OVERLORD La evangelista Neia.

EL ABANDONÓ DEL CASTILLO parte 2

El viaje había sido largo y el dragón agotado de volar, descendió lentamente entre las montañas.

Aun con la marca en su pecho no dejaba de pensar en que haría cuando llegase a un pueblo, o ¿debería ocultarse en las montanas?, no tenia claro que haría, sin embargo al descender pudo ver a una multitud de seres de hombres bestia, un gigantesco ejército era mas acorde a describir lo que tenia en frente, pero lejos de pensar que seria un problema, el se arrojó hacia ellos con tal de conseguir comida.

Se lanzo en picada y con una gran mordida sujeto a uno de estos seres, que murió al instante al ser partido a la mitad, sus patas traseras  llevaron consigo a otros dos mientras que su cuerpo aplastaba a los incautos que no lograron retirarse a tiempo.

Una vez que sujeto a sus presas ascendió nuevamente, mientras sus alas provocaban un vendaval que derribaban a esos seres que no tenían contemplado la aparición de un Dragón de escarcha en medio del campo de batalla.

Y en el aire lejos del bullicio de los hombres bestia, devoró a los que había conseguido coger en su imprudente ataque hacia el ejercito que entro en pánico tras su llegada.

Y su hambre casi había sido saciada, sin embargo debía tomar una decisión, sobre que hacer ahora en adelante y aun en el cielo rodeando al ejército de hombres bestias pensó sobre la situación actual.

En la ultima fortaleza del reino Draconico, el ejercito del reino esperaba las ordenes de su capitán, pero era imposible para ellos aceptar la situación actual.

Los hombres bestia, estaban asediando la fortaleza pero sin atacar, poco a poco se reunieron hasta converirce en un gran ejercito, era una situación desfavorable para ellos que carecían de hombres suficientes para detener una invacion de tal escala, por lo que muchos de ellos ya habían aceptado que morirían aquí en el combate.

El hombre a cargo era un aventurero de clase adamantita, su nombre era Cerebrate, una fuerza capas de vencer a un gran ejercito por si solo, pero la imagen frente a él, era mas de lo que podía enfrentar, una cantidad extremadamente obrumadora estaba esperando el momento oportuno para atacar.

“¿Capitan que hacemos?”

“¿Capitan?”

“…he… lo siento…solo recordaba la bella imagen de nuestra reina”

“¿Qué en un momento como este?”

Sujetando con fuerza a su subordinado Crystal Tear le grito fuertemente haciendo que la mirada de todos se dirigieran hacia los dos hombres en disputa.

“¡Tu también eres un creyente de la dogma de nuestros caballeros!… la bellesa de la reina debe ser contemplada en todo momento… como puedes decirte caballero si no tomas una oportunidad como esta para apreciar a esa pequeña nina, con su tierna mirada, y ese espectacular  pecho ¡PLANO!, su delicadas piernas…[{vale de aquí en adelante sigue hablando de lo mismo, pero ustedes imaginence el resto, me siento sucio de escribir esta parte, pero igual es importante para la trama así que sean creativos a la hora de imaginárselo   ( ͡° ͜ʖ ͡° )}]”

“haa, su majestad, esa belleza…”

Los rostros de los cablleros estaban sonrojados por la ferviente declaracion de su capitán, como estaban dispuestos a morir por su reino, por su reina, no tendrían arrepentimientos en su corta vida.

Y los pocos oficiales precentes, sujetaron con fuerza el pequeño trozo de papel que les había sido enviado por su reina, una carta infantil con palabras dulces de agradecimiento, con letra poco ilegible pero con mucho amor.

Un momento que era necesario para darles valor frente a la batalla que se aproximaba.

Sin embargo la felicidad duro poco, el ejercito comenzó su movimiento hacia la fortaleza, lo que puso en alerta inmediata a todos en la fortaleza.

“¡PREPARENSE PARA LA BATALLA!”

“¡SIII!”

Un grito de guerra abivo la llama del valor entre los hombres pero, la siguiente cosa que vieron la estingio como el agua a una fogata, un infame dragón decendio de los cielos, y colocandoce en el centro del ejecito de hombres bestia, causo una gran pánico no solo en los rivales sino también en los guardianes del reino Draconico.

“¡U…Un…Dragon…!”

No podían creerlo pero era cierto un Dragon había castigado la moral del ejercito enemigo, esto podía ser bueno, pero seria terrible si eran ellos los que domaban a ese dragon, dado que los Dragones de escarcha habitan zonas frias era extraño que saliera uno a plena luz del dia con el calor del tiempo actual, era poco probable que estuviera aquí por su propia voluntad.

Pero al ascender nuevamente, dejo en claro que estba cazando, era un hecho que favorecía su fortuna, sin embargo, bien podía atacarlos a ellos, por lo que las ordenes del capitán fueron resguardar la fortaleza y no salir al campo de batalla hasta que ese Dragón se fuese.

Aunque no sabia porque, el Dragon decendio nuevamente pero esta vez lo hizo frente a la fortaleza, todos entraron en pánico, ya que se dirigía hacia ellos, y en un momento el Dragón comenzó a hablar con los presentes.

“Saludos, caballeros…”

Era una senal de amistad pero pocos hombres tenían la voluntad para hablar con tan terrible creatura, por lo que el único hombre que podía hacerlo respondió:

“Saludos, ho gran Senor de la Escarcha”

“por favor llámame Arian”

“Como desee, ¿puedo preguntar que lo trae ante nuestra humilde presencia”

Aunque la conversación parecía extraña, era una regla de etiqueta tratar bien a los Dragones, y evitar cualquier conflicto con ellos, era mas bien fortalecer la relación con este Dragon en especial por lo que Crystal Tear capitán de caballeros se dirijia tan formalmente con él.

“…mmm deseo ayudarlos en esta batalla…”

Esa fue una declaración mas que favorable, y los caballeros que resguardaban la fortaleza se alegraron por ello.

“…p…puedo preguntar ¿Por qué desea hacerlo?”

Al reflexionar un poco Arian respodio:

“No estoy seguro, pero parecen en desventaja, si gano esta batalla por ustedes, su deuda será mayor hacia mi servicio, y podre reclamar riquezas igual de grandes, por supuesto no busco oro o joyas...

Pero podemos llegar a un acuerdo digno de las proezas conseguidas en este campo de  batalla”

Una respuesta que podía aceptar y como tal ahora el ejercito de Hombres bestia tendría un rival formidable y un ejercito de caballeros al que debían vencer para lograr su objetivo.