CAPÍTULO 37

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37.- Después del ataque.

Al fin, después de diez minutos, apareció el primer adulto. Era alto, bien construido y vestía la ropa de auror. Les sonrió suavemente.

- Hola, ¿estáis bien?- Uno de los niños mayores asintió ligeramente tras lanzar una mirada a su alrededor.

- Estamos bien.- El auror parecía un poco sorprendido ante los niños, habían estado muy cerca de los dementores y aún así estaban bastante tranquilos. Entonces notó los envoltorios vacíos de los caramelos y les sonrió.

- Veo que habéis comido algunos caramelos. Eso fue muy inteligente.- Uno de los niños señaló a Alec.

- Fue su idea y ayudó mucho.- El auror miró al niño. La joven a su lado lo miró asombrada pero su compañero solo parecía curioso.

- Muy bien hecho, niño, estoy seguro que has ayudado mucho a estos niños.- Alec sonrió un poco, sintió un cálido sentimiento que no había sentido jamás. No había estado allí fuera luchando con los adultos, pero no había sido inútil. Quizá era hora de aprender que a veces no podía hacerlo todo. Los auror le sonrieron e hicieron señas para que se levantaran.- Vuestros padres os están esperando fuera.

Alec estaba algo confundido, había esperado que vinieran lo más rápido posible una vez los dementores se habían ido para comprobar como estaban sus hijos. Su pregunta fue contestada cuando vio a un auror que estaba de pie delante de la puerta. Parecía que los aurors habían querido evitar más pánico y habían estado encargándose de todo. La niña rubia que había estado caminando a su lado se dirigió corriendo hacía ellos una vez cruzó la puerta. El resto de niños siguió su ejemplo, mientras se apresuraban hacía los padres preocupados que se habían reunido alrededor de la calle para esperar que los aurors buscaran a sus niños. Lanzando una mirada a su alrededor, vio que sus profesores estaban tratando de confortar a unas personas y decidió esperar que acabaran. Los aurors se acercaron y se arrodillaron a su lado.

- ¿Tus padres no están aquí?

Mirando sobresaltado, Harry negó con la cabeza ligeramente. El hombre miró al niño silencioso con curiosidad, aún estaba pálido y parecía que comenzaría a llorar en cualquier momento. Por su parte, Harry no se sentía bien, los dementores le habían afectado peor de lo que creía. Con el conocimiento que no podía lanzar su patronus y que debía ayudar a todos esos niños, había luchado por mantener la calma, pero ahora la estaba perdiendo y deseaba estar solo. La suave voz del hombre lo saco de sus pensamientos deprimentes.

- ¿Con quien has venido? Parece que estás a punto de comenzar Hogwarts, por lo que alguien te ha tenido que traer.- Harry le miró y luego dejó que su mirada vagara a McGonagall. Cuando el auror no consiguió una respuesta siguió la mirada del niño.- ¿Viniste con la profesora McGonagall?

El niño asintió ligeramente, mientras se abrazaba. El hombre estaba a punto de extender la mano y coger al pequeño muchacho cuando otro par de brazos le tomó la vez. Sobresaltado, el hombre miró como el profesor Snape, el maestro más temido de Hogwarts, acunó suavemente contra su pecho al desconocido chiquillo.

- ¿Alec, estás bien?

Harry asintió y enterró su cabeza contra el hombro del hombre, mientras envolvió sus brazos con firmeza alrededor de su cuello. Frunciendo el entrecejo, Severus miró al tembloroso muchacho y luego al auror que había estado de pie.

- Profesor Snape.

- Señor Guiusad.- Mirando una vez más al niño, volvió a hablar.- ¿Le ha dado chocolate a los niños?- El hombre sonrió ligeramente.

- No fue necesario, este muchachito se aseguró de que comieran durante el ataque.- Le pareció un poco divertido el ver una mirada orgullosa en los ojos del profesor. Jamás habría creído que eso era posible y no podía dejar de preguntarse quien era el muchacho. Mirando una vez más al niño, frunció el ceño.- Quizá debería darle un poco más, parece que los dementores le han afectado más que a los demás. Quizá debería llevarlo a un medimago.- Severus miró al hombre que estaba apuntando, pero negó ligeramente.

- No es necesario, volveremos a Hogwarts en cuando Minerva acabe. La señora Pomfrey se asegurará de que esté bien.- Asintiendo ligeramente el joven se inclinó ligeramente.

- Estoy contento de volver a verlo, profesor, pero debo irme.- Snape asintió ligeramente al antiguo ravenclaw.

- Ten cuidado, Damien.- El auror lo miró sobresaltado, ¿Qué demonios le había pasado al odioso profesor que había tenido durante siete años?

- Lo tendré, profesor.- Severus miró como el hombre se marchó y se giró hacía Harry.

- Vamos Alec, volvamos a Hogwarts, tu abuelo habrá oído lo que ha ocurrido y estará preocupado.

Harry asintió ligeramente y se enterró aún más en los brazos del hombre, envolviéndose en su calor corporal. Una mano mansa descansó en su espalda y vio a Minerva que se encontraba a s lado. Con una inclinación desaparecieron hacía los límites de Hogwarts.

Ninguno se sorprendió cuando vieron un nervioso y pálido Dumbledore delante de ellos. El anciano se acercó rápidamente a ellos y recogió a Harry de los brazos de Severus.

- ¿Os encontráis bien?

Severus y Minerva asintieron ligeramente mientras que Harry escondía su cabeza contra el pecho de Dumbledore. El anciano hizo señas a los maestros para que lo siguieran y rápidamente hizo camino hacía la enfermería.

- ¿Qué pasó?- Después de compartir una mirada, Minerva comenzó a hablar.

- Hubo un ataque bastante grande, aproximadamente había cincuenta dementores. Hasta donde podemos decir, no había ningún mortífago. Severus cree que tan solo era una maniobra de distracción, yo no estoy tan segura. Los dementores lograron besar a aproximadamente cincuenta personas; por suerte pudimos agruparnos, y alguien fue lo bastante inteligente como para avisar a los aurors. Tardamos algún tiempo, pero al final, huyeron.

Dumbledore asintió, su cara era una máscara impasible pero apretó a Harry contra él. Alcanzaron la enfermería en tiempo record y la señora Pomfrey ya los estaba esperando. Dumbledore puso a Harry en una de las camas, mientras notaba que el muchacho estaba medio dormido, y se giró a los dos maestros mientras la enfermera los examinaba.

- ¿Alec estuvo cerca de los dementores?- La pregunta adecuada debería haber sido si el niño había luchado contra ellos, como temía. Después de todo, el que un niño de once años lograra realizar un patronus corpóreo llamaría demasiado la atención, no importa con quien estaba supuestamente relacionado. Se sintió aliviado y sobresaltado cuando Severus le contestó.

- Muy cerca no, permaneció con los otros niños en la parte de atrás de Flourish y Blotts. Los aurors que los encontraron me dijeron que él les había dado dulces a los otros niños. Tiene una buena cabeza sobre los hombros.

Dumbledore sonrió con ternura al niño. No pudo evitar el sentirse orgulloso de que no hubiera luchado contra los dementores, sabía que quedarse fuera de primera línea era aún más duro que luchar. Eso significaba que Harry se había sentido lo suficientemente seguro con que los magos adultos lo protegerían, lo que demostraba que habían logrado algún progreso.

La señora Pomfrey los unió, declarando que Alec estaba bien, y entonces insistió en examinar también a los dos profesores, mucho a la aversión de Severus.

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