mientras trataba de saber de donde había venido. Una mirada a los adultos le mostró que ellos no estaban mirándolo, por lo que comenzó a mirar a su alrededor, mientras notaba por primera vez que se había alejado hasta el lado cercano al bosque mientras flotaba.
Se sobresaltó de nuevo cuando escuchó otra vez la voz. Se giró hacía el bosque, pero no vio a nadie. Sin pensarlo, comenzó a nadar hacía la orilla, y cuando la alcanzó volvió a oír esa voz. Podía decir que quienquiera que había hablado, estaba sufriendo. Salió del agua después de volver a mirar a la manta y comenzó a caminar por le bosque, mientras observaba a ver si veía cualquier señal.
Al fin, se paró delante de unos matorrales; el ruido venía de allí, pero eran demasiado pequeños para que se estuviera escondiendo un ser humano. Escuchando cuidadosamente, sacó la misma conclusión, por lo que se acercó con curiosidad, comenzó a alejar los matorrales, mientras trataba de ver que era lo que estaba allí. Cuando vio lo que había estado hablando se golpeó mentalmente. Era una pequeña serpiente negra, tenía ojos de un dorado oscuro, que en ese momento lo miraban fijamente. Harry podía ver una larga cuchillada a lo largo de la cola de la serpiente y supuso que esa era la causa de la incomodidad del pequeño animal.
Alec se quedó mirando al animal curiosamente. Habia leído sobre ellas, las Boas, eran muy desconfiadas, sabían esconderse bien y evadían la compañía humana la gran mayoría del tiempo. El encontrar una de estas serpientes cerca de la casa de un mago, era muy raro. Estas serpientes también eran muy venenosas, y era por esta razón que Harry se quedó quieto y callado. Quería ayudar a la pequeña serpiente, pero no sabía si su ayuda sería aceptada. Cuidadosamente, se sentó en el suelo intentando hacer que la serpiente se sintiera más a gusto, y entonces, mirándola fijamente comenzó a hablar.
- Hola.- La serpiente se sorprendió visiblemente y movió su cabeza algo más cerca.
- Hola, joven parlante. Nunca había oído hablar de ti. ¿Cuál es tu nombre?- Dudando por un momento, intentó proponer algo que decirle. Sabía que había sido muy temerario al acercarse. ¿Qué pasaría si la serpiente era un espía de Voldemort? Se habría descubierto... Después de todo, ¿Cuántas personas había capaces de hablar pársel? Decidiendo que no había nada que pudiera hacer para arreglarlo y ya que la serpiente se estaba poniendo nerviosa, le volvió a hablar.
- Me llamo Harry. ¿Cuál es el tuyo?
Harry parpadeó cuando la serpiente dijo algo totalmente incomprensible para él. Le pidió que lo repitiera e intentó decirlo, pero sin efecto, no podía coordinar los sonidos correctos. Al final, se rindió y le pidió permiso para nombrarla. Después de pensarlo por un rato, el pequeño animal asintió ligeramente y Alec comenzó a decir nombres, acordando finalmente el de Dereck y Harry dijo la próxima pregunta.
- ¿Qué estás haciendo aquí? Estás muy cerca de una casa mágica.- La serpiente movió su cabeza ligeramente.
- Los míos siempre han vivido aquí, se suponen que debemos proteger la casa mágica de otras serpientes.- Alec parpadeó un poco sorpendido.
- No lo sabía, pero entonces, ¿cómo es que no estás en tu nido? ¿Y como te has hecho daño?- La serpiente dijo molesta.
- Esta mañana, mientras realizaba mi caza diaria, vi una serpiente grande y estraña que miraba la casa. La ataqué, pero era demasiado rápida, me dañó y se fue.-Harry asintió comprendiendo, de alguna forma sabía que Dereck no estaba mintiéndole. Suspirando, extendió lentamente su mano, intentando no sobresaltar a la serpiente.
- Estate quieta un momento, voy a curarte.- Antes de que la serpiente pudiera decir nada, una luz dorada la envolvió y la cuchillada desapareció sin un rastro. Sobresaltada, Dereck miró de su cola sana al joven que permanecía de rodillas.
- Gracias, joven parlante.- Entonces miró a la casa.-¿Vives allí?- Harry asintió ligeramente.
- Sí, estoy viviendo con mi director, haciéndome pasar por su nieto.- La serpiente se quedó callada por un momento largo, y se giró hacía el adolescente.
- Voy a ir a vivir contigo.- Alec parpadeó sobresaltado.
- ¿Por qué?- Acercándose un poco a él la serpiente, tocó su mano con su pequeña lengua.
- Siento que necesitas protección y ten mantendré seguro.- Harry lo miró atentamente mientras debatía como se sentiría Dumbledore sobre la serpiente y los peligros que podía traer consigo. Al final, asintió despacio.
- Vale, pero tendrás que esconderte. Nadie puede saber que puedo hablar con tu especie, excepto el abuelo.
La serpiente asintió y se deslizó hasta colocarse alrededor de la muñeca de Harry. El muchacho puso un hechizo de ocultación y lanzó una mirada a su alrededor otra vez, tratando de ver si había más serpientes a su alrededor. Viendo que no había nada más, estaba a punto de girarse cuando unas manos fuertes lo recogieron.
Mientras Alec estaba hablando con su nuevo amigo, los adultos se encontraban en estado de pánico. Habían estado en mitad de una discusión profunda cuando Severus había alzado la vista para inspeccionar a Alec. Se puso en pie en el momento que no vio la pequeña cabeza rojiza fuera del agua.
- ¿Dónde está Alec?
Rápidamente, miró por el lago intentando encontrar la pequeña perturbación en el agua que mostró que el muchacho se había hundido en el agua. Los otros notaron su movimiento angustiado y también ellos estaban ahora mirando el lago. Dumbledore parecía ansioso, mientras movía su cabeza de izquierda a derecha.
- Remus, ¿lo ves?- Sabía que el otro hombre tenía la mejor vista. El hombre lobo se movió despacio, tratando de encontrar cualquier señal del niño.
- No, no puedo verlo.
Severus maldijo ruidosamente y empezó a quitarse la túnica. Durante un largo minuto esperaron para ver si el chiquillo salía, pero cuando nada se movió, Remus que todavía estaba en bañador se metió en el agua seguido muy de cerca por Severus. Dumbledore permaneció en la manta con McGonagall mientras intentaba convencerse que Alec estaba bien, olvidándose de la magia debido a la preocupación por su nieto.
En el agua, los dos hombres lanzaron una mirada alrededor otra vez, mientras seguían sin ver nada. Severus decidió que podrían cubrir más terreno si se separaban. Haciendo señas a su izquierda Severus dijo.
- Voy a mirar por allí, mira por el otro lado.
Cada uno nadó hacía su dirección, tratando de localizar al chiquillo, pero tan pequeño como era lago no tenían suerte. Finalmente, Severus que había subido para respirar, lanzó un hechizo localizador y siguió el sendero que le marcaba la varita. Se sorprendió bastante pero también se sintió aliviado, cuando la varita lo guió a la orilla del lago, hacía el bosque.
Caminando tan silenciosamente como pudo: después de todo el niño podía haber sido secuestrado. Tardó unos minutos, pero al final lo encontró, mirando al suelo como si tratara de encontrar algo. Después de asegurarse que no había peligro a su alrededor, se acercó y recogió al niño en brazos.
- Alexander Dumbledore, ¿tienes idea de lo asustado que estábamos? ¡Si no fuera por tu abuelo, te daría unos buenos azotes!
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RED DE MENTIRAS
FanfictionDespués de Caliz de Fuego: Harry se siente deprimido y Dumbledore, viendo como lo tratan los Dursey decide llevárselo. ¿Cómo logrará el director mantenerlo seguro?