OVERLORD La evangelista Neia.

REUNIENDO FUERZAS

Era temprano por la mañana y tenía que salir como siempre a realizar las labores del día.

Al salir.

En el camino principal del pueblo de carne una multitud se aglomeraba frente a la herrería.

Era evidente que una discusión acalorada entre el encargado y un cliente había reunido ahí a los curiosos que paseaban, pero en su lugar solo veían a un enano y una joven mirándose fijamente, una mirada que podría aterrorizar a los mas valientes.

Minutos antes...

"¿Hey, hey, espera que es esto?"

"¿Cual es el problema joven dama?"

"¿Estas cosas son lo mejor que tiene?"

Esa sola frase hizo que su corazón se rompiera en pedazos.

" -Cosas- ¡¡dice!! "

"Estos son artículos de excelente calidad,
No puede llamarlos solo -cosas- "

Golpeando la mesa de madera con fuerza y el rostro rojo del coraje. Uno no esperaría que el dueño enano que usualmente era amable con todos y que gozaba de una risa que alegraría a cualquiera que bebiera con él, haría esa cara llena de rabia.

"¡Si tiene problemas con la mercancía! ¡LAR-GE-SE- DE ESTE PUEBLO!"

"Hee!!!?"

"¿Así trata a sus clientes? Y yo que me tome la molestia de venir hasta aquí!!".

" inaceptable "

"¡Dice eso pero ni siquiera ha comprado algo!"

"Y como lo haría, el nivel de sus armas esta por debajo de la calidad que busco"

- reclamando al herrero que cada vez se ponía más rojo.-

Comenzó a desenrollar una tela que cubría un objeto que había llevado en su espalda.

"Este fue un obsequió de el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown"

Con una mirada de asombró, cambio rápidamente de actitud al escuchar el nombre del gobernante de ese país.

"Señorita, dice que usted conoce a su excelencia, ghump..."

"Si, tengo el honor de haber servido a su majestad"

"Fue quien me recomendó visitar este pueblo para reforzar mi equipó"

"¿Pero, porque sus armas no tiene siquiera comparación con la que poseo?"

Con una mirada en su rostro que demostraba serenidad el herrero dijo con firmeza.

"Las armas de su majestad no poseen comparación, están por encima del arte que nosotros los enanos poseemos actualmente."

"Pero, puede confiar en cualquiera de las armas que poseo. Estoy orgulloso de mi trabajo"

"Mmm..."

"No gracias seguiré buscando"

Nuevamente el orgullo del enano fue  herido y expresó su enfado con un reto. Si ganaba la chica llevaría sus creaciones con el fin de divulgar su nombre. Si perdía...

"Bien acepto tu desafío"

"Pero debo advertirle que poseo una poderosa arma"

"Jejeje, bien señorita, pero no seré yo su contrincante."

En ese momento un enano que había estado de espalda todo este tiempo, se levantó de su lugar y giro de manera imponente como si se tratará de una montaña, caminó hacia afuera del local situándose  frente a Neia.

Pareciera que el enano había estado mirando hacia abajo a  la chica, pero al acercase la diferencia de altura era muy evidente y la multitud que había comenzado a reunirse desde que la joven mencionó al Rey Hechicero empezaron a especular sobre quien ganaría.

"Momento, joven dama "

"¿Hmm? ¿Que pasa?"

"Debo pedirle que se descubra los ojos"

"Hha, eso, esta bien pensaba quitármelo de todos modos"

Entonces el ambiente cambió, la mirada de la chica comenzó a impacientar a el enano.

Y acercándose a su compañero le preguntó

"¿Estarás bien?"

"Si puedo con eso"

Dando el primer paso se colocó bajo la mirada de la joven y entre serró los ojos y comenzó su ataque.

Los espectadores asombrados por la valentía del enano sentían la necesidad de apoyarlo en silenció.

La joven sostenía su mirada ante su rival sin pestañear, y el enano tenia una fiera cara que intimidara a cualquiera que lo viese, ¡la batalla había comenzado!

Pero yo despreocupado aún habiéndome enterado de todo lo sucedido no le di mayor importancia y seguí adelante con mis tareas.

Si alguien me hubiese dicho que ella era la evangelista (*sujeto a cambio) tal vez me habría acercado a escuchar su sermón una vez que ganó esa batalla, pero las cosas no habrían cambiando mucho puesto que ya vivía agradecido por la bondad de su majestad Ainz Ooal Gown.