NEIA BARAJA

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Ruta 1

Lo había arruinado, Neia creía que lo había echado todo a perder, mientras se encontraba sentada frente a un gran mapa del reino de Re-estize sostenía sus manos frente a su cara mientras apoyaba su nariz sobre sus dedos y sujetaba su barbilla con sus pulgares, gracias a que tenía sus visores puestos sus ojos no se veían, si alguien los hubiera visto seria la prueba necesaria para darse cuenta que estaba nerviosa.

En el pasado Neia había dado sus sermones ante la gente de la cuidad del reino, cuando se dio cuenta ya había formado un nuevo grupo de ayuda, y más miembros seguían llegando, era parecido a lo que sucedió en su tierra natal, solo que esta vez, no había una guerra y no era necesario que ella los dirigiera, más bien era porque ella había dado esos sermones que se comprometieron a apoyarla para que sus palabras llegaran a más personas.

Cuando hablaba de la grandeza de su majestad el rey hechicero, las multitudes lucían furiosas, si bien sabia cual era el problema que ellos tenían hacia su majestad, ella creía que era porque no lo conocían, así que fue cambiando poco a poco sus discursos, lo que provoco que las personas fijaran su odio hacia su gobernantes, ese odio fue creciendo dentro de los corazones de las personas. Y de un momento a otro ella fue obligada a presentarse ante más y más personas, el nuevo grupo de ayuda la tenía en gran estima y cuando se enteraron que ella era una de los prospectos a nueva reina santa su devoción creció una vez más.

Las cosas no estaban saliendo como ella quería y si bien podía dejar todo a las personas capaces era probable que una guerra estallará dentro del reino, eso la ponía nerviosa, ya que sería en realidad su culpa.

Desde que había fundado el grupo de rescate para su majestad nunca había dudado tanto de sus decisiones y ahora se le presentaba un problema mayor, las personas en la habitación eran los líderes de los partisanos, habiéndose reunido como escusa para mejorar la vida de los habitantes Neia acepto venir a esta reunión sin embargo lo que en realidad pasaba era que estas personas estaban organizando la invasión al palacio real para destronar al actual rey y fundar una república, si bien Neia no conocía todos los detalles, los hombres aquí reunidos le habían dicho que el ejército estaba listo para el ataque.

Pero ahora necesitaban una pequeña contribución de Neia, eso no se debía a que tenían planeado hacerla uno de los gobernantes sino que querían el apoyo para que en caso de que Neia se convirtiera en la nueva reina santa, les brindara su apoyo en futuros tratados con el reino santo.

Sin embargo Neia no pensaba convertirse en la reina santa, la razón era porque ella ya estaba a cargo de un gran grupo de personas y aceptar ese cargo entraría en conflicto con su actual organización, para tomar un descanso y para aumentar su fuerza, ya que la debilidad era un pecado, Neia se había aventurado a realizar una peregrinaje fuera del reino santo.

Lo que la trajo al aquí y ahora, no importaba cuanto lo pensará las vidas que se perdieran de aquí en adelante seria su culpa, pero su mente seguía trabajando para encontrar una solución que no existía.

Estas personas llevarían acabo sus planes estuviera o no ella, cuando de pronto escucharon qué alguien tocaba la puerta.

Nerviosos los vigilantes que resguardaban la entrada se asomaron por la ranura de la entrada, temiendo que fueran descubiertos por los guardias del imperio el resto espero a que el vigía dijera de quien se trataba.

“es… una niña”

Dijo uno de los guardias de los partisanos.

Unas horas antes.

“Demiurge, dime ¿cómo crees que se desarrollen los eventos de aquí en adelante?”

“¡SI, AINZ-SAMA!”

OVERLORD La evangelista Neia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora